Fundado en 1910

Real Palacio de El PardoPatrimonio Nacional

En las dependencias desconocidas del Palacio Real de El Pardo

La nave para los guardias reales reconvertida en asilo y luego en orfanato, la 'Casita del Príncipe' o la Sala de la Antigua Guardia Mora; son algunas de las desconocidas estancias del Real Sitio

Levantado por orden de Enrique IV, el Palacio Real de El Pardo se encuentra junto a 16.000 hectáreas del bosque mediterráneo más importante de la Comunidad de Madrid, en una reserva ecológica que acaparó el interés de los monarcas castellanos desde la Edad Media. Un emplazamiento conocido en la actualidad por acoger a los jefes de Estado de visita oficial en España y que, sin embargo, guarda curiosas historias en sus aledaños traseros. La Guardia Real de S.M. el Rey ha recibido a El Debate y le ha facilitado ilustraciones y fotografías inéditas para mostrar las interesantes entre bambalinas del Real Sitio. 

El Pardo, desde el siglo XV

El origen del Palacio Real es por todos más o menos conocido. El primer asentamiento en El Pardo data de 1405, configurado como un pabellón de caza bajo el reinado de Enrique III. Con Carlos I y Felipe II, el primitivo Alcázar se convirtió en palacio. Construido por los Austrias y ampliado por los Borbones, los patios de la hoy residencia oficial de los jefes de Estado extranjeros bebieron precisamente el nombre de sendas dinastías.

A mediados del siglo XVIII, los montes y el bosque se incorporaron al patrimonio de la Corona, dando lugar a un planeamiento urbano arquitectónico desarrollado por Carlos III, quien lo convirtió en su principal residencia invernal, desde Epifanía hasta Semana Santa. A finales del siglo XIX los edificios sufrieron reformas y una de sus mayores transformaciones aconteció tras la Guerra Civil

Escultura de Felipe VI, a altura real, de Salvador Amaya (2015), situada en los jardines del entorno del edificio de mando y la Guardia Real en el Cuartel 'El Rey'El Debate | Patricia Sanz

¿Pero, qué hay detrás del Palacio Real de El Pardo, por muchos únicamente recordado como la residencia oficial del general Franco? Este periódico ha accedido a las inmediaciones, hasta ahora, solo reservadas a los más cercanos del entorno regio, para compartir con sus lectores una pincelada más de los edificios militares sitos, tras el Palacio Real y sus anécdotas estrechamente vinculadas con la historia de España.

El asilo reconvertido a orfanato

En 1739, en la parte trasera del palacio, se levantó la nave principal que alojó a los Exemptos de la Guardia de Corps, los entonces guardias reales que custodiaban a la Familia Real. En 1761, un proyecto del arquitecto Manuel de Molina previó alojar a 290 hombres y 260 caballos y fue en 1869 cuando fue reconvertido en un asilo de pobres.

Dibujo del Asilo de El PardoGuardia Real | Casa de S.M. el Rey

Bautizado como el Asilo de San Juan y Santa María, el edificio acogió a más de 600 personas, para un siglo más tarde convertirse en 1931 en el Orfanato Nacional de El Pardo. Una escuela de niños dependiente de La Institución libre de Enseñanza a quienes Franco construyó unas mejores instalaciones, que todavía se conservan, al final de la madrileña calle de General Ricardos. Así, se evitó que los huérfanos convivieran con militares y les fue procurada una residencia dentro de la ciudad.

Fotografía de época del Patio de los Asilos, El PardoGuardia Real | Casa de S.M. el Rey

La escondida 'Casita del Príncipe'

Justo detrás del palacio, se encuentran los jardines en los que Franco mandó construir una pista de tenis y una piscina, ésta última famosa por haber sido retratada en la prensa del corazón de la época. Además, en el espacio del antiguo polvorín, se puede encontrar una guardería para el personal militar, inaugurada por la Reina en 2005.

Mapa antiguo de los Jardines de El Palacio Real de El PardoGuardia Real | Casa de S.M. el Rey

Aunque lo realmente interesante data de mucho antes. Un generoso número de catalpas y castaños de Indias centenarios dan cobertura al caminito que todavía hoy existe entre la puerta trasera del palacio y, el gran secreto escondido: la Casita del Príncipe. Un mini palacete que Carlos III hizo para el recreo y la intimidad de su hijo Carlos IV y al que se accede tanto desde el Paseo de El Pardo como por un camino que pasa por medio del Cuartel de El Rey.

Vehículos históricos

Tras El Palacio Real de El Pardo, también se encuentra la Sala Histórica de la Guardia Real. En su planta inferior, se guarda una parte de la colección automovilística de la unidad. El olor a gasolina descubre cómo todos los vehículos se encuentran en uso, preparados para ser transportar y escoltar a los Reyes y a los jefes de Estado o representantes extranjeros. Los restantes coches no expuestos se encuentran en los Cuarteles de 'La Reina' y 'La Princesa', también en El Pardo.

Colección de vehículos históricos, planta baja de la Sala históricaMinisterio de Defensa

Desde el más antiguo, el Ford 817 T con motor Ford V8 del año 1938, pasando por el Mercedes Benz G 4 W31, vehículo de tres ejes que Hitler regaló al Generalísimo en 1940, el Mercedes Benz 770 Pullman Limousine, el Cadillac blindado y descapotable de 1948, a los Rolls Royce que desde el año 1952 se vienen utilizando para los actos de representación, destacando el modelo Phantom IV que utilizaron el día de su proclamación tanto del Rey Juan Carlos I como de Felipe VI.

Uniformes de Alabarderos y Guardia Real, en la Sala Histórica de El PardoMinisterio de Defensa

También desde la planta baja, la figura del Alabardero se convierte en el hilo conductor del recorrido a través de reproducciones de uniformes. Junto a algunos originales de principios del siglo XX, se presentan otros uniformes de guardias reales, guardias presidenciales o guardias republicanas de buena parte de los países del entorno, para terminar en la última sala con regalos que, a lo largo de los años, han hecho a los Reyes, como la primera bandera entregada a la Guardia Real. En dicha estancia también se encuentran las corbatas de las siete Laureadas de la Real y Militar Orden de San Fernando, obtenidas como recompensa en batallas a lo largo de la historia de los protectores de la Familia Real.

Noches de bodas y últimas de soltería

El Pardo fue también el lujoso palacio preferido por muchos monarcas españoles. Alfonso XII y María de las Mercedes, un matrimonio sellado por el amor, pese a la reticencia de Isabel II o del propio Gobierno, pasaron allí su noche de bodas, donde en 1885 aquel fallecería. También se cuenta que Victoria Eugenia de Battenberg, Reina de España por su matrimonio con Alfonso XIII en mayo de 1906, pasó allí su última noche de soltera.

Interior del Palacio Real de El PardoPatrimonio Nacional

Llama la atención cómo el Palacio Real de El Pardo, asimismo, se ofreció a la familia imperial austrohúngara durante una temporada; en tiempos de la desintegración del Imperio austrohúngaro y finalizada la I Guerra Mundial.

La Antigua Guardia Mora

Francisco Franco trajo una compañía de fusileros y un escuadrón de caballería de Marruecos –disueltos en 1956, cuando se declaró la independencia del país del Norte de África–. A su más conocida como la Antigua Guardia Mora les permitió dedicar a su gusto, entre otras estancias, una sala en «el patio trasero» del palacio que todavía hoy conserva toques de gusto árabe y cuya visita al público no se permite con el fin de su correcta preservación. 

Sala de Oficiales de la Antigua Guardia MoraMinisterio de Defensa

Esta Sala se encuentra dentro del Edificio de Mando y Estado Mayor, cuya fecha exacta de construcción se establece en torno a la década de los años 40, junto al acondicionamiento del entorno del Palacio Real acometido por el arquitecto Diego Méndez. Desde 1940, y después de algunos siglos, se estableció una guardia permanente en el entorno del Palacio de El Pardo, El Regimiento de la Guardia del jefe del Estado. Con la restauración de la monarquía y, a pesar del cambio de ubicación de la residencia de los jefes de Estado a la Zarzuela, la Guardia ha permanecido acantonada en El Pardo hasta nuestros días.

El Real Sitio del Palacio Real de El Pardo atesora, así, historias mucho más allá de los muros del edificio principal, que puede ser visitado por todo aquel ciudadano que desee conocer un poco más sobre el pasado de este monumento gestionado hoy por Patrimonio Nacional.