Lo que se sabe hasta ahora del caso de las menores prostituidas en Madrid
La Comunidad de Madrid asegura que no ha tenido aún acceso al atestado policial donde se asegura que las menores estaban tuteladas
El pasado tres de enero la Policía Nacional detuvo a 37 integrantes de la banda latina Dominican Don’t Play (DDP) que usaban a menores para explotarlas sexualmente y las obligaba, además, a vender droga. Las diez niñas, en su gran mayoría españolas a excepción de una rumana y otra dominicana, fueron liberadas.
El suceso causó una gran polémica y, aunque en un principio, se aseguró desde la Comunidad de Madrid que las menores no estaban bajo su tutela, la información es aún confusa, pero todo apunta a que varias de ellas sí se encontraban en esta situación. El propio presidente de los populares, Pablo Casado, aseguraba este fin de semana que los casos de Valencia y Baleares eran distintos a lo sucedido bajo el gobierno de Isabel Díaz Ayuso. «El Gobierno de la Comunidad de Madrid, en cuanto lo ha conocido se ha presentado como acusación y la captación de esas menores se hacía fuera de los centros de tutela, cuando no estaban tutelados», declaró.
La oposición ha pedido en la Asamblea que se lleve a cabo un pleno extraordinario y se establezca una comisión que aclare lo sucedido. Fuentes de la Consejería de Política Social consultadas por El Debate aseguran que pese a haber pedido el atestado policial éste no les ha sido entregado, por lo que prefieren no hacer más declaraciones.
Vendida por su padre
Las menores eran captadas a través del uso de redes sociales. Eran hombres mayores de edad los encargados de intentar que las jóvenes se prostituyesen y participasen en el tráfico de drogas. El atestado policial, al que ha tenido acceso Efe, recoge los testimonios de varias de estas niñas, donde se apunta que una de las chicas, tutelada por la Comunidad de Madrid, fue explotada sexualmente. El propio centro había denunciado su desaparición.
Tal y como relata el documento, los educadores estaban acostumbrados a que se fugara y no era la primera vez que lo hacía. Cuando desaparecía, solía ir acompañada por su padre, un toxicómano habitual de la zona de Puente de Vallecas que vivía en una casa okupa junto con otros drogodependientes, relata el atestado. Según el testimonio de una educadora del centro, cuando la joven volvía lo hacía en unas «condiciones de desamparo total, sucia, con aspecto de yonqui y sin apenas fuerzas». En la analítica posterior se pudieron ver restos de cocaína, cannabis y que había contraído una enfermedad sexual.
Fue la Policía la que la encontró en el mes de junio en una chabola en el barrio madrileño de Villaverde. Tal y como aseguró, estaba esperando a su amigo 'Kalifa', uno de los jefes de la banda dominicana. La menor contó que estaba enfadada con su progenitor porque la había «ofrecido» a un conocido a cambio de cocaína.
Violada repetidas veces
El atestado policial también refleja que la menor de 14 años había solicitado ayuda en el mes de agosto. La niña había denunciado haber sido violada en un local de Madrid durante varios días seguidos.
La banda conseguía que las menores se encargaran de mover droga entre poblados de toxicómanos y narcopisos. Una vez se hacían drogodependientes se aprovechaban de su situación para prostituirlas. Los pisos que manejaba la red, en los que también se traficaba, estaban regentados generalmente por una mujer de etnia gitana, Ana la Negra o La Rubia. También está relacionado con la investigación un prostíbulo en la calle Felisa Méndez, regentado por un albañil de Vallecas que conseguía clientes para una de las menores tuteladas.