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La estrategia de Casado y Mañueco para las elecciones de Castilla y León

Crónica política 

La estrategia de Casado y Mañueco para las elecciones de Castilla y León

Todo el Partido Popular quiere implicarse a fondo en una más que previsible victoria autonómica de la que esperan extraer consecuencias a nivel nacional

El Partido Popular tiene pensado implicarse a fondo en las próximas elecciones autonómicas, que Alfonso Fernández Mañueco, el presidente regional, ha anticipado para que se celebren el próximo 13 de febrero. El esfuerzo dará excelentes resultados. Todas las encuestas coinciden en que Mañueco podrá gobernar en solitario. De ahí que haya interés, por parte de los cuadros dirigentes del PP, en dejarse ver por Castilla y León; una comunidad que, por otra parte, constituye un tradicional feudo del  centroderecha. Solo en 2015, al final de la primera legislatura de Rajoy, el PP experimentó un notable descenso en votos, pero aun así retuvo el ejecutivo regional gracias a un pacto con Ciudadanos.

El momento político es otro. Gobierna el PSOE, que acusa desgaste de materiales por la crisis causada por la pandemia y por la esquizofrenia derivada de su coalición Frankenstein, Ciudadanos está en proceso acelerado de descomposición y el PP, tras el éxito de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, lidera las encuestas. A nivel autonómico, Mañueco, 1965, hombre de la tierra, que venía de ser alcalde de Salamanca, ha realizado una gestión covid muy bien aceptada en términos generales por la ciudadanía.

Casado quiere resarcirse, con una experiencia netamente gratificante, de las anteriores elecciones autonómicas que le ha tocado vivir desde la presidencia del PP

A ello se suma un hecho; Pablo Casado es castellanoleonés; más concretamente, palentino. Siente, por tanto, una especial implicación por esta comunidad, que conoce a fondo, también políticamente; ha sido durante siete años diputado nacional por Ávila. Casado, además, quiere resarcirse, con una experiencia netamente gratificante, de las anteriores elecciones autonómicas que le ha tocado vivir desde la presidencia del PP. En el caso de las vascas y catalanas, los resultados, aunque previsibles, no dejaron de ser dolorosos; en cuanto a los comicios madrileños, fueron exitosos, sí, pero implicaron un posterior deterioro en las relaciones entre Génova y Sol que todavía humea. De ahí que Casado tenga pensado implicarse con su propia caravana en estas elecciones.

Clave autonómica/Clave Nacional 

Las rutas de campaña, a más de un mes vista de la jornada electoral, aun no han sido fijadas, pero la intención, tanto desde Génova como desde Valladolid, es que Casado y Mañueco visiten el máximo posible de ciudades y pueblos y, desde luego, cada una de las nueve provincias. Quien irá a cada sitio según que día será más una cuestión de intendencia, que en el caso de Casado vendrá marcada por su necesidad de compatibilizar esta campaña con sus labores en Madrid como presidente del partido y jefe de la oposición.

En una comunidad quintaesencialmente española, que no adolece de problemas identitarios, el resto de primeros espadas autonómicos y municipales del PP también serán bienvenidos, incluida Isabel Díaz Ayuso, cuyo éxito en Madrid irradia un aura que Mañueco considera beneficiosa.

El Partido Popular realizará un despliegue de poderío y fuerza con evidente lectura a nivel nacional. Tiene candidatos por las nueve provincias, que se implicarán igualmente a fondo, y por su histórica implantación en esta comunidad cuenta con representantes en todos y cada uno de los 2.248 municipios que conforman la región, donde gobierna en 2.000 de ellos. Siendo esta una comunidad con un alto porcentajes de voto rural, esta capacidad de movilización logística resultará, sin duda, un factor decisivo.

Nuevo ciclo electoral 

Mañueco agradece todo el apoyo electoral por parte de su propio partido, e intuye que el ciclo electoral a nivel nacional que inaugura sus elecciones le resultará beneficioso. Es una ola que le aúpa. Dicho esto, guardará una cierta precaución para no terminar engullido por la misma. Desde fuentes próximas a la presidencia regional recalcan una evidencia que temen que a mas de uno se le olvide: «Estas serán unas elecciones autonómicas, por lo que el contenido de los mensajes será, insistimos, en clave autonómica. Queremos ofrecer soluciones en positivo a los problemas reales de los castellanoleoneses, que Alfonso conoce mejor que nadie». La figura y los mensajes de Casado, y la presencia de otros líderes del PP, serán quienes darán un contenido más en clave nacional. Nadie a la derecha perderá la oportunidad de recordar una y mil veces el ya conocido como «Error Garzón». En cuanto al PSOE, el adelanto de Mañueco ha cogido a los socialistas con el pie cambiado, por lo que no tendrán más remedio que hacer de la necesidad virtud repitiendo con un candidato, Luis Tudanca, que no les convence ni a ellos. Así, en la suma de factores, en Castilla y León se está generando una tormenta perfecta en favor del PP difícilmente repetible. 

Nadie a la derecha perderá la oportunidad de recordar una y mil veces el ya conocido como «Error Garzón»

Aunque las encuestas pronostican un buen resultado para Vox, las estrategias de Génova creen que, de cumplirse las expectativas, la victoria en Castilla y León puede ser lo suficientemente contundente como para generar un efecto arrastre que absorba gran parte de los votos destinados a la formación verde. Además, si Mañueco logra gobernar en solitario, ello, a su vez, tendrá, en el plano del voto útil, una lectura para las próximas elecciones autonómicas, que según todos los mentideros políticos serán las andaluzas, hacia medidos de año.

La precampaña comenzará el próximo fin de semana, con el XIV congreso regional, que el PP celebrará en León. Será un trámite para reafirmar el liderazgo autonómico de Mañueco y, de paso, servirá para que la plana mayor de los líderes del PP se realicen una foto con él. La campaña propiamente dicha comenzará más tarde, en dos semanas; el día 28. Las sensaciones que se viven dentro del PP no podrían resultar mejores. La confianza es que esta victoria salga con dos beneficios: la consolidación del liderazgo de Casado y el comienzo de un efecto dominó. La siguiente ficha será Andalucía, que marcaría la cuenta atrás para la llegada de los populares a La Moncloa.  

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