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El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa.EP

Cataluña castiga al español mientras empuja a los niños a estudiar árabe en un plan pagado por Marruecos

De las 12 comunidades autónomas donde está implantado el proyecto, Cataluña está a la cabeza. En total, 125 centros catalanes participan en la iniciativa

Mientras en Cataluña se relega el español a un segundo plano en el ámbito educativo a favor del catalán, 125 centros educativos de Primaria y Secundaria de la región imparten en sus aulas el Programa de Enseñanza de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (PLACM), enmarcado en el contexto de «colaboración bilateral entre los gobiernos de España y Marruecos».

En la actualidad este programa se desarrolla en centros de Educación Primaria y Secundaria de doce comunidades autónomas: País Vasco, Cataluña, Galicia, Andalucía, La Rioja, Región de Murcia, Aragón, Castilla-La Mancha, Canarias, Extremadura, las Islas Baleares y Madrid, siendo la región liderada por Salvador Illa la que más centros educativos adscritos a este programa acumula.

Según la página gubernamental, los objetivos del programa son los siguientes:

  • Enseñar la lengua árabe y la cultura marroquí al alumnado marroquí y no marroquí escolarizado en centros españoles de educación primaria y secundaria.
  • Proporcionar al alumnado marroquí una formación que le permita salvaguardar su identidad y vivir su cultura.
  • Asegurar la inclusión escolar y sociocultural de este alumnado en el sistema educativo español y en la sociedad española, desarrollando para ello valores de tolerancia y solidaridad.
  • Fomentar la educación intercultural, desarrollando valores de respeto entre las diferentes culturas que coexisten dentro y fuera del ámbito escolar.
  • Cooperar con las familias y facilitar la comunicación con el profesorado a fin de establecer mecanismos que favorezcan su participación en el proceso educativo de sus hijos e hijas.

Este plan educativo está completamente financiado por el Gobierno de Marruecos, a través de la Fundación Hassan II, así como la selección del profesorado que imparte las asignaturas de este programa. Por su parte, son las comunidades autónomas las que informan sobre los centros educativos interesados en formar parte de este programa y se encargan de coordinar la incorporación del profesorado en dichos centros. Por su parte, el Ministerio de Educación asume un papel más técnico, centrado en cuestiones organizativas, como la asignación de aulas al profesorado marroquí necesario para llevar a cabo el programa, así como en actuar como enlace entre las comunidades autónomas y las autoridades de Marruecos.

De las 12 comunidades autónomas donde está implantado el proyecto, Cataluña está a la cabeza. En total, 125 centros catalanes participan en la iniciativa, con una distribución provincial que sitúa a Barcelona a la cabeza (64 centros), seguida de Girona (23), Tarragona (26) y Lleida (12). A nivel local, las ciudades con mayor concentración de centros implicados son Lleida, con 9, y Barcelona y Sabadell, con 8 cada una. Tarragona cuenta con 7 centros y Terrassa con 6.

Estas facilidades para poder estudiar árabe y cultura marroquí contrasta drásticamente con los numerosos impedimentos que los centros educativos catalanes ponen a los alumnos para poder estudiar en español, ya que, según las denuncias de varias familias de la región, la mayor parte de los colegios no respetan la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) de impartir un 25 % de horas lectivas en castellano.

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