Echenique prefiere no usar «palabras gruesas» como dictadura para hablar de Cuba: «No ayuda»

Unidas Podemos prefiere evitar el uso del término 'dictadura' para definir a un régimen como el castrista, que manda en Cuba desde que en el año 1959 Fidel Castro estableciera un Estado socialista en la isla.

El partido 'morado' evita esta palabra para no molestar al régimen cubano, con el que profesan una indisimulada simpatía. La penúltima muesca en esta particular historia de rodeos la ha protagonizado su portavoz parlamentario, Pablo Echenique, en el Congreso de los Diputados.

Al diputado se le ha pedido que condene la «dictadura comunista» que rige en el país, que en su último intento por coartar los derechos más elementales ha impedido las manifestaciones.

«No ayudamos a los países latinoamericanos en los que hay conflicto político como es el caso de Cuba utilizar palabras gruesas. Creo que hay que apostar por la democracia en todos los países latinoamericanos, como acabo de comentar en Venezuela y evidentemente también en Cuba», expresó el portavoz. Una manera gráfica de lo que en castellano significa el refrán de irse por los cerros de Úbeda.

Desapariciones, detenciones y muertes

Echenique ha añadido que tiene que «huir» de términos «gruesos» como tildar de dictadura al régimen cubano, sobre todo cuando España tiene una «responsabilidad especial» con los países iberoamericanos, que son «hermanos» y a los que toda la sociedad española desea que les vaya bien.

Desde que los Castro tomaron el poder, se han producido a lo largo de las últimas décadas desapariciones, detenciones arbitrarias e incluso ejecuciones de aquel que se atrevía a criticar el castrismo.

Es prácticamente imposible cuantificar cuantos cubanos y sus familiares han sufrido el yugo del castrismo. Únicamente se tiene constancia de las denuncias de familiares, opositores y organizaciones que trabajan en la isla.

Ni la ONU tiene un registro específico y el país por supuesto que no realiza informes anuales al respecto. Amnistía Internacional ha realizado numerosos llamamientos a la apertura política, la libertad de prensa, el respeto a los derechos humanos individuales y la liberación de opositores.

En definitiva, que si funciona como una dictadura, se comporta como una dictadura y aplasta al desafecto como una dictadura, es una dictadura, aunque sea una palabra gruesa.