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Mural con pintadas independentistas en la UAB@ShaAcabat

La inmersión lingüística en Cataluña: objetivo, las universidades

Los rectores de las universidades públicas se han comprometido a que un 80 % de las asignaturas sean en catalán

«El catalán está en peligro» es el mantra que repiten una y otra vez asociaciones y entidades independentistas, los medios de comunicación públicos en Cataluña y el Gobierno de la Generalitat. Constantemente lamentan que el catalán se utilice poco en el día a día de los ciudadanos, en las plataformas digitales, en las redes sociales y hasta en los patios de los colegios. De ahí, dicen, la necesidad de que la inmersión lingüística siga estando a la orden del día en las escuelas catalanas.

Pero más allá de los colegios de infantil, primaria y secundaria, ahora se han marcado un nuevo objetivo: «catalanizar la universidad».

Abría la veda hace unas semanas la consejera de Universidades, Gemma Geis, con el seguimiento del uso del catalán en las clases, en las facultades. La consejera anunciaba que cada universidad tenía que hacer un informe semestral en el que se recojan las incidencias que pueda haber sobre cambios en la lengua de las asignaturas, las causas, y también el seguimiento y la respuesta que se da por parte del centro universitario. El objetivo es que no se repitan cambiar de lengua sólo porque lo pide un alumno, aunque venga de otra comunidad autónoma o del extranjero y no conozca el catalán.

Las universidades ya están habilitando sistemas para recoger estas quejas. Así por ejemplo, las de Lleida y Girona habilitarán un buzón específico; la UAB ya hace un informe mensual desde hace años en el que recoge estas incidencias, que garantiza, son anónimas. Y en el caso de la Universidad de Barcelona garantizan que se atenderá de forma individualizada al estudiante que no entienda.

Según datos del Departamento de Universidades de la Generalitat, actualmente se imparten en catalán casi el 60 % de las asignaturas. Pero el objetivo es llegar al 80 %. Así se recoge en un documento titulado «compromiso contra la crisis educativa» al que se adhirieron los rectores de las ocho universidades públicas catalanas. 

Trabajo precario

En el documento se habla de precios de las matrículas, de trabajo precario, pero también hay un apartado, una tercera prioridad: «parar la regresión que sufre la lengua catalana en la docencia y la investigación universitarias». Es aquí donde se recoge que uno de los objetivos es «garantizar el catalán como lengua vehicular en las universidades que forman parte de la ACUP (Asociación Catalana de Universidades Públicas). Nos fijamos la cifra de un mínimo del 80 % en catalán de la docencia de cada grado, postgrado y máster como un objetivo a conseguir».

Pero profesores universitarios advierten que algo así contraviene no sólo la Ley de Política Lingüística, sino también el Estatuto. Es lo que ha explicado a El Debate la profesora de ciencias de comunicación de la Universidad autónoma de Barcelona, Isabel Fernández Alonso, quien considera que llevar a cabo una «inmersión» en las universidades además de ilegal es «contrario a la realidad lingüística en Cataluña». De hecho, Fernández dice que supone crear un problema donde no lo hay, porque en las facultades hay «convivencia lingüística».

Lo considera algo «delirante» o «ridículo», porque si se quiere internacionalizar la universidad catalana, y que vengan estudiantes y profesores del resto de España y del mundo, «éste no es el camino». «Es como intentar ponerle puertas al campo» y además «lo único que consiguen es empobrecer la universidad y a los estudiantes», añadía.

Donde de momento el uso del catalán no está cuajando es en los másteres. Lógico, dice Isabel Fernández Alonso, que pone el ejemplo de su facultad. Y es que la mayoría de los estudiantes que hacen másteres o postgrados, son de América Latina.

Lo único que consiguen es empobrecer la universidad y a los estudiantesIsabel Fernández Alonso, profesora de la UAB

Y sobre el cambio de idioma de los profesores, la docente también es clara: «cuando uno es perfectamente bilingüe, no sé cuál es el problema, si se entienden perfectamente las dos lenguas. Se trata de cortesía».

Pero más allá de esta cuestión la profesora de Ciencias de la Información dice que el problema en las universidades catalanas es «global», porque hasta los rectores se «pliegan» a las tesis independentistas. Y en definitiva, «hay un intento de uniformización lingüística e ideológica».

De hecho, el documento que suscriben los rectores de la ACUP está impulsado por «Moviment estudiantil», que se define como «anticapitalista y revolucionaria».

Muchos docentes temen que los secesionistas hagan listas negras 

Y otras entides independentistas, como Plataforma per la Llengua, Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans (SEPC) y la Federació Nacional d'Estudiants de Catalunya (Fnec) han puesto en marcha esta misma semana una web para denunciar lo que consideran «vulneración de derechos lingüísticos».

El profesor de Economía de la Universidad de Barcelona cree que los independentistas están tratando de «sobredimensionar» el problema para «imponer su agenda política». Y como muestra, unos datos: en la UB hay unos 60.000 alumnos y el curso pasado sólo se presentaron una decena de denuncias relacionadas con el tema lingüístico.

En la misma línea se pronuncia la profesora de Derecho de la UB, Chantal Moll, que considera un «despropósito» que entidades privadas impulsen mecanismos de control de los profesores. Y se pregunta qué harán con los datos recopilados, si lo que «pretenden es hacer listas negras» o «meter miedo» a los docentes.

Las universidades parecen convertirse en el nuevo objetivo para implantar la inmersión lingüística que ya está instaurada en las escuelas. Y todo ello a pesar de las sentencias del TSJC que obliga a la Generalitat a que el 25 % de las asignaturas sean en castellano. Sentencias que el gobierno catalán no cumple.