Crónica política
El plan de Casado para reflotar el PP tras la crisis con Ayuso
El principal partido de la oposición comienza a aplicar una estrategia por fases que irá implementando a lo largo del próximo año
Ayuso, con luz y taquígrafos, instando a Juanma Moreno a «volar por libre» y Egea, acto seguido, saliendo con cachiporra y el silbato para realizar enfáticas llamadas a la «unidad» del PP. El congreso andaluz que el Partido Popular celebró en noviembre en Granada supuso un punto de inflexión. La suave sonrisa malagueña de Juanma trataba de convencer a los asistentes de que «los enredos estériles no interesan a nadie», pero vaya que si interesan… Todos, ojipláticos, asistían a lo que ya parecía un duelo en O.K. Corral.
El anterior congreso, celebrado en Puertollano, Ciudad Real, un lugar también muy Western, había dejado un cierto sabor amargo por el fuego cruzado que se habían propiciado los mismos protagonistas, Ayuso y Egea; pero en el saloon granadino ya se palpaba que la tensión era cada vez más pública, menos disimulada, más agresiva. Se entraba en Zona de Peligro; algo insólito en un partido «de orden», con y sin comillas, siempre caracterizado –hasta ese momento– por su disciplinada verticalidad. El riesgo, evidente, era que la imagen de trifulca interna dañase las perspectivas electorales del bloque de las derechas, que, con Casado en ese momento disparado en las encuestas, en algunos indicadores llegaba a pronosticar mayoría absoluta a la suma de PP y Vox.
El estupor era creciente en el domo palaciego de la dirección ‘popular’, así como en los torreones de los barones y en los pueblos y plazas de militancia
El estupor era creciente en el domo palaciego de la dirección ‘popular’, así como en los torreones de los barones y en los pueblos y plazas de militancia. Nadie entendía nada. Y entonces Aznar, desde el monasterio-fortaleza de FAES, habló. «Estoy aturdido al ver que un momento en el que las encuestas van a favor, en el que los vientos son propicios, estén enzarzados en esta lucha, que no lleva a ningún sitio». Unas cuantas llamadas telefónicas y cenas en reservados más tarde, Génova y Sol –sin nunca dejar de vigilarse por el rabillo del ojo– decidieron enterrar las hachas de guerra. Comprendieron, al fin, que en política puede hacerse de todo, menos el ridículo, que diría Tarradellas.
Vuelta al ruedo
El daño, sin embargo, ya estaba hecho. Así lo demuestra el agregado de encuestas que ha publicado este fin de semana El Debate. El PP ha pedido 63 centésimas de punto y Vox ha subido 41 centésimas. Son movimientos leves, de menos de un punto; reversibles, por tanto. Pero, en cualquier caso, significativos. Así que Casado, remangándose la camisa y cogiendo el capote, vuelve al ruedo.
La convención de septiembre en Valencia, que en realidad fue un road trip de una semana de duración por toda España, supuso un éxito sin paliativos. De esa intensa y efectiva campaña de comunicación, así como de tener por entonces más o menos pacificado el partido, Casado salió uncido con aura de líder e imagen de ganador. Lo corroboraba su auge de hace dos meses en las encuestas. No es un secreto cómo funciona la fórmula; lo explica La Rochefoucauld: «Para tener éxito, debemos hacer todo lo posible por parecer exitosos».
Aprovechando que las Cortes interrumpen antes de las Navidades sus sesiones parlamentarias, el presidente del PP está aplicando de nuevo la misma fórmula que propició el kairós valenciano; es decir, oposición contante y muy pegada al terreno a un Pedro Sánchez siempre rocoso pero cada vez más átono, cero trifulcas públicas entre Génova y Sol –las procesiones, que haberlas haylas, que vayan por dentro– e intensa campaña de comunicación.
El presidente del PP está aplicando de nuevo la misma fórmula que propició el kairós valenciano
La estrategia tiene dos fases. La primera ya ha sido implementada la pasada semana en Hispanoamérica, con una gira exprés de Casado por cuatro países –tres de ellos en cancillerías donde gobierna el centro-derecha–, que hemos contado aquí. La segunda comienza a partir de ahora.
«Tenemos muy testado que Sánchez está alejándose de determinados sectores, que están casi en pie de guerra con el Gobierno», señala para El Debate una fuente 'popular'. Autónomos, agricultores, ganaderos, ámbito del motor, educación y transportistas son áreas donde se palpa y se siente la animadversión –por desafección previa– al Gobierno socialista. Pero estos sectores no existen en abstracto, sino sobre territorios concretos, y la agenda de Casado, aplicando la ley de maximización del beneficio, quiere sembrar las semillas no solo en aquellos campos sociales donde es más probable que fructifiquen, sino especialmente donde los candidatos del Partido Popular todavía no gobiernan.
De la cantidad a la calidad
El objetivo del presidente del PP es llegar a 2023 arropado por un cúmulo de victorias previas. Su marca personal saldría muy reforzada si antes vigoriza la imagen de su partido con triunfos autonómicos significativos. De lograrlo, la tensión de Génova con la Comunidad de Madrid podría diluirse con un azucarillo. ¿Cómo? Creando uno, dos, tres, muchos... Madrid. Varios liderazgos regionales que despuntan, asociados a finales de ciclos políticos que declinan, indican que Génova tiene al alcance de la mano un cúmulo de victorias regionales. De confirmarse, supondrían el comienzo del final de Sánchez; quizás por ello pulse antes el botón rojo del adelanto electoral.
La tensión de Génova con la Comunidad de Madrid podría diluirse con un azucarillo. ¿Cómo? Creando uno, dos, tres, muchos... Madrid
Cruzando estos dos vectores, sectorial y territorial, las próximas acciones políticas del PP cobran sentido. Por lo pronto, ya está fijada el próximo viernes en Guadalajara, dominio Page, una convención provincial centrada en agricultura y campo. La siguiente, para primeros de año, será un foro sobre educación en Baleares, zona Armengol. Habrá más. Un lugar obligado, confirman fuentes de Génova, será Cataluña, donde el acoso independentista a la sociedad civil, incluidos los niños, comienza a adquirir tonos graves, siniestros, de desmadre lúgubre.
Mientras tanto, la dirección del PP mantiene el calendario de congresos. Extremadura, Castilla y León, Aragón y Canarias, La Rioja, Cantabria, Asturias, Murcia o Madrid. Habrá cambios de liderazgo en algunos feudos. Y pueden funcionar.