Estos son los países con mayor y menor libertad educativa del mundo

Bélgica y Países Bajos son los países con mayor libertad educativa del mundo, mientras que República Democrática del Congo, Etiopía, Arabia Saudí y Cuba se encuentran en el extremo opuesto. España forma parte del segundo de cuatro grupos, en el que también se incluye una mayoría de países europeos y norteamericanos.

Así lo refleja el informe La libertad de educación en el mundo: análisis de sus factores potenciadores y su relación con el desempeño educativo y la distribución de la renta, elaborado y publicado por el Centro de Estudios, Formación y Análisis Social (CEFAS) de la Universidad CEU San Pablo. El objeto del mismo, explica el CEU, ha sido «examinar la relación entre el pluralismo educativo y los indicadores de libertad política, económica y religiosa». El resultado, añaden, «pone de relieve la relación entre la libertad educativa y los indicadores de progreso, el bienestar material y los resultados del sistema educativo».

El informe analiza y toma como referencia el Índice de Libertad de Educación (ILE) calculado por Oidel –una ONG especializada en el derecho a la educación y la libertad de enseñanza– en dos ediciones: 2002 y 2016.

El ILE evalúa un total de 81 países en función de una serie de criterios: la posibilidad legal de crear y gestionar escuelas no gubernamentales (ENG), el porcentaje de financiación pública que reciben esos centros, la tasa de matriculación en educación primaria y el porcentaje de alumnos matriculados en ENG.

Con esos parámetros, el ILE de Oidel distingue cuatro grupos:

• Grupo 1: compuesto por la República Democrática del Congo, Etiopía, Arabia Saudí y Cuba. Se caracteriza por tener una cuota de ENG superior a la de otros grupos de mayor ILE, si bien solo están alcance de familias de alto nivel socioeconómico. El valor promedio del índice en 2016 fue de 29,3.
• Grupo 2: el más numeroso, con 49 países, la mayor parte de Hispanoamérica y el Caribe, Asia y el Pacífico y Europa. El valor promedio del ILE es de 53,6. Dentro del mismo, el país con el índice más bajo es Bielorrusia, y el superior, Rumanía.
• Grupo 3: es al que pertenece España y está compuesto por una mayoría de países europeos y norteamericanos con un valor medio del ILE de 69,2. Argentina es el país del grupo con un valor del índice más bajo (64,5), mientras que Dinamarca lo encabeza (79,2). La principal diferencia con el grupo 2 es la financiación de ENG, a la que casi triplica.
• Grupo 4: a la cabeza de la clasificación se encuentra el selecto tándem formado por Bélgica y Países Bajos, con un valor promedio de ILE de 89,5. Ambos se distinguen por una mayor financiación y número de ENG respecto al grupo anterior.

En líneas generales, el informe concluye que el nivel de libertad educativa está estrechamente vinculado a parámetros como el nivel de desarrollo económico (renta per cápita e índice de desarrollo humano), el grado de libertad económica, la distribución personal de la renta, el desempeño (calidad y equidad) del sistema educativo y el nivel de satisfacción declarado por la población. También otro tipo de libertades, como la religiosa, la de expresión y la de creación de partidos políticos, juegan un rol beneficioso.

En cuanto a la evolución entre 2002 y 2016, el informe subraya que, excepto en los estados árabes, en todas las regiones se observa «un moderado avance de la libertad de educación», cuyo valor pasa de 53,4 a 58,3 entre ambos años. De todas, la región con un mayor incremento fue África, con un crecimiento del 12,6 %, seguida de Hispanoamérica y el Caribe (+7,1 %). Aun así, el documento enfatiza que «se debe tener en cuenta que ambas regiones tuvieron una calificación muy precaria en el año 2002 e incluso en el 2016 están muy por detrás de Europa y Norteamérica».

Recomendaciones

Para mejorar la libertad de enseñanza en el mundo, el informe –elaborado por Gonzalo Sanz-Magallón Rezusta, responsable de proyectos de Educación de CEU-CEFAS; y Oriana Isabel Zurga Cumare, asistente de investigación del mismo centro– recomienda respetar el derecho de los padres a escoger el tipo de educación que quieren para sus hijos, facilitar el acceso de las familias con bajos recursos a la enseñanza no estatal y mejorar la eficiencia económica de las escuelas y centros públicos.

Además, resalta que existe una relación directamente proporcional entre libertad de educación y resultados académicos, un dato que se refleja en los resultados del informe PISA 2015, donde el promedio de las pruebas de matemáticas, lectura y ciencia fue un 14,8 % mejor en los países del grupo 4 respecto a los del grupo 2. De la misma forma, también se recuerda que «la competencia que los centros no estatales ejercen sobre los públicos tiene capacidad para fomentar mejoras en la calidad, con la consecuencia última de conseguir un mayor rendimiento educativo».