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Símbolos recogidos por el Escudo oficial del Estado españolEl Debate | Patricia Sanz

Símbolos oficiales

El origen y la simbología del Escudo de España

Jose María De Francisco Olmos analiza para El Debate el símbolo del Estado como académico de número y secretario de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía española

El Escudo que representa a España no es un capricho de la vigente Carta Magna, sino que respira siglos de historia. Perfectamente regulado en una Ley, «podría modificarse siguiendo su normativa regulatoria», como cualquier otra norma. Jose María De Francisco Olmos, Doctor en Historia medieval desgrana para este medio, los detalles sobre el escudo oficial del Estado español.

Acto de Izado Solemne de la Bandera española en el Día de la Constitución, en la Plaza de Colón de MadridEFE

Origen

¿A qué año se remonta el escudo que luce la Bandera? «Fue la Ley 33/1981, de 5 de octubre, la que determinó el diseño del actual escudo de España», señala De Francisco Olmos. «El escudo de la original bandera naval se componía solo del partido de Castilla-León desde tiempos de Carlos III, y cuando en 1843 el Ejército asumió dicha bandera se colocó en él el mismo diseño, pero cuartelado, y así se mantuvo hasta 1931». Por tanto, «no puede hablarse de un único modelo de escudo de España antes de 1931», bajo el reinado de Alfonso XIII

«La República cambió la bandera y el escudo, creando un modelo único basado en el de 1868»; un escudo que «se pretendió usar en las monedas pero que nunca se oficializó».

«Posteriormente en 1938 se creó el escudo del Estado español por los sublevados, que con ligeras variantes se mantuvo hasta 1981, cuando se aprobó el actual, cuyo modelo es de nuevo el de 1868». Por tanto, este es el que «podemos considerar como el primer escudo territorial de España, si obviamos el modelo de breve vida adoptado durante el reinado de José Napoleón Bonaparte». 

Símbolos

Los cuarteles se corresponden, de izquierda a derecha, en el sentido de las agujas del reloj, con las armas del Reino de AragónCastilla, León y de Navarra.

Como curiosidad sobre «los cuarteles interiores», todos «son de origen medieval, ya sean armas parlantes, puramente dinásticas o de creación más tardía, cada una con sus características propias».

Armas de los Reinos del Escudo de EspañaEl Debate | Patricia Sanz

Las columnas de Hércules flanquean el escudo y soportan el lema Plus Ultra, en representación del Imperio ultramarino. En su diestra una corona del Sacro Imperio y en su siniestra la Real española, que representan la Historia del país como imperio y reino.

Además de ser «la divisa del emperador Carlos V», el Doctor resalta como «curiosidad y ejemplo del poder de la moneda española», que «fue el origen del actual símbolo del dólar norteamericano, que al crearse copió la mejor moneda de la época, el Real de a Ocho de plata español».

Columnas de Hércules del Escudo españolEl Debate | Patricia Sanz

El timbre heráldico, es decir; el ornamento situado en la parte superior del Escudo, es la Corona Real, que simboliza la Monarquía española.

La Corona Real en el Escudo españolEl Debate | Patricia Sanz

El escusón del Escudo son las Armas de la dinastía de Borbón-Anjou. Y el entado en punta, las Armas del Reino de Granada.

El escusón y el estado en punta del Escudo españolEl Debate

La propuesta de los socialistas

De Francisco Olmos explica que la primera propuesta para modificar el Escudo «fue del senador por designación real Justino de Azcárate, en 1978». Este «propuso una enmienda al artículo IV de la Constitución para que una ley especial regulara la composición y características del nuevo Escudo nacional, pero no llegó a materializarse, además de que las ideas eran más bien confusas en materia heráldica».

El grupo socialista (...) buscó en épocas anteriores a la Guerra Civil un símbolo que no creara polémicas

Fue «el 23 de noviembre de 1979» cuando el Grupo parlamentario socialista en el Congreso «presentó una proposición de Ley para recuperar el escudo de 1868, cambiando simplemente la corona mural por la real, pero en la tramitación se decidió añadir el escusón de Anjou, quedando el modelo final con un diseño similar al utilizado en las monedas de la Restauración de Alfonso XII». 

Como el escudo de la segunda mitad de los años 70 recordaba mucho al del régimen anterior, «probablemente el Grupo socialista buscara eliminar esas similitudes en un momento en que se primaba la reconciliación nacional, y por tanto buscara en épocas anteriores a la Guerra Civil un símbolo que no creara polémicas».

¿Se podría cambiar actualmente?

«El Escudo fue aprobado por una Ley y como cualquier otra ley puede modificarse siguiendo la normativa reguladora de las mismas», a lo que De Francisco Olmos recuerda: «La bandera aparece definida en la Constitución, el Escudo no». De hecho, el Escudo aparece regulado tanto en la citada Ley 33/1981, de 5 de octubre, como en dos reales decretos que recoge su expresión gráfica: uno de 1981, por el que se hace público el modelo oficial del Escudo de España y otro de 1982, que especifica técnicamente sus colores.

Ultrajes a los símbolos nacionales

Cuando este periódico pregunta al experto por los actos violentos acaecidos últimamente, como la quema de una bandera española en el Ayuntamiento de Vic del pasado fin de semana, De Francisco Olmos contesta: «Los símbolos llevan en sí mismos una carga afectiva muy importante, y siempre ha sido así, por ello sirven para que unos se reúnan a su alrededor y los exalten, y otros lo usen para denigrarlos o quemarlos. Por eso su importancia».

Qué prima más, el derecho a la libertad de expresión o el necesario respeto a unos símbolos que van más allá de la política

Respecto a la posibilidad de agravar las penas por ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho, a los símbolos o emblemas nacionales, el experto anima a «mirar a nuestro alrededor», a legislaciones como «la francesa, alemana, británica, italiana, o incluso la estadounidense»; para ver si «prima más el derecho a la libertad de expresión, que puede conllevar el derecho de quemar una bandera como parte de un discurso político; o bien el necesario respeto a unos símbolos que van más allá de la política y deben considerarse como emblemas nacionales». En opinión del experto, «nadie puede pensar que estos países no son democráticos, de hecho tienen una larga trayectoria en defensa de las libertades individuales y colectivas, y por tanto pueden ser el modelo a seguir por nuestro país».