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Amélie Oudéa-Castéra justificó su decisión de cambiar a sus hijos a un centro privado por la falta de profesoresAFP

La ministra de Educación francesa mintió al intentar justificar por qué cambió a sus hijos de la escuela pública a la privada

Amélie Oudéa-Castéra no quiso que la opinión pública valorara mal el hecho de que sus vástagos fueran a un colegio privado y se inventó que lo tuvo que hacer por las repetitivas ausencias del profesorado

La ministra francesa de Educación, Amélie Oudéa-Castéra, mintió sobre la escolarización de sus hijos en un colegio privado católico. Como a muchos otros políticos, la titular de la cartera educativa, quiso mostrar ante la opinión pública gala una actitud de defensa y garantías de la escuela pública, pero sus justificaciones se han caído como un castillo de naipes.

Ella misma se metió sola en tamaño jardín cuando justificó que, pese acabar siendo titular de la cartera de Educación, se vio obligada a llevar a sus hijos a un colegio privado por, según su versión, las muchas horas de ausencia de profesores que se encontró en la escuela pública.

El diario francés Liberation asegura que la ministra solo llevó al mayor de sus hijos a la pública y tan solo lo hizo durante seis meses en preescolar. Los otros dos, nunca fueron a la pública, porque ingresaron directamente en el privado en el que ya estaba su hermano mayor.

Polémica justificación

Cuando la ministra se cercioró de que este hecho podría afectarle en su cargo público, mintió al decir que tuvo que tomar esta decisión ante las ausencias de profesores en la escuela pública.

«Mi marido y yo vimos que había un mogollón de horas (de ausencia) que no eran sustituidas», quiso hacerse perdonar Oudéa-Castéra. Liberation habla con una maestra afectada que desmiente esta postura. «Lo que dice la ministra es falso y me ha asqueado», a la vez que recuerda que durante ese periodo apenas estuvo ausente y que, cuando lo estuvo, fue sustituida por otro docente.

Esta profesora añade que la ahora ministra, que entonces tenía un puesto ejecutivo en la aseguradora Axa, mientras que su marido era número dos del banco Société Générale, quería que su hijo pasara de curso pese a que ella le consideraba inmaduro para hacerlo.

«Les dije que estaba sufriendo, que me lo dejaran un año más porque aun no había madurado lo suficiente. Pero ella no quería que estuviera con niños más pequeños», señaló la maestra.