Fundado en 1910

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió en junio con el primer ministro de Reino Unido, Boris JohnsonEuropa Press

Las cesiones de Sánchez sobre Gibraltar que fortalecen a Reino Unido

El Gobierno británico advierte de que está preparado para una solución «no negociada»

La Comisión Europea y el Gobierno británico iniciaron el pasado día 11 de octubre las negociaciones para definir el marco de relación sobre Gibraltar. Dichas negociaciones se abren en plena tormenta entre Londres y Bruselas por la situación en Irlanda del Norte, que no favorece un clima de acuerdo. No hay que minusvalorar, sin embargo, la disposición de entreguismo del Gobierno que preside Pedro Sánchez. Estas son las claves de una negociación en la que España tiene mucho que perder:

Pacto con nocturnidad... en Nochevieja

Gibraltar no está incluido en el pacto del Brexit que Londres y Bruselas alcanzaron a finales de 2020, por lo que debe aprobarse un convenio separado.

España y el Reino Unido ya alcanzaron en la Nochevieja de 2020 un principio de acuerdo sobre el Peñón. El objetivo declarado fue evitar una «frontera dura» y la burocracia aduanera que implica para los 15.000 trabajadores que a diario cruzan la Verja para trabajar, así como para el tránsito de mercancías. 

Una de las claves fue la aceptación por parte de Londres de que policías de Frontex Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas sean los encargados de los controles tanto en el puerto como en el aeropuerto gibraltareño, evitando la presencia visible de los agentes españoles. De este modo, además, el control de la frontera exterior no queda en manos de España. Gibraltar estaría en la práctica dentro del espacio Schengen pero sin formar parte de él.

España accedió a que policías de Frontex controlen puerto y aeropuerto, evitando la presencia visible de los agentes españoles

En realidad, se trata de una rendición encubierta. El documento de Nochevieja subraya que «su contenido no prejuzga la soberanía y jurisdicción de Gibraltar», pero lo cierto es que renuncia a las principales reivindicaciones españolas desde que fue cedido por el tratado de Utrecht (1713). 

Enfado británico en julio

Sea como fuere, aquel documento tuvo un carácter provisional. Por ese motivo, el pasado mes de julio el Ejecutivo comunitario presentó su propuesta de mandato para la negociación. Tras publicarse la propuesta de la CE, el Reino Unido consideró que ese documento «socava la soberanía británica del Peñón» y «entra en conflicto con el acuerdo marco alcanzado con España» en Nochevieja.

Vista general del Peñón de GibraltarEuropa Press

Gibraltar también manifestó su oposición porque entendía que el proyecto de mandato dejaba el control de sus fronteras en el puerto y el aeropuerto en manos de España, y no de agentes europeos de Frontex, como se determinó en el principio de acuerdo alcanzado el 31 de diciembre.

El mandato que propuso la Comisión señalaba que el control y la vigilancia de las fronteras exteriores se realizarían en el puerto, el aeropuerto y las aguas de Gibraltar «y correrían a cargo de España». 

España vuelve a ceder en septiembre

Tras el verano, el enfado británico llevó a España a hacer una nueva demostración de entreguismo. En lugar de partir de una posición negociadora de fortaleza, amparada por la UE, se apresuró a reclamar a la Unión que se plegara a las exigencias británicas: el mandato negociador debía precisar que Frontex brindará apoyo a España en el paso fronterizo si se retira la Verja.

Tras la publicación del proyecto de mandato por parte del Ejecutivo comunitario, los Estados miembros lo analizaron durante más de dos meses e introdujeron modificaciones que no se han precisado, puesto que la UE ha preferido no desvelar la versión definitiva de las directrices negociadoras.

Y ahora, otra amenaza

El pasado lunes comenzaron oficialmente en Bruselas las negociaciones entre la CE y el Reino Unido. Además de esta ronda, ya están previstas dos más en noviembre y una en diciembre. Previsiblemente se extenderán más allá de 2021. Reino Unido y Gibraltar marcaron sus líneas rojas desde el minuto uno. El Gobierno gibraltareño dejó claro el martes en un comunicado que «sigue firmemente comprometido con un tratado final que se base en el marco político previsto en el acuerdo de Nochevieja ».

Indicaba, además, que «en el caso de que esto no fuera posible», también realiza «preparativos para mitigar algunos de los efectos de un resultado no negociado».

El Reino Unido también alertó de que está preparado para una solución «no negociada» sobre Gibraltar, ante la posibilidad de que fracasen las negociaciones. Mientras, España va camino de perder una oportunidad única para lograr avances en sus legítimas, e históricas, reivindicaciones sobre el Peñón. Por ahora, las cesiones solo han logrado fortalecer la posición del país que ha salido de la UE y debilitar la de sus propios socios y la de España. Los augurios no pueden ser peores.