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LA EDUCACIÓN EN LA ENCRUCIJADAFrancisco lópez rupérez

El libro de Nuno Crato y la política educativa en España

En España, algunos apóstoles del progresismo educativo han identificado el libro de texto como un residuo conservador

Actualizada 04:30

El próximo jueves 7 de noviembre tendrá lugar, en la sede de la calle Almagro (Madrid) de la UCJC, la presentación académica –presencial y en streaming– del libro de Nuno Crato «Apología del libro de texto. Cómo escribir, elegir y utilizar un buen manual», coeditado por Narcea Ediciones y UCJC Stamp en la colección sobre Política Educativa.

Es preciso informar al lector de que el profesor Nuno Crato –economista y matemático de prestigio– fue Ministro de Educación y Ciencia en Portugal entre 2011 y 2015, y es persona reconocida internacionalmente por haber llevado los resultados de la educación portuguesa a las cotas más elevadas de su historia. Nosotros mismos, bastante antes de conocerle personalmente, publicamos un análisis comparado en materia educativa entre España y Portugal (Vista de España vs. Portugal en educación. Una aproximación sistémica). En dicho trabajo se evidenciaba, sin ambigüedad, ese impulso de mejora; impulso que se había traducido en una clara superación de España, por parte del país hermano, medida sobre una amplia colección de indicadores internacionales y apoyada en unas políticas educativas bien diferenciadas de las nuestras.

Procede subrayar aquí que este libro no es, en modo alguno, una defensa comercial del sector editorial, sino una apuesta intelectual de su autor en favor de una herramienta útil al servicio de profesores, alumnos y familias, que, si está bien elaborada y es bien utilizada, puede contribuir sustantivamente, como en el caso de Portugal, a la mejora de las enseñanzas y los aprendizajes escolares. Es el primer libro de la bibliografía educativa en español dedicado a abordar, de un modo riguroso, esa temática.

En España, algunos apóstoles del progresismo educativo han identificado el libro de texto como un residuo conservador; residuo que era preciso sustituir por otros instrumentos alineados con un enfoque socio-constructivista y basados en materiales específicos que habrían de ser elaborados por los profesores, por los alumnos o por ambos. Sin embargo, la nada sospechosa de conservadora Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con ocasión de su «Informe de seguimiento de la educación en el mundo» (Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, 2016: La Educación al servicio de los pueblos y el planeta: creación de futuros sostenibles para todos - UNESCO Biblioteca Digital) apostó claramente por su empleo, aportando algunos argumentos francamente plausibles sobre la necesidad de su uso para los docentes, para los alumnos e incluso para los responsables de las políticas educativas. Pero, además, existe una abundante evidencia empírica que demuestra que un mismo texto escrito se comprende mejor en papel que en versión digital, sea cual fuere la edad de sus lectores.

El libro de Nuno Crato no sólo se alinea con el posicionamiento internacional de gobiernos y organismos multilaterales en favor de los manuales escolares, frente a esa «multiplicación de fotocopias, expresión del saber fragmentado» que denunció en su día el Gobierno francés, sino que va un paso más allá al postular la necesidad de disponer de buenos libros de texto, entendiendo por tales aquéllos que recurren a la evidencia empírica disponible sobre cómo aprendemos y que toman en consideración esa información para promover en la mente de los alumnos un aprendizaje más eficaz.

Y es esa apuesta por los buenos libros de texto lo que puede suponer en España una transformación, orientada hacia la mejora, que las administraciones educativas, en colaboración estrecha con los editores, deberían impulsar como política educativa. Este tipo de asociación, conocido por el acrónimo PPP (Public Private Partnership), ha sido claramente recomendado por la Unión Europea como procedimiento de avance.

Al menos tres rasgos característicos de ese proceso de cambio pueden ser adelantados aquí: su efectividad, su carácter masivo y su naturaleza pacífica.

Un libro de texto, configurado y desarrollado de acuerdo con la evidencia empírica, apoyado en fuentes de evidencia de distinta naturaleza, pero que no ignore los hallazgos de las ciencias cognitivas sobre la manera en que nuestro cerebro aprende, facilitará indudablemente la efectividad de los aprendizajes.

El impacto de otras políticas decisivas para mejorar el rendimiento de los alumnos, como las centradas en el profesorado o en la dirección escolar, requieren la concepción de las propias políticas, su formulación, la negociación con los sectores afectados, su normativización y, finalmente, su posterior implementación. En el mejor de los casos, han de transcurrir entre 5 y 10 años para que ese cambio alcance a los resultados de los alumnos. Sin embargo, el impacto de un buen libro de texto se materializará de un curso al siguiente, de modo que podríamos recuperar, al menos en parte, los retrasos de décadas acumulados por la ausencia de avances en esos otros ámbitos cuyo papel crítico ha sido establecido por la investigación internacional.

Por otra parte, una de las características de las políticas educativas eficaces estriba en su carácter masivo o, dicho en términos más actuales, en su escalabilidad. Este rasgo importante asegura que todos los destinarios terminen beneficiándose del cambio y, por tanto, que la mejora sea ostensible y detectable a través de los procedimientos objetivos de evaluación nacional e internacional. Una política basada en buenos libros de texto es fácilmente escalable, dado que puede alcanzar a todos los alumnos a la vez, generando así cambios medibles mediante los instrumentos adecuados.

Finalmente, el cambio que aquí se plantea sería probablemente pacífico. Por sus fundamentos empíricos y por la naturaleza de su desarrollo, no debería generar grandes controversias políticas. Y es que la falta de acuerdos básicos entre los principales partidos ha sido uno de los factores retardadores de la mejora de la educación española.

Si dicho proceso de cambio terminara por consolidarse en España, nuestra gratitud colectiva hacia el Profesor Nuno Crato tendería al infinito.

  • Francisco López Rupérez es director de la Cátedra de Políticas Educativas de la UCJC y expresidente del Consejo Escolar del Estado

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