Paseo triunfal en Valencia
Robles pone la única nota discordante y falta a la foto de familia de Sánchez
El 40º Congreso Federal del PSOE, el de «la unidad», empieza en un ambiente distendido y con el presidente rodeado de sus barones y del ala del socialista del Gobierno
El lugar más concurrido de los primeros compases del 40º Congreso Federal del PSOE era el bar. Allí ministros, presidentes regionales y demás aristocracia socialista esperaban pasada la una y media de la tarde la llegada de Pedro Sánchez para hacerse una foto de familia con la que dar por inaugurado el cónclave de la unidad, como lo llaman.
Allí estaba la ministra de Hacienda cuando un grupo de periodistas se le acercó a pedirle opinión del CIS de imputado Tezanos, salido del horno un rato antes y que reduce la distancia del PSOE con el PP a 6,4 puntos, tres puntos menos que el anterior (cuando el resto hace tiempo que dan a Pablo Casado por delante).
María Jesús Montero hizo un gesto de despreocupación. Solo lo había ojeado y concluyó: «Queda mucho para las elecciones». No es éste un Congreso para desvelos ni problemas; nada puede enturbiar el ambiente tranquilo que respiran y exhalan los socialistas. Y eso es algo a lo que no están acostumbrados.
Llegó el jefe de filas y todos los allí presentes aplaudieron con entusiasmo antes de proceder a la foto de familia del Consejo Político Federal, un órgano formado por los barones regionales -los que gobiernan y los que no-, al que se sumó para la instantánea el ala socialista del Gobierno casi en pleno. Salvo Margarita Robles, que a esa hora estaba en Almería, visitando la Brigada Rey Alfonso XIII II de la Legión.
De hecho los ministros del PSOE se habían preocupado de vaciar sus agendas para no faltar a la ovación inaugural a Sánchez, y ya quedarse el resto de la jornada. El único que no pudo dejarla en blanco fue Miquel Iceta, y por causa de fuerza mayor: este viernes por la noche acompaña a los Reyes en la entrega del Premio Planeta en Barcelona. Aun así también estaba en la foto.
Robles no es militante del PSOE, pero tampoco lo es Nadia Calviño y la vicepresidenta económica sí tiene papel en este Congreso, en una mesa titulada Avanzamos en transformación digital. La ministra de Defensa ninguno: sus relaciones con el partido son casi inexistentes. No obstante el domingo podría estar en el discurso de cierre del presidente.
Galones para Juan Espadas
La primera decisión de este cónclave es que a partir de ahora este órgano lo presidirá el secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas. Sánchez da así galones orgánicos al hombre que desalojó del PSOE-A a Susana Díaz. Y más foco, puesto que el también alcalde de Sevilla es un gran desconocido más allá de la capital hispalense y las elecciones andaluzas son, con el calendario en la mano, las próximas.
Hasta ahora ese Consejo lo ha presidido el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en lo que en el anterior Congreso -en 2017- se entendió como uno de los pocos gestos de integración que entonces hizo Sánchez. Ése e incluir a Patxi López en su Comisión Ejecutiva Federal como secretario de Política Federal.
Ahora en esta Feria de Valencia nadie habla de integración. Esa palabra esta demodé en el PSOE, se da por una etapa superada. Tampoco habla nadie de sanchismo. A estas alturas todo el PSOE se ha mimetizado con Sánchez.
Así pues, una de las pocas incógnitas de este cónclave es quién entra y sale en la nueva Ejecutiva, algo que se conocerá a lo largo del sábado. Aunque los que la abandonen lo harán sin ruido ni se oirá una palabra más alta que otra.