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De vuelo en vuelo

La puesta a punto del Falcon de Sánchez asciende a medio millón al mes

El Ejército del Aire ha adjudicado el mantenimiento de los cinco aviones de su flota T.18 por 24 millones hasta 2025. En los pliegos advierte de que su actividad «no es conocida con precisión» 

La puesta a punto de los cinco Falcon 900 en los que habitualmente viajan Pedro Sánchez, el Rey Felipe y otras altas autoridades del Estado van a costar al erario público, al menos, 24 millones de euros los próximos cuatro años, a razón de medio millón de euros al mes.

El presidente se ha empeñado en no dar detalles de sus viajes en los aviones de la llamada flota T.18, que opera el Grupo 45 del Ejército del Aire, aduciendo motivos de seguridad. Ningún presidente lo ha utilizado tanto como él, y eso que es aún el que menos tiempo lleva en La Moncloa.

Ningún presidente lo ha usado tanto como él, y eso que es el que menos tiempo lleva 

Solo en mantenimiento, la Dirección de Adquisiciones del Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire acaba de suscribir un contrato con la empresa Gestair Maintenance –formalizado el 29 de septiembre– que supondrá un buen pellizco de los Presupuestos de las Fuerzas Armadas entre los años 2021 y 2025. 

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Uno de 24 millones de euros, a los que hay que sumar una reserva de 4,8 millones más «en concepto de modificaciones previstas, consecuencia de posibles incidencias no consideradas inicialmente, o decisiones del Mando de Apoyo Logístico de incorporar determinadas modificaciones». Gestair Maintenance ya se venía encargando de esta tarea desde 2016.

En el pliego de condiciones del concurso, consultado por El Debate, el coronel José Ignacio Ramos Ojeda ya advierte de que la discreción –cuando no directamente opacidad– en los desplazamientos del presidente y otros altos cargos del Estado hace imposible afinar con las previsiones.

«La actividad de las flotas T.18 (la de los Falcon de Sánchez) y T.22 tampoco es conocida con precisión en el momento de redactar este acuerdo marco, ya que no depende exclusivamente del EA (el Ejército del Aire) sino que participan otros Organismos del Estado, cuyos compromisos no son conocidos, por lo que se debe recurrir a las mejores estimaciones posibles. Estas son las razones por las que el contrato debe tener una parte cerrada y una parte abierta», especifica.

Los Falcon 900 son cinco aeronaves compradas entre 1988 y 1991

La flota T.18 está compuesta por cinco aeronaves Falcon 900 que fueron fabricadas entre abril de 1988 y enero de 1991, con motores TFE731-5BR-1C. Tienen que someterse cada año a rigurosos controles. El contrato incluye la «revisión y reparación de aviones y de componentes, el suministro de materiales y repuestos, así como la prestación de servicios de ingeniería, son imprescindibles para asegurar la disponibilidad operativa de los aviones».

Como también otras tareas asociadas a la condición de VIP de sus habituales pasajeros: las inspecciones prevuelo y postvuelo, el lavado exterior de avión, retoques de pintura, limpieza profunda de interiores (butacas, moquetas, cortinas, mobiliario, etc…) y pulido o abrillantado los elementos metálicos no pintados.

El varapalo de la Audiencia Nacional

La Audiencia Nacional acaba de dar un varapalo a Sánchez por utilizar la «seguridad nacional» como permanente coartada para no dar cuenta de sus viajes en Falcon, especialmente cuando son por motivos personales o para asistir a actos de partido (lo ha llegado a utilizar para ir de concierto a Benicasim y a la boda de su cuñado). 

La sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional avaló la semana pasada una resolución del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno en la que éste conmina al Gobierno a informar sobre los viajes privados del presidente en Falcon y en el helicóptero Puma entre enero y mayo de 2019, en plena campaña de las elecciones generales y, después, de las municipales y autonómicas. Según la Sala, no hay riesgo alguno para la seguridad nacional ni la suya propia en hacer pública esa información.

Entre el 4 de marzo y el 9 de abril, y según ha podido constatar este periódico, Sánchez se desplazó en avión oficial a Granada, Vitoria, Gijón, Málaga, Salamanca, Huelva y León para participar en mítines del PSOE. Enmascaró esos viajes con actos como presidente para disimular. Por ejemplo, una conferencia sobre el cambio climático y una visita al Instituto Nacional de Ciberseguridad en León, entre otros.

Algún efecto ha debido de provocar en Sánchez el pronunciamiento de la Audiencia Nacional, puesto que el pasado fin de semana bajó del Falcon y cogió el AVE para participar en el 40º Congreso Federal de su partido, celebrado en Valencia. Claro que ahí no había forma posible de enmascarar.