
Un gran número de colegios de Baleares no da opción de elegir estudiar en español
El padre de un niño balear: «Me dijeron que si no hablaba en catalán distanciarían a mi hijo de la clase»
Este viernes el Grupo Parlamentario Vox organizó en el Congreso de los Diputados la jornada 'Defensa del español. Una ley nacional para la libertad lingüística', en la que participaron alumnos y profesores damnificados por la imposición de lenguas como el catalán o el euskera
«He tenido que cambiar a mi hijo a un colegio concertado religioso», reconoce Juan Nigorra, padre de un alumno de 11 años de Baleares. La imposición lingüística cada vez copa más regiones y, tal y como evidenció el último informe PISA, el hecho de que los niños sean forzados a estudiar y examinarse en una lengua que no es la que hablan normalmente ha derivado en unos peores resultados académicos.
Este viernes el Grupo Parlamentario Vox organizó en el Congreso de los Diputados la jornada 'Defensa del español. Una ley nacional para la libertad lingüística', en la que participaron alumnos y profesores damnificados por la imposición de lenguas como el catalán o el euskera en los centros educativos. «Metí a mi hijo en un colegio público que estaba cerca de mi casa», relata Nigorra, aunque reconoce que él ya tenía «conocimiento de la problemática de la inmersión lingüística».
Este padre explica que a principio de curso, cuando tuvieron la reunión de padres con el profesorado del centro y la directora, tras señalarles los aspectos organizativos del curso «vino el tema importante». «Nos explicaron cómo los profesores iban a dirigirse a los padres cuando nos tenían que explicar alguna cosa. En mi zona un 60 % son castellanoparlantes y extranjeros. Nos dijeron que lo harían en catalán y que si alguno no lo entendíamos, que nos lo harían por señas, y si no entendíamos la mímica, que distanciarían al niño de su clase y lo pondrían a una distancia donde el niño no pudiera escuchar al profesor», señala Nigorra para evidenciar la problemática del nacionalismo en los colegios.
«Me cambiaron a otro colegio y allí me apuntaba a veces a hablar a los niños de agricultura y ganadería. La profesora hablaba únicamente en catalán y todos los niños y yo también hablábamos en español», relata, victorioso.Asimismo, carga contra la «pasividad» del Partido Popular, pese a haber tenido mayoría absoluta en el Parlamento Balear, ante el problema del catalán en las aulas. Desde la fundación en la que participaba se registraron propuestas, iniciativas, pero, según afirma, no se les «hizo caso». «Estábamos en la misma situación que con el pacto del progreso previo al gobierno popular», expresa.
Nigorra denuncia también que «los padres con menos recursos tienen que sufrir el desastre de la inmersión lingüística, mientras que quienes pueden pagar un colegio privado, salvan a sus hijos de situaciones como ser apartado de la clase para explicarles algo en español».
Otros testimonios
En el acto, Santiago Acosta, de Estudiants pel canvi, denunció la «desventaja competitiva» de los estudiantes catalanes frente al resto, debido a que los fondos se destinan a «la ideología basura, mientras que las instalaciones son nefastas» y ha apuntado a los rectorados, quienes «han degradado las universidades de Cataluña por la falta de libertad política y su rodillo totalitario».
El joven criticó que «algunos alumnos no obtienen respuesta de los profesores si se dirigen a ellos en español». Sin embargo, se ha mostró esperanzado de poder terminar con esta situación y recordó que el futuro «pertenece a los jóvenes».

Jornada 'Defensa del español. Una ley nacional para la libertad lingüística' organizada por Vox en el Congreso
Andrea Llopart, de S'ha Acabat, puso cifras a la situación del catalán, destacando que «tras las imposiciones, el uso del catalán entre los jóvenes ha caído 15 puntos en 15 años». Tal y como reprobó Llopart, el catalán «ha sido la lengua de la imposición»: «De hecho, la intención de la consejería es que el 80-90 % de las asignaturas de imparta en catalán».
También llamó la atención sobre «las plataformas que buscan, persiguen y señalan al profesor que habla en español, o que decide que hay que responder una pregunta a un alumno en español, al margen de los beneficios que tienen los profesores que emplean el catalán sobre quienes no lo hacen».