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Casado junto a los presidentes regional del PP que no gobiernan.PP

El partido cierra el círculo

El PP se adentra en la fase de congresos regionales con la consigna de listas únicas

El del PP de Andalucía, convocado este lunes, será el único que se celebre en 2022 (Aragón está en duda). Las tensiones se extienden por casi todos los territorios. Desde La Rioja a Extremadura; de Cantabria a Asturias. 

Todavía saboreando las mieles de la Convención nacional del PP y del multitudinario mitin de Pablo Casado en la plaza de toros de Valencia, Juanma Moreno reunió este lunes por la tarde a la Junta Directiva del PP de Andalucía para convocar oficialmente el Congreso regional del partido; previo plácet de la dirección nacional. Éste se celebrará los días 20 y 21 de noviembre en Granada.

Con el del PP de Andalucía, la formación se encamina hacia la última fase de la renovación de las estructuras internas, hacia el cierre del círculo: los congresos regionales que han de celebrarse a lo largo de este curso político, una vez saldados todos los provinciales. Todos menos el del PP de Salamanca, por el tira y afloja entre el presidente castellano y leonés, Alfonso Fernández Mañueco, que quiere que siga al frente Javier Iglesias, y Génova 13.

La cuestión es que no solo en el PP de Madrid cuecen habas: las tensiones se extienden a lo largo de muchos territorios, especialmente en aquellos donde el PP no gobierna y por tanto no hay un barón con mando en plaza. Desde La Rioja a Extremadura, pasando por Asturias, Cantabria y Aragón.

«El partido está unido como una piña, fuerte como una roca», proclamó Casado el domingo en Valencia. Unido en torno a su liderazgo sí; pero tensionado internamente y con heridas territoriales abiertas, también. Que se lo pregunten al «general secretario» -así le llaman muchos-, Teodoro García Egea.

La dirección nacional quiere candidaturas de consenso, nada de primarias

La consigna de la dirección nacional, relatada a El Debate por uno de sus miembros, es clara: no quieren dos listas en ninguna parte, no quieren primarias, sino candidaturas de consenso pactadas de antemano, como consiguieron en todos los congresos provinciales salvo en Sevilla y León. Lo contrario iría contra la línea de flotación de Casado y su mensaje de unidad.

Ello significa una labor de zapa y negociación previa a la convocatoria de cada congreso ardua y larga, de ahí la dilación de los tiempos. En la sede del PP apurar los plazos no preocupa demasiado. Las fuentes consultadas señalan que en lo que queda de año solo se celebrarán el del PP de Andalucía y puede que el del PP de Aragón. Ni siquiera este último es seguro.

Allí, en Aragón, el actual presidente del partido, Luis María Beamonte, ha perdido fuelle en favor del alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón. A mayores, y según ha sabido este periódico, ha surgido una corriente interna partidaria de encumbrar a Manuel Giménez Larraz, hijo del presidente del PP de Aragón asesinado por ETA. «Es el único que puede ganarle al PSOE en Aragón», sostiene un partidario de este último.

El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón.

La Rioja es el paradigma de ese nudo gordiano que tiene el PP ante sí. El Congreso sucesorio de José Ignacio Ceniceros debía haberse celebrado en primavera, pero ante la falta de una entente entre las partes se ha ido posponiendo y no tiene fecha. «Esta dilación no hace más que enquistar la pelea», se queja un miembro de la actual dirección del PP riojano.

En la planta noble de la sede del PP no quieren que se repita el cisma del anterior Congreso, cuando Ceniceros y la actual portavoz del partido en el Congreso, Cuca Gamarra, se despellejaron en unas primarias muy reñidas en las que perdió el aparato por la mínima.

De momento los nombres en liza son el ex secretario general del partido Alberto Bretón, al que Ceniceros destituyó en abril, y el exconsejero Alfonso Domínguez. E incluso el de la propia Gamarra.

Sin candidatos claros

En Cantabria se busca recambio para María José Sáenz de Buruaga -se habla del diputado casadista Diego Movellán- y en Asturias para Teresa Mallada. En Cataluña, pese a que después del varapalo en las elecciones de febrero (los populares solo lograron tres escaños) Casado respaldó a Alejandro Fernández, la suerte del tarraconense está echada: la dirección nacional ha echado el ojo a Manuel Reyes, exalcalde de Castelldefels.

En Extremadura el PP busca un revulsivo para reactivar el partido después de 13 años de Presidencia de José Antonio Monago. El alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, se ha ofrecido como sucesor, pero no hay nada decidido por ahora. 

La intervención de la cúpula nacional en las comunidades donde el PP no gobierna será casi total; pero, en aquellas donde gobierna, los cargos locales tampoco se fían de la mano de García Egea. «Visto el precedente de los congresos provinciales nos tememos que van a intentar sugerir algunos nombres a Moreno, del secretario general para abajo todo es susceptible de ser intervenido...», deja caer un alto cargo del PP andaluz en alusión al futuro organigrama del partido. 

Nadie dijo que la renovación fuera indolora. Como no lo ha sido en la Comunidad Valenciana con Carlos Mazón, ni en las Islas Baleares con Marga Prohens. Las únicas comunidades, junto con la Galicia de Alberto Núñez Feijóo, donde el PP ya ha celebrado sus cónclaves regionales.