Un grupo de millonarios crea una universidad para combatir la ideología woke y «buscar la verdad»

Varios millonarios, hartos de la politización e ideologización de educación superior en Estados Unidos, han decidido crear una universidad libre de todo lo woke, centrada únicamente en revivir los valores occidentales y «buscar valientemente la verdad».

El detonante para llevar a cabo esta iniciativa educativa fue el conflicto entre Israel y Hamás, cuando los campus universitarios se plagaron de acampadas y revueltas estudiantiles que exigían a las entidades romper de raíz todas las negociaciones con Israel como consecuencia de los bombardeos contra la población civil de Gaza.

Tras estas algaradas, varias universidades estadounidenses cedieron ante las presiones de los alumnos y se vieron obligadas a cortar las relaciones con Israel, hecho que desencantó a una parte conservadora de los mecenas millonarios que sostienen estas instituciones.

Es por esto que varias fortunas de Estados Unidos, entre las que se encuentran nombres como Harlan Crow, Jeff Yass, Peter Thiel y John Arnold, se embarcaron en la creación de la Universidad de Austin, que ha abierto sus puertas por primera vez este curso y cuenta ya con 92 alumnos.

Según Harlan Crow, promotor inmobiliario de reconocido prestigio y uno de los benefactores de la institución, el motivo principal para subvencionar esta joven universidad es la «búsqueda intrépida de la verdad. Gran parte de la educación superior de hoy parece querer rechazar los logros occidentales y los logros de las civilizaciones occidentales en su totalidad. Mucha gente piensa que es una mala idea», aseguró en declaraciones a The Wall Street Journal.

Aunque Pano Kanelos, presidente de la Universidad de Austin, afirmó en una entrevista con el citado medio que los diez principales inversores de la entidad tienen una ideología política variada, «todos nuestros donantes son críticos de la educación superior actual».

«Hizo falta lo que sucedió a raíz del 7 de octubre en los principales campus para convencer a Wall Street y a la gente de Silicon Valley de que realmente había un problema con la educación superior», declaró Niall Ferguson, fundador de la Universidad de Austin.

Como incentivo para atraer a estudiantes, los alumnos están exentos de pagar el primer año de carrera, ya que los promotores de la universidad cubren estos gastos con becas sobre la matrícula completa, que ronda los 130.000 dólares.