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Cada vez hay más alumnos que consiguen graduarse con materias pendientesMinisterio de Educación

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Otra plusmarca negra de la ley Celaá: un 23 % de los alumnos ya acaba la ESO sin aprobar todas las asignaturas

Desde la manga ancha instaurada durante la pandemia del coronavirus, la cifra supone un récord en la serie histórica


España comenzará el año 2024 arrastrando los lastres que a nivel educativo ha dejado el año que le precedía: a saber, un informe PISA demoledor, una alta tasa de abandono educativo –que el Gobierno espera corregir ampliando la edad para la educación obligatoria–y un récord de alumnos graduados en la ESO con suspensos.

Según los datos del Ministerio de Educación, recogidos por El Mundo, ya son un 23 % de los estudiantes de 4º de la ESO los que pasaron de curso pese a no tener aprobadas todas sus asignaturas.

Estas cifras, especialmente dañinas en comunidades como Canarias, Extremadura y Castilla-La Mancha (donde se supera el 27 %) suponen los porcentajes más altos de toda la serie histórica.

Y todo desde que en 2020, y a causa de la pandemia del coronavirus, la entonces ministra Isabel Celaá predispuso que los alumnos de secundaria optaran a la posibilidad de pasar de curso como de graduarse aun arrastrando materias.

Fue el pistoletazo de salida a un caldo de cultivo en la que muchos alumnos aprovecharon para aprobar sin hacer realmente mucho. PISA se ha encargado de destapar las carencias del alumnado español, ya que esas carencias se han acumulado año tras año.

Carencias que se arrastran en el futuro

Estos datos parecen dar la razón en aquellos que llevan tiempo alertando de la deriva educativa del Ejecutivo, que fabrica graduados en mayor porcentaje pero con unas indisimuladas carencias que luego impactan en su inserción en el mercado laboral.

De los últimos en manifestarse en este sentido está Enrique Moris, divulgador de las inversiones, de las que es considerado un referente.

Tras hacerse públicos los datos del alto número de estudiantes que consiguen acabar la ESO incluso sin aprobar todas las asignaturas, Moris sentenciaba lo siguiente en su perfil de X (antes Twitter): «Cuando se le da más importancia a no herir los sentimientos del alumno que a incentivarlo a ser el mejor, pasa esto. Hemos sustituido la razón por el sentimentalismo, y eso es uno de los síntomas de declive de un país».

Suspenso al sistema educativo

En este contexto, es clave reseñar que solo el 28 % de los españoles piensa que nuestro sistema educativo es bueno. Nuestros compatriotas entienden que sus principales retos son los planes de estudios anticuados (34 %), la falta de inversión (31 %), las altas tasas de abandono escolar (30 %) y la saturación de las aulas junto a los sesgos políticos e ideológicos (28 %).

Se trata de los resultados del «Monitor Global de Educación» de la consultora Ipsos, que recopilaba la opinión de 23.248 adultos de 29 países entre junio y julio de 2023.

A nivel global, la ciudadanía no aprueba a sus sistemas educativos nacionales: solo un tercio (33 %), de media, declara que es bueno, mientras que un 36% piensa que es pobre.
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