Aznar reivindica el proyecto del PP y avisa a Casado: «El tema no es quién va a Moncloa, sino para hacer qué»

«Ahora no soy más ni quiero ser más, pero tampoco menos, que un sencillo castellano y un español convencido, que cree en vosotros y en vuestra victoria». Así ha finalizado la intervención de José María Aznar con la que se ha clausurado un acto de campaña entre sonados aplausos de los asistentes. 

En Valladolid, el expresidente del Gobierno ha reivindicado el proyecto político del Partido Popular y ha pedido el apoyo para Alfonso Fernández Mañueco el próximo 13 de febrero, convencido de que tras las elecciones revalidará su cargo como presidente de la Junta de Castilla y León. Aunque a la hora de reivindicar el proyecto popular deslizó algunos mensajes cuyo destinario directo era Pablo Casado. «El tema no es quién va a Moncloa, sino para hacer qué», dijo sin mencionar en ningún momento directamente a Casado. «Se gana para construir. Y construir», prosiguió «es integrar, no fraccionar; es sumar, no restar; es unir fuerzas, no dividir; es diseñar objetivos comunes, propósitos compartidos y no sembrar la división ni mucho menos la discordia».

Una región en la que «empezó todo» o «casi todo», ha dicho Aznar, recordando los inicios del partido, que se gestó como «una alternativa nacional, reformista, centrada, triunfadora, ante un socialismo anticuado y fracasado», y un proyecto «transformador» para Castilla y León y para España. 

El exjefe del Ejecutivo ha defendido que el Partido Popular no ha sido creado «para hacer pequeñas cosas», sino para «crear, fundar, hacer, construir y ganar». Y frente a los tiempos «tan embarullados, desordenados y de pequeñeces», ha señalado que considera muy importante hacer posible el crecimiento, el progreso, la mejora y construir. 

Frente a populismos y nacionalismos

«Castilla y León no ha estado nunca ni va a estar para contentar a los populistas y sus mentiras», ha aseverado Aznar durante su intervención, así como tampoco «para satisfacer a ningún secesionista ni a nadie que quiere romper la unidad de España». Así, ha reivindicado una referencia fuerte, frente a las «supuestas soluciones baratas, fáciles, mágicas» de los populismos. 

Ha criticado con contundencia en su discurso a los secesionistas que llevaron a cabo el referéndum ilegal en Cataluña y a Bildu, así como a los que quieren mantenerse en el Gobierno «a toda costa» y a los que «buscan una dictadura a la que apoyar». Para la consolidación de esta coalición ha dicho que objetivamente servirá todo voto que vaya a la izquierda, algo que «los españoles no debemos aguantar ni un minuto más». 

Distintos protagonistas, mismo proyecto

En contraposición, ha defendido con rotundidad el «gran proyecto de libertad» del Partido Popular. Ha alabado la gestión del candidato Mañueco, al que ha calificado de gran líder y gran presidente y se ha mostrado confiado en que va a tener éxito en la próxima cita con las urnas. 

Asegurando estar orgulloso de la «historia de éxito» del partido, que empezó en Castilla y León, ha concluido señalando que los problemas que llegarán ahora serán diferentes, «unos nuevos, otros viejos», y que los protagonistas son ahora otros, citando aquí al propio Mañueco, Díaz Ayuso, Pablo Casado, Juanma Moreno o Núñez Feijóo. Pero «lo que es igual es el proyecto y el compromiso con la libertad y con nuestro país», algo que, según ha aseverado, no tiene que cambiar nunca.