La reforma de la Ley de Seguridad agobia a los policías: «Dará inmunidad a los manifestantes violentos»
El portavoz de JUPOL, Pablo Pérez, explica a El Debate que la normativa hará perder autoridad a las fuerzas de seguridad además de colocarles en una situación de desprotección a ellos y a sus familias
Seis años después de su aprobación con mayoría absoluta del PP, la también conocida como ‘Ley mordaza’ llega a su fin. Este miércoles, PSOE y Unidas Podemos registran un grupo de enmiendas que darán la vuelta al espíritu de la norma. El líder del sindicato policial explica a El Debate que la reforma hará «perder más autoridad a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado y ganar una cierta inmunidad a los manifestantes más violentos». En este mismo sentido se posiciona un antidisturbios en activo que participó en la disolución de las revueltas del 1-0 en Cataluña y que comparte con este medio su visión sobre el cambio legislativo.
La ley orgánica que fuera recurrida ante el Constitucional por varios grupos parlamentarios, entre ellos el PSOE, IU, ERC y UPyD, regresa este miércoles a la Cámara Baja con la intención de inclinar la balanza en favor de la protección de los derechos de los manifestantes, sin considerar la desprotección que esas modificaciones suponen para las fuerzas del Estado así como para sus operaciones.
Indefensión policial
La nueva redacción de la Ley de Seguridad Ciudadana pretende, entre otros cambios, minorar el tiempo en que el ciudadano es identificado: de seis a dos horas. Como explica el secretario de comunicación de JUPOL, «no va a ser posible identificar al sujeto en ese plazo», a lo que hay que sumar «el traslado, después, al lugar donde se le identificó». Para el sindicalista, la conclusión es que las fuerzas de seguridad «van a hacer de taxistas».
«Entendemos que con esta reforma se beneficia al manifestante y se hace perder autoridad y se perjudica a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», sentencia Pérez. En opinión del líder del sindicato policial, «todos los gobiernos han utilizado esta mal llamada ‘Ley mordaza’», que era «una ley que daba» a las fuerzas estatales «ese principio de autoridad que debíamos tener». Para Pérez, esta reforma no es fruto sino de «pactos políticos».
Podrán ser grabados
La normativa vigente no permite grabar a las fuerzas de seguridad en la vía pública, lo cual protegía su derecho a la intimidad, pero también su integridad física y la de sus familiares. Con la reforma, los funcionarios al servicio de la seguridad ciudadana serán fácilmente identificables, al permitirse grabar sus rostros o placas.
«Nuestros compañeros tienen ese derecho a la intimidad y a no desvelar su identidad como miembro de algún cuerpo», afirma Pérez en relación al ejercicio ordinario de los cuerpos, a lo que añade: «Creemos que en algunas partes de España son perseguidos por el mero hecho de ser componentes de la Policía o Guardia Civil» y, lo más grave: «No sólo se les persigue a ellos, sino también sus familias».
Adiós a las pelotas de goma
El sindicalista espera que antes de que se modifique la norma, se les dote «de medios igual de disuasorios» para «ese tipo de concentraciones» más violentas. Por su parte, el antidisturbios que participó en la ‘Operación Ícaro’ del movimiento independentista catalán denuncia a este medio que se les va a privar de una de sus «principales herramientas disuasorias y con ello, al final se favorece a los manifestantes más agresivos».
Suben los decibelios en las protestas
Las concentraciones ciudadanas parece que son cada vez más violentas. Así lo reverbera el portavoz de JUPOL, para quien se está «viendo a nivel nacional cómo cada vez se agrede de una forma más contundente» a las fuerzas de seguridad, «cómo las manifestaciones acaban con destrozos en el mobiliario urbano e incluso con saqueos en los comercios». Por su parte, el antidisturbios que participó en la disolución de esos actos violentos en Cataluña y que también prestó servicio en la capital durante las últimas elecciones, afirma que «las protestas son cada vez más violentas, véase la última campaña electoral en Madrid».
Para el antidisturbios, el incremento de «la crispación se genera por los propios políticos, con independencia de su ideología. Ellos son los que hacen que la gente actúe, los ciudadanos son sus marionetas». En su relación con otros cuerpos, explica cómo los Mossos d’Esquadra les cuentan que «a ellos desde arriba les indican que cualquier daño es asumible, que no actúen». En consecuencia, «la crispación en la calle y la desprotección de los cuerpos» proviene de la provocación desde las altas esferas. Una situación que tanto a unos como a otros «al principio les indigna, pero como quieren hacer lo mejor que se puede el trabajo y dormir tranquilos», acaban simplemente acatando órdenes.
Esta vuelta de tuerca a la legislación de la normativa de seguridad ciudadana que trae al Congreso la coalición de Gobierno, no solo afectará a la protección de las fuerzas de seguridad y sus familiares, sino también al propio desarrollo de las operaciones, según han apuntalado fuentes policiales de cuerpos especiales a este medio.