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Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS)JJGK

Defensa 

El buque de última generación de la Armada al rescate de submarinos y tesoros hundidos

También puede ser empleado para la intervención y rescate en accidentes y naufragios y vigilancia y monitorización del patrimonio subacuático

«Ingreso de agua de mar por sistema de ventilación al tanque de baterías N°3 ocasionó cortocircuito y principio de incendio en el balcón de barras de baterías. Baterías de proa fuera de servicio. Al momento en inmersión propulsando con circuito dividido. Sin novedades de personal mantendré informado». Este es el último mensaje que envió el submarino ARA San Juan (S-42) el miércoles 15 de noviembre de 2017, día en el que se perdió contacto con la nave junto a sus 44 tripulantes. Un año y dos días después, la nave fue encontrada por una empresa privada, con toda su tripulación muerta, muy cerca del punto de desaparición, a 907 metros de profundidad.

Aquel drama mantuvo en vilo a Argentina y tuvo una enorme repercusión internacional. Es imposible no recordar también la tragedia del Kursk, el submarino ruso que el 12 de agosto de 2000 naufragó durante un ejercicio naval en el mar de Barents con 118 tripulantes a bordo. La operación de rescate internacional fracasó y no hubo supervivientes.

Así será el nuevo buque de la Armada para rescatar submarinosJJ.GG.

Son dos casos extremos que acapararon el foco del mundo entero a la espera de un milagro que no llegó. Sea como sea,  la Armada española contará en menos de cuatro años con un buque especializado en el rescate de submarinos. El Consejo de Ministros autorizó el pasado 11 de octubre la compra para la construcción del Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS) por un total de 166 millones de euros, que generará una importante carga de trabajo en los astilleros de Navantia en Puerto Real (Cádiz).  Su entrega está prevista en el mes de mayo de 2025.

El futuro BAM-IS es un buque dotado con la última tecnología, que permite un amplio repertorio de misiones: operaciones de buceo, salvamento, apoyo al rescate y rescate de submarinos siniestrados, intervención y rescate en accidentes y naufragios y vigilancia y monitorización del patrimonio subacuático. En el caso de los submarinos accidentados y atrapados en el fondo marino, el proyecto prevé contar con dos batiscafos tripulados, preparados para acoplarse al submarino averiado, igualar las presiones y poder así extraer poco a poco a la tripulación que hubiera podido quedar atrapada. 

En el caso del patrimonio subacuático, el buque se encargará de la vigilancia de verdaderos tesoros con carácter cultural, histórico o arqueológico, que se encuentren bajo nuestras aguas territoriales.

Además, cuenta dos cámaras hiperbáricas para la descompresión y una moderna campana húmeda. Ésta puede incluso funcionar como ascensor submarino para sumergir a dos buzos en profundidades de trabajo de hasta 90 metros y devolverlos a la superficie. Como dato adicional, la cubierta de proa ha sido diseñada para permitir la utilización de helicópteros. Además contará con una grúa capaz de desplazar cargas de hasta 50 toneladas.

Los datos del proyecto

-La construcción del BAM-IS generará una carga de trabajo de 1,3 millones de horas durante tres años y medio.
-El plazo de entrega previsto es de 42 meses.
​-La obra generará un valor añadido directo e indirecto para la economía de aproximadamente 54 millones de euros anuales y una demanda agregada de 159 millones de euros anuales, según ha informado Navantia.
​-En cuanto a los puestos de trabajo, serán 1.115 empleos, incluyendo empleo directo en Navantia (unos 160), de industria colaboradora (290) y empleo inducido (665), correspondiente a los suministradores y actividad económica en torno a la construcción.
-​El contrato comprende tanto la construcción del buque como la adquisición e integración de los equipos de intervención subacuática.

El BAM-IS sustituirá al actual buque de Salvamento y Rescate de la Armada «Neptuno», que está llegando al final de su vida operativa y que actualmente se encarga de las operaciones más complejas de intervención subacuática.

Navantia ha indicado que la construcción de este buque supone un desafío desde el punto de vista de la integración de los sistemas, sensores y equipos que debe llevar para abordar su amplio rango de misiones. Se espera que los buques con capacidad de intervención subacuática sean un producto con una demanda internacional creciente dado el aumento previsto en el número de submarinos.