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Miriam, Toñi y Desirée, las tres 'niñas de Alcasser'

Miriam, Toñi y Desirée, las tres 'niñas de Alcácer'

Causas Pendientes 

Los seis crímenes «perfectos» en los que la Justicia no ha podido condenar a los culpables

Algunos de ellos están próximos a la prescripción de los delitos y la consiguiente impunidad de sus autores. Sin embargo, en los últimos meses varios de ellos han sido reabiertos gracias al esfuerzo de las familias de las víctimas por esclarecer los hechos

En la mayoría de los casos la falta de pruebas ha hecho que estos seis mediáticos casos, de los cerca de quinientos crímenes que la policía española tiene sin resolver, puedan considerarse, hasta el momento, como «perfectos». 

Las «niñas de Alcàsser»

Abierto hasta 2029. El caso de las tres jóvenes valencianas de «Alcàsser» ha sufrido un impulso por parte del grupo segundo de Fugitivos de la Policía Nacional que, en las últimas horas, ha solicitado al Juzgado de Instrucción número 6 de Alzira (Valencia), que le permita lanzar una campaña específica y difundir el perfil público del principal sospechoso del triple crimen, Antonio Anglés, prófugo de la Justicia desde 1993, en busca de la colaboración ciudadana.

Miriam García, Toñi GómezDesirée Hernández murieron de un disparo después de ser terriblemente torturadas y violadas. Tenían entre 14 y 15 años cuando fueron secuestradas. La última vez que las vieron con vida fue el 13 de noviembre de 1992 cuando se dirigían desde Alcàsser, la localidad valenciana donde vivían, a la discoteca Coolor, en la vecina localidad de Picasent. 

No tenían cómo llegar, así que decidieron hacer autostop. Las recogió una pareja que las dejó en una gasolinera cercana. Desde entonces se les pierde el rastro hasta que el 27 de enero de 1993 dos apicultores localizaron los cadáveres semienterrados en el inhóspito paraje de La Romana, donde se han hallado, recientemente, los restos óseos de las falanges de una de ellas.

Veintinueve años después del atroz suceso, Miguel Ricart (ya en libertad tras cumplir la pena), ha sido el único condenado. Con las nuevas actuaciones policiales, que incluirán el registro de los coches de Anglés y Ricart, los investigadores pretenden rastrear posibles trazas genéticas en más de medio centenar de cabellos hallados en la escena del crimen que sitúen materialmente al otro presunto autor, en el mismo lugar de los hechos. 

Anglés, que en el caso de continuar vivo tendría 55 años, se encuentra en busca y captura por los delitos rapto, violación, asesinato, inhumación de cadáver y tenencia ilícita de armas.

Marta del Castillo 

Marta del Castillo desapareció en Sevilla la noche del 24 de enero de 2009. Salió de casa porque había quedado para arreglar unas cosas con su ex novio, Miguel Carcaño, de 19 años, y jamás se ha vuelto a saber nada de ella. Carcaño confesó que la había matado pero cambio su versión de los hechos hasta en nueve ocasiones. El cuerpo de la joven nunca ha aparecido. 

Condenado a veintiún años y tres meses de cárcel por el crimen, un único responsable: Carcaño. El joven tenía restos de sangre de la menor de 17 años en su ropa y no saldrá hasta haber cumplido, como mínimo, tres cuartas partes de la condena. Pese a que como fruto de las investigaciones policiales también fueron arrestados dos mayores de edad más: el hermanastro de Carcaño, Francisco Javier Delgado Moreno y la novia de éste María García Mendaro que está en libertad condicional; y a dos amigos más del autor confeso del asesinato de Marta, Samuel Benítez y Javier García Marín, alias 'El Cuco', menor de edad cuando sucedió todo. Ninguno de ellos ingresó en prisión tras las dos sentencias, contradictorias, que existen sobre la causa. 

Sin embargo, un reciente documental de Netflix sobre el caso de Marta del Castillo ha dejado una nueva línea de investigación abierta que, ni la Policía ni los forenses tuvieron en cuenta durante la instrucción. '¿Dónde está Marta?', ha permitido saber que un dato clave como la geolocalización de los teléfonos móviles, tecnológicamente precisa, no fue analizada. Esta nueva pista ha devuelto algo de luz al caso que no quedará definitivamente resuelto hasta que todos los implicados sean condenados y confiesen dónde se deshicieron del cuerpo de la joven sevillana. 

Yeremi Vargas

Hace 14 años que el pequeño Yeremi Vargas de 7 años desapareció en Vecindario (Gran Canaria), el 10 de marzo de 2007, mientras jugaba con dos de sus primos en un solar próximo a su casa familiar. Cuando cerca del mediodía su abuela se asomó para avisarle y que entrase a comer, ya no estaba. Uno de los vecinos, que entonces tenía 11 años, aseguró, y se ha ratificado recientemente ante el titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de San Bartolomé de Tirajana, sobre cómo aquel día vio circulando en dirección prohibida por la calle donde desapareció el menor,  un vehículo Renault 5 Oasis con la pegatina de una palmera en el maletero. Hasta la fecha no ha habido ninguna detención y el caso sigue sin resolver. 

Sin embargo, en las últimas semanas ha habido ciertas novedades. Si en un primer momento, en un giro de los acontecimientos, los focos se volvieron contra Juan Francisco Vargas, el padre de Yeremi, tras registrarse dos denuncias contra él, presentadas por dos de sus exparejas y madres de dos de sus hijas, por presuntos abusos sexuales, la segunda vía abierta, se sitúa sobre un preso que, al parecer, habría confesado a otro de sus compañeros de celda numerosos detalles sobre la desaparición que nunca han sido publicados. 

Antonio Ojeda, alias 'el Rubio' contó a José Rubén Obadía ciertos datos acerca de un niño como que estaba de «color azulado», en referencia indirecta a Yeremi, porque ese rasgo del menor sólo lo conocía el entorno familiar más cercano. Obadía, de 56 años y natural de Gran Canaria, fue detenido en 2015 por abusos sexuales cometidos en Vecindario tres años antes del caso Yeremi y, según pudo averiguar la policía, poseía un Renault 5 blanco idéntico al que se situó por parte del testigo ocular en la escena de la desaparición.

Esta misma semana se han practicado nuevas diligencias en las que el juez ha vuelto a tomar declaración a la madre de Yeremi, Itaisha, al vecino que identificó el vehículo cerca de la casa cuando desapareció el niño y al preso al que, presuntamente, 'el Rubio' habría dado datos irrefutables para impulsar de nuevo la investigación.  

Déborah Fernández

El caso de Déborah Fernández Cervera, prescribe en seis meses, tras más de veinte años de instrucción y quince archivos judiciales en falso, los esfuerzos de la acusación particular que ejerce la familia han conseguido la reciente exhumación del cuerpo y otras pruebas forenses de ADN que se espera que arrojen algo de luz sobre el nombre del asesino. El autor del crimen, quien el 30 de abril de 2002 acabó con la vida de la joven viguesa de 22 años, colocó su cadáver desnudo en una cuneta, junto a un preservativo usado y varias pistas falsas más: un pañuelo de papel y un cordón verde bajo ella. El escenario construido artificialmente pretendía simular que tras lo ocurrido había un móvil sexual. 

Déborah desapareció haciendo footing en las inmediaciones de la playa de Samil (Pontevedra) y fue encontrada dos semanas después, en O Rosal, a 10 kilómetros de su casa, cubierta por una hojas de planta. Pese a que, inicialmente, se barajaron varios sospechosos, nunca se ha podido determinar la autoría del crimen. 

El reciente hallazgo de las fibras de una manta bajo las uñas del cadáver de la joven quizás permita dar un vuelco a la investigación ya que, de identificarse las mismas, podría ubicarse a Déborah en el lugar exacto donde encontró la muerte. 

Sheila Barrero

Sheila Barrero fue asesinada de un tiro en la cabeza con 22 años. El 25 de enero de 2004, regresaba a su casa en la localidad asturiana de Degaña tras terminar su jornada laboral como camarera en un pub situado en Villablino (León). Su propio hermano encontró el cuerpo fallecido de la joven en el interior de su coche, aparcado en un área recreativa del Alto de la Collada, entre ambas localidades. 

Aunque el exnovio de Sheila fue, desde un primer momento, el principal sospechoso para la familia de la joven, la Audiencia Provincial de Asturias cerró el caso en firme, tras una reactivación del mismo en 2015, sin que nadie haya entrado en prisión por el crimen. La juez instructora así lo decretó al entender que las «simples sospechas» eran insuficientes para juzgar o condenar al investigado.  

Los informes policiales concluyeron que los residuos que el exnovio presentaba en su mano derecha y en la chaqueta que, presuntamente, vestía aquella noche eran fruto de un disparo. Sin embargo, el tribunal consideró que dichos restos podían deberse a una mera transferencia e incidieron en el hecho de que ningún testigo pudiera ubicar al sospechoso fuera del domicilio familiar durante las horas entorno a las que se produjo el crimen. Por todo ello, este asesinato nunca podrá ser judicialmente resuelto. 

Helena Jubany

El juzgado de primera instancia 2 de Sabadell ha acordado la reapertura de la investigación del asesinato de Helena Jubany, parada desde 2005. La bibliotecaria de Sentmenat (Barcelona) fue asesinada en diciembre de 2001. Montse Careta, la amiga de Helena que vivía en el lugar donde se encontró el cadáver, se suicidó en prisión. Ésta es la carta de presentación de un terrible caso que, todavía hoy, sigue sin solución pese a que el novio de Careta, Santi Laiglesia, fue durante meses el principal sospechoso. Nunca llegó siquiera a ser detenido. La causa contra él, por el momento, se mantendrá archivada. 

Helena apareció muerta en un patio de luces de un edificio de Sabadell. Fue drogada para, inconsciente, ser arrojada desnuda desde la azotea. El cuerpo presentaba varias quemaduras de colilla sobre la piel. Días antes de ser asesinada Jubany había recibido dos inquietantes notas anónimas: la primera junto a una botella de horchata y la segunda acompañada de un zumo de naranja que, en ambos casos, contenían somníferos. La joven confesó a su entorno más cercano que vivía atemorizada por un presunto acosador

Sólo en el caso de que las nuevas diligencias que se practicarán en el disco duro del ordenador de Helena, donde se alude a una tercera persona, aporten nuevos indicios, el juez se planteará devolver a Laiglesia la condición de investigado. El caso prescribe en 2025. 

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