30 años del atentado de ETA que cambió la vida de Irene Villa y su madre

tal día como hoy, un 17 de octubre de 1991, Irene Villa y su madre, María Jesús González, fueron víctimas de un atentado perpetrado por la banda terrorista ETA. Se dirigían al colegio en coche, cuando de pronto estalló una bomba. Estaban en la calle Camarena, en el madrileño barrio de Aluche. Ambas sobrevivieron, pero resultaron gravemente heridas. Irene Villa, con 13 años, perdió las piernas y tres dedos de una mano, y su madre, una pierna y un brazo.

Esa misma mañana, ETA hizo explotar otras dos bombas lapa en la capital. Con una de ellas acabó con la vida del teniente del Ejército de Tierra Francisco Carballar Muñoz. Con la tercera, el comandante de Infantería Rafael Villalobos perdió sus piernas. 

Cuando estalló la bomba en el coche de Irene Villa, su madre, al ver que no estaba allí, pensó que la habían matado. Tras enterarse de que, aunque con amputaciones, estaba viva, su actitud fue la de ver que tenían que seguir adelante y aprovechar la segunda oportunidad que la vida les había dado. Así lo explicaba recientemente en una entrevista en Telemadrid, y añadía que lamentablemente mucha gente no había tenido la misma suerte. «Tenemos que lamentar muchísimo dolor tan absurdo como gratuito que ha dejado la banda terrorista», dijo. 

En las ocasiones en las que ha compartido su testimonio como víctima de ETA ha hecho siempre alusión a la importancia que ha tenido para ella el perdón, que asegura que «es el camino». «Si no perdonas, estás cargando con la mochila del que te ha hecho daño», explicaba. Aunque se consiga perdonar, considera que no se puede olvidar lo que la banda terrorista ha hecho durante tantos años, y que es importante «que no se deje de contar lo que realmente pasó en España».

Hoy Irene Villa es psicóloga, escritora, periodista , conferenciante, deportista y madre de tres hijos. Ha recibido numerosos galardones, y ha escrito varios libros, entre ellos Saber que se puede o Los ochomiles de la vida. Su historia se ha convertido en todo un ejemplo de superación ante la adversidad y un motivo para luchar contra el terrorismo de ETA. Siendo consciente de que pudo haber muerto y, sin embargo, sobrevivió, hace tres décadas se aferró a la vida y siguió adelante.