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El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, observa el busto del emperador romano Antonino Pío

Los tambores electorales suenan de nuevo en Andalucía

La dirección nacional del PP quiere que las elecciones se celebren antes del verano; Juanma Moreno no lo vería con malos ojos, y Juan Marín se cierra en el 'Clan de la Manzanilla' para no desaparecer 

Suenan tambores de guerra en Andalucía. La dirección nacional del Partido Popular vuelve a la carga para que el presidente andaluz, Juanma Moreno, convoque elecciones en su comunidad autónoma. Génova querría que estos próximos comicios se celebraran antes del verano, fecha que entraría dentro de los planes del PP-A, que pretende que pase cierto tiempo entre la cita electoral de Castilla y León, el 13 de febrero, y la de Andalucía. Así, consciente de los deseos de la cúpula del Partido Popular, Ciudadanos ya prepara su campaña.

El vicepresidente de la Junta de Andalucía y coordinador de la formación naranja en la región, Juan Marín, ha creado un comité interno para definir una estrategia de cara a los próximos comicios. El objetivo de la planificación es claro: no desaparecer de Andalucía. Juanma Moreno ha eclipsado la labor que vienen desempeñando los cargos de Cs a lo largo de la legislatura en las cinco consejerías, prácticamente la mitad, que gestionan en el Ejecutivo autonómico, con seis del PP. La tarea pasa, pues, por reivindicar la gestión de Ciudadanos al frente de sus departamentos: Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local (Juan Marín), Empleo, Formación y Trabajo Autónomo (Rocío Blanco), Educación y Deporte (Javier Imbroda), Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades (Rogelio Velasco) e Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación (Rocío Ruiz).

'El Clan de la Manzanilla'

Así las cosas, Juan Marín se rodea de gente de su máxima confianza para no repetir los «errores de comunicación» que han condenado a su partido al ostracismo y la irrelevancia en la Región de Murcia, de cuyo Consejo de Gobierno fueron expulsados sus consejeros a causa de la fracasada moción de censura que urdió Cs junto con el PSOE contra su presidente, Fernando López Miras; la Comunidad de Madrid, de donde desapareció tras las elecciones del pasado 4 de mayo, y la Junta de Castilla y León, donde las encuestas no le son halagüeñas. Andalucía es ya, por tanto, la única autonomía donde gobiernan los naranjas, y no quieren perder el estatus.

El núcleo duro que Juan Marín ha conformado alrededor suyo está compuesto por Elena Sumariva, secretaria de Programas de Ciudadanos Andalucía, además de secretaria general de Relaciones con el Parlamento, con rango de viceconsejera del departamento que él dirige; Manuel Buzón, asesor en la Vicepresidencia de la Junta y coordinador de las consejerías naranjas y los delegados territoriales del departamento que rige Marín; y Rosa Hernández, delegada de Turismo en Sevilla. Se da la circunstancia de que Sumariva y Buzón son de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), como Marín. Además, Buzón es cuñado del vicepresidente andaluz y Sumariva, antes de entrar en política, trabajó en la joyería familiar de éste.

Por consiguiente, Juan Marín ha decidido cerrarse en el llamado 'Clan de la Manzanilla' –como se conoce jocosamente al grupo del que se rodea el líder naranja desde su periplo municipal en su Sanlúcar natal– para establecer su plan de subsistencia, más aún después de la filtración del audio, grabado en una reunión del grupo parlamentario de Ciudadanos, que revelaba su opinión acerca de aprobar los presupuestos para 2022. Busca, pues, evitar nuevas traiciones internas, así como confirmar el perfil alto de su candidatura.

El papel de Inés Arrimadas

Habrá que ver cuál es el papel que jugará en la campaña electoral la presidenta del partido, Inés Arrimadas, andaluza de nacimiento. La imagen de la dirigente naranja no es la de otrora. Su palabra ya no va a misa. Recientemente, Juan Marín ha reprobado a su jefa, quien había asegurado en una entrevista que «fue un grave error» regalar al PP en 2019 sus cuatro presidencias autonómicas. El «problema de comunicación», así, es evidente, por lo que se intentaría reducir su presencia.

Ciudadanos se juega la supervivencia en Andalucía y está a un paso del abismo

El Clan, no Arrimadas, capitanea el numeroso comité, constituido por más de cincuenta miembros. Ciudadanos mira a Castilla y León –antesala de lo que puede ocurrir en Andalucía–, pero la estrategia es propia. Las relaciones con el Partido Popular no son como en la Región de Murcia, la Comunidad de Madrid o Castilla y León. Se trata, pues, de reivindicar la participación de Cs en «el cambio». Así preparan los naranjas la próxima convocatoria electoral, con el objetivo de convencer a los andaluces de que Ciudadanos es útil y no debe desaparecer de Andalucía.