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Tribunales 

Seis policías imputados por otra 'patada en la puerta' declaran que actuaron para evitar un «delito flagrante» contra una mujer

Los agentes acudieron a la vivienda alertados por varios vecinos que denunciaron gritos y fuertes golpes y la voz de una mujer pidiendo auxilio

Seis de los doce policías nacionales imputados en el Juzgado de Instrucción número 4 de Plaza Castilla por un presunto delito de allanamiento de morada tras entrar previa 'patada en la puerta', sin orden judicial, en la noche del pasado 9 de diciembre de 2020, en un piso del madrileño distrito de Villaverde, han defendido ante el juez que irrumpieron a la fuerza en la vivienda tras comunicarlo a su superior jerárquico, un inspector jefe de guardia, y ante la posibilidad de que se pudiera estar cometiendo «un delito flagrante» contra una mujer en el interior del inmueble. 

Los agentes acudieron a la vivienda sita en la calle Pan y Toros prevenidos por varias llamadas efectuadas por los vecinos del edificio a la Sala del 091 de la Policía Nacional, una de ellas muy explícita, alarmados ante la existencia de «unos golpes muy fuertes y gritos de una mujer», a altas horas de la madrugada. 

Fuentes judiciales han confirmado a El Debate cómo los agentes han sostenido, en el transcurso de sus declaraciones, que la entrada en la vivienda estuvo justificada, fue proporcionada a la gravedad de la situación y orientada a «comprobar la integridad» de una mujer que estaba en el interior del inmueble y ante la posibilidad de se pudiera estar cometiendo un «flagrante delito», uno de los pocos supuestos en los que es posible alterar la inviolabilidad de un domicilio. 

«Actitud muy chulesca» 

El primer indicativo policial, un vehículo zeta con una pareja de agentes, se personó en las inmediaciones del lugar desde donde se dirigieron a la puerta del piso y allí, siempre según el relato de los agentes, les abrió la puerta un hombre de entre 20 y 30 años «en actitud muy chulesca que se negó, inicialmente, a abrirnos y que nos dijo que no nos iba a dar la documentación». Pese a que los agentes le explican que solamente quieren acceder para verificar la integridad de la mujer, varios hombres más desde el interior de la vivienda les «increparon», les «insultaron» y les «amenazaron» en reiteradas ocasiones.

Los agentes han negado que, en ningún momento desde su llegada, se escuchase «música» que hiciese sospechar la existencia de «una fiesta en el interior». Pero sí han relatado como durante el tiempo en el que estuvieron tratando de dialogar, con el primero de los hombres que les abrió la puerta, hasta cinco individuos más «salieron al rellano» profiriendo contra ellos todo tipo de insultos, cada vez más graves. Ante lo delicado de la situación, los policías decidieron solicitar la colaboración de otros dos indicativos, dos vehículos zeta y cuatro efectivos más, a los que los concentrados en el inmueble recibieron lanzándoles todo tipo de objetos y «botellas de cristal». De todo ello «se hicieron fotografías y se han presentado junto con el atestado policial», han afirmado los policías ante el juez. 

Según el mismo atestado, pese a la actitud desafiante y agresiva de todos los presentes en el inmueble, «se les informó de que podían estar cometiendo un delito de amenazas y otro de desobediencia a la autoridad», han asegurado los agentes. 

Forcejeo con la policía

Como única respuesta un «me la suda vuestro Código Penal» y un portazo para bloquearles el acceso lo que provocó que quedase atrapada la pierna derecha de uno de los agentes. Lo que motivó que otro agente se viese obligado a recurrir al lanzamiento de «un spray de dotación» hacia el interior para que los moradores se apartaran y su compañero pudiese liberar su extremidad. 

Lejos de suavizarse, el forcejeo continuó, hasta que una hora más tarde, el superior al mando dio la orden de «entrar en el domicilio con la mayor premura» ante la posibilidad de que se hubiese producido en la vivienda un «hecho violento» con peligro para la mujer y el menor de unos dos años de edad que, una vez los agentes forzaron la puerta, se encontraron junto a ella. 

Todos los ocupantes, excepto la mujer, fueron detenidos y trasladados a comisaría, donde horas más tarde quedaron en libertad sin pasar previamente a disposición judicial. fueron puestos en libertad una horas después sin pasar a disposición judicial.

Según han apuntado fuentes judiciales a El Debate, todos los detenidos cuentan con antecedentes penales por delitos graves: robos con violencia, resistencia y atentado a la autoridad, tenencia de sustancias prohibidas,... 

Los otros seis agentes que participaron en el mismo  operativo están citados para prestar declaración en sede judicial el próximo día 20 de octubre

La otra patada en la puerta

Las circunstancias son muy diferentes a las del «caso Lagasca», que se sigue contra seis policías imputados por otra patada en la puerta. En aquella ocasión, los agentes irrumpieron sin autorización judicial, el 21 de marzo, en un piso de la calle Lagasca de Madrid para poner fin a una fiesta que contravenía las normas del estado de alarma.