La estatua del legionario que nadie quiere colocar

Alguien escribió que los viejos soldados nunca mueren... pero los soldados sin nombre son olvidados por aquellos que los enviaron a la guerra. Un hecho especialmente terrible cuando esos soldados, los legionarios, fueron enviados a morir para que no lo hiciera nuestra juventud. Murieron por nosotros, por una mísera soldada, y ahora parece que nadie quiere recordarlos.

El centenario de La Legión (1920-2020) ha pasado sin mucha repercusión por culpa de la crisis sanitaria que azotaba y sigue azotando España. Dentro de las actuaciones que se han realizado para recordar a los soldados que NOS sirvieron bajo el emblema de la pica, el arcabuz y la ballesta está una impresionante escultura de Salvador Amaya, financiada por medio de una cuestación popular. Esta escultura está terminada desde hace un año y desde entonces está aparcada en un almacén.

El alcalde Martínez Almeida, en mayo de 2021, aseguró que la estatua sería ubicada en la Plaza de Oriente (si los todo poderosos técnicos municipales daban SU permiso) después del verano. Rápidamente los concejales progresistas enviaron un comentario a la opinión pública (ahora lo llaman tuit): «Colocar un legionario de 6 metros de 1921 en la Plaza de Oriente. Ese año Millán Astray, jefe de propaganda fascista y colaborador necesario del Golpe de Estado de 1931, fundó la legión. Puestos a hacer estatuas que sea de algo que represente valores como estos» para luego proponer un monumento a los voluntarios de la Cruz Roja que reciben a los emigrantes ilegales que llegan de Marruecos.

Antes de nada, Millán Astray fundó La Legión en 1920 y el golpe de estado del 18 de julio fue en 1936, salvo que consideren el advenimiento de la II República como un golpe de estado y que Millán trabajó para que Alcalá Zamora y Azaña se hicieran con el poder, que va a ser que no. Entonces SÍ habrían acertado. ¡La verdad tiene mérito fallar dos de dos en cuatro líneas!

En julio de 1936 Millán Astray estaba, desde hacía tiempo, en Hispanoamérica y no tenía mando en tropas, estaba retirado, desde hacía mucho.

Respecto a la estatua de los voluntarios de la Cruz Roja estaría muy bien. En la calle Reina Victoria existe ya un monumento a los voluntarios de la Cruz Roja inaugurado en 1925 por la reina Victoria Eugenia. ¿Por qué no lo hizo Carmena cuando era alcaldesa? Ya colocó un monumento a los refugiados en el paseo de Recoletos, que por cierto ha costado a los madrileños 300.000 euros.

Desde su nacimiento, los legionarios han sido enviados a los peores escenarios bélicos en los que ha ido a luchar el Ejército español en el siglo XX y XXI. Cuando la población de Melilla podía ser pasada a cuchillo por la harcas de Abd del Krim son legionarios los primeros que llegan a salvar la ciudad. Serán los legionarios los que guarnezcan Marruecos, Ifni y el Sahara. Serán los que irán a Asturias en 1934 para salvar la legalidad de la II República... y los que últimamente van a los Balcanes, Mali, el Congo, Líbano, Iraq y Afganistán en un ciclo de misiones internacionales que ya se prolonga por más de 30 años.

Nuestro alcalde afirmó, no sé si prometió, que iba a poner la estatua hace más de medio año. No sé, no comprendo, no entiendo qué problemas existen para poner la magnífica estatua de Amaya. No quiero pensar que en el mismo paquete de negociaciones en el que iba nombrar hija predilecta Almudena Grandes iba no plantar la estatua del legionario.

El pedestal de la estatura está construido con la sangre de las bajas de La Legión; 9.722 muertos, 35.200 heridos, más de 1.000 desaparecidos… en total 46.000 bajas. Siete Laureadas de San Fernando Colectivas y 22 Medallas Militares. 23 Laureadas de San Fernando individuales y 211 Medallas Militares.