
Varios alumnos realizando las pruebas de la EBAU de la Universidad de Oviedo
¿Es viable una Selectividad única como propone el PP?
La pugna está servida. El PP da por hecho ya una selectividad única y el Gobierno lo ve «imposible». Alberto Núñez Feijóo, desafiante con el Ejecutivo, insiste en el mensaje: «La homogeneidad de contenidos tiene todo el sentido. El próximo curso 2025 habrá una EBAU homogénea en 14 comunidades autónomas», ha asegurado refiriéndose a las gobernadas por el PP mientras pedía a las restantes que se unieran a la propuesta. «Son pocas y deberían hacerlo».
España cuenta con 17 pruebas de acceso a la Universidad distintas con sus propios criterios de corrección. Un escollo que provoca que los alumnos se presenten al examen en desigualdad de condiciones en función de la comunidad en la que les toque examinarse.
¿Cuál es el principal problema que acusa el ministerio de Pilar Alegría para no estar a favor de una homogeneización? La idiosincrasia de cada comunidad, que cuenta con sus propias competencias en materia de Educación y, por tanto, con currículos distintos. La ministra declaró que la idea «no tenía encaje legal» y que era «inviable».

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Pero, ¿hasta qué punto es imposible? El Estado cuenta con el 40 % o 50 % de competencias, según qué comunidad, en los currículos de los alumnos. Esto significa que, a bote pronto, la homogeneización de los contenidos podría ser como mínimo del 50 %. Además, según la propuesta popular de aplicar unos criterios comunes de corrección en materia de sintaxis y ortografía –esto es que a un alumno no se le descuente 0,5 puntos en una comunidad por colocar mal dos tildes y a otro por colocar 10, por ejemplo– o de homologar tipos de examen o fechas, no debería de ser complicado.
No obstante, la respuesta por parte de los agentes sociales en Educación es la misma: si se estableciera una selectividad única debe de imponerse en las 17 comunidades, no solo en las gobernadas por el PP. Para ello sería necesario «un Pacto de Estado que unifique la prueba», proponen desde el sindicato. Un trato que podría llevarse a cabo si Gobierno y oposición construyeran puentes de colaboración. «La puerta del ministerio está abierta», sostuvo recientemente Alegría.