Crisis del PP
Ni Ayuso es Aguirre, ni Casado es Rajoy; pero el guion se repite
Una sensación de déjà vu ha recorrido los pasillos del congreso que el PP andaluz ha celebrado este fin de semana en Granada
Una reunión que a nivel autonómico iba a ser de trámite —el refuerzo del liderazgo de Juanma Moreno más la puesta a punto orgánica de su partido, con el ojo puesto en un posible adelanto electoral en Andalucía— se ha visto empañada por las luchas intestinas que ahora mismo el PP libra en Madrid.
¿Luchas de poder o luchas ideológicas? La civilización consiste en asear a Darwin con un traje de grandes saberes, porque la ambición, desnuda, asusta; realidad que los políticos, curtidos como pocos en el arte del disimulo, conocen perfectamente. Entonces, ¿qué está exactamente pasando dentro del PP?
«Ayuso decía el viernes aquí, en Granada, que la crítica es legítima. De acuerdo. ¿Pero el rifirrafe no era por las fechas del congreso en Madrid?». La pregunta, nada retórica, la lanza un apparátchik con décadas de experiencia a las espaldas. No son tanto las razones, como la misma actitud de la presidenta madrileña, lo que despertaría en Génova un sentimiento de precaución y falta de confianza con respecto a Sol. «Si por un tema de fechas del congreso, que Egea ya dijo que sí, montan la que montan, qué no montarán entonces por otras cosas…», barrunta a media voz la misma fuente en unos de los pasillos de este congreso.
Este fin de semana en Granada podía percibirse asombro y estupor en las caras de los allí presentes, tanto daba que fueran un barón regional como un militante raso; no están acostumbrados a contemplar en vivo y en directo las crecientes tensiones entre Génova y Sol; tensiones que desde el centro, Madrid, salpican a la periferia; Andalucía, en este caso. Las encuestas, por su parte, indican que la ciudadanía percibe el ruido madrileño como falta de orden y de rumbo, con el consiguiente estancamiento demoscópico que los ‘populares’ viven durante las últimas semanas.
Apocalípticos (liberales) e integrados (populares)
Pero volvamos a la pregunta inicial: ¿tiene esta lucha causa ideológica? Casado y Ayuso proceden de la misma ornada de jóvenes liberales criados a la vera de Esperanza Aguirre, entonces presidenta de la Comunidad de Madrid. Muchos de los casadistas que apoyaron al actual presidente del Partido Popular en sus primarias contra Soraya Sáenz de Santamaría también proceden de ese mundo aguirrista que ya causó quebraderos de cabeza a Mariano Rajoy en el Congreso de Valencia de 2008.
«Aquí terminan las similitudes», prosigue otro interlocutor que también ha querido hablar para El Debate en los descansos entre ponencia y votación. «El PP de Casado en 2021 no es el de Rajoy en 2008. Casado hace tan solo tres años cogió un PP en los huesos; y ahora mismo ya lidera todas las encuestas contra Pedro Sánchez. Casado modula su discurso, sí, porque habla y actúa en clave nacional. Esto, por cierto, le ha permitido absorber a gran parte de los votantes de Ciudadanos y que el partido naranja esté ahora en proceso de descomposición; de la misma manera que Ayuso modula su discurso para dentro de la Comunidad de Madrid, una región uniprovincial y con altas rentas que es de derechas desde hace décadas. De hecho, Ayuso, precisamente por su afinidad ideológica y personal con Casado, fue designada por este candidata. Ayuso aplica en Madrid el proyecto de Casado para toda España», reflexiona esta fuente.
Varios congresistas coinciden en señalar que esta lucha no ha tenido, hasta ahora, cariz ideológico, al tiempo que recuerdan que el cese de Cayetana Álvarez de Toledo de la portavocía del grupo parlamentario se debió a una cuestión de «pura y dura» disciplina de la formación, así como «a varios líos internos» y a que «nunca gustó al partido; trasladaba una imagen extravagante, de rareza; y mira, en el Partido Popular nunca hemos sido eso, ni lo queremos ser. En el fondo, Cayetana es más de Ciudadanos o incluso de Vox que del PP porque, tan liberal ella, carece por completo del juste milieu, como se ha podido ver. Hombre, y ya puestos; para intelectual, Fraga, y no iba por la vida como va esta señora”, aunque ahora «con la publicación de su libro ella lo cuenta de otro modo, al suyo, pues muy bien. Escúchame, el PP es un partido que tiene su sede central en Madrid y es un partido muy español, pero no necesariamente del madrileñismo de ciertas tertulias y eventos; ojo, son cosas distintas».
El mismo apparátchik con el que hablamos antes señala la que, a su juicio, constituye la clave de la crisis: «Ayuso está en el poder y la gloria, es una estrella mediática en Madrid y tiene un presupuesto anual por la CAM de 23.000 millones; y Casado está, de momento, chupando rueda en la oposición con sus 89 diputadicos. No hay más».