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La ministra de Sanidad, Carolina Darias, durante el pleno

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, durante el plenoEfe

Hecha la ley, hecha la trampa

El Gobierno ningunea al Congreso y regulará el uso de la mascarilla sin su autorización

A partir de ahora bastará con que lo apruebe el Consejo de Ministros, tras una convalidación muy reñida. La ministra de Sanidad no aclara cuándo dejará de hacer falta en exteriores

El real decreto ley sobre la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores que este martes convalidó el pleno del Congreso no sin polémica es toda una caja de sorpresas.

Cuando el Consejo de Ministros lo aprobó, el pasado 23 de diciembre, incluyó en su disposición final primera una revalorización de las pensiones mínimas, las no contributivas y las de viudedad para que sus socios no pudieran votar en contra. Un «chantaje», según estos.

Asimismo abrió la mano para que el personal sanitario jubilado pueda reincorporarse sin renunciar a su pensión. Como también para que las comunidades puedan contratar a profesionales con títulos obtenidos fuera de la Unión Europea.

Pero no solo. En el texto hay una triquiñuela legal que ha pasado prácticamente desapercibida pero que tendrá efectos más pronto que tarde. Este martes fue la última vez que el Gobierno se ve obligado a que el pleno del Congreso dé su visto bueno a las normas sobre las mascarillas.

El decreto ley establece que, a partir de ahora, el Consejo de Ministros podrá regular su uso por decreto y no por decreto ley. La diferencia es abismal: el primero tiene rango de reglamento y el segundo de ley, lo que quiere decir que el segundo requiere la convalidación en el Congreso dentro de los 30 días siguientes a su aprobación por el Consejo de Ministros y el primero, no.

En otras palabras, pasado mañana el Gobierno puede decidir que es obligatorio llevar mascarillas FFP2 porque las quirúrgicas no valen –por poner un ejemplo– y los grupos parlamentarios no podrían impedirlo. Es más, no tendrían voz ni voto.

El pleno de este martes

El pleno de este martesCongreso

La ministra de Sanidad se refirió a ello, de pasada, durante el debate de este martes. No obstante, en todo momento sostuvo que el Gobierno de coalición no lo hace para esquivar la capacidad de control y de veto de la Cámara Baja, sino por motivos de «flexibilidad y adaptación». Carolina Darias señaló además que las decisiones seguirán siendo debatidas con las comunidades en el seno Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. «Porque siempre, juntos, hemos ido avanzando más», añadió.

Pero el decreto ley convalidado no estipula que el Consejo Interterritorial tenga que aprobar cualquier modificación en el uso de la mascarilla, sino solo que deberá ser «oído». En concreto, la disposición final séptima del decreto ley dice así: «Se habilita al Gobierno, mediante real decreto, a propuesta de la persona titular del Ministerio de Sanidad y oído el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, a modificar la obligatoriedad del uso de la mascarilla en los supuestos previstos en los apartados 1 y 2 del artículo 6 (de la ley de marzo de 2021 sobre medidas contra el coronavirus) cuando se den las circunstancias sanitarias apropiadas que así lo aconsejen».

Como proyecto de ley

Temeroso de acabar perdiendo una votación que se adivinaba reñidísima, el Ejecutivo tuvo que claudicar y acceder a la petición del PNV para tramitarlo como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia. A cambio de sus seis votos, que acabaron decantando la balanza: 162 síes frente a 154 noes (las abstenciones, 26, no computan en este caso).

Sin embargo, la intención del Ministerio de Sanidad es no dar marcha atrás durante el trámite parlamentario en su decisión de rebajar el nivel de ley a reglamento para regular el uso de la mascarilla. Que sea una línea roja de las enmiendas.

Durante el debate, la portavoz del PNV, Josune Gorospe, aclaró que a su grupo no le importa que el Gobierno saque las mascarillas del ámbito de la ley. Sino que lo que quieren los nacionalistas vascos es hacer ellos lo mismo: modular el uso de las mascarillas en el País Vasco «sin tener que estar pidiendo, rogando, implorando al Estado que lo haga por nosotros», en palabras de la diputada.

La ministra Darias no aclaró cuándo tiene el Ejecutivo previsto relajar la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, sino que se limitó a adelantar que la medida «está más cerca de volver a modularse». «Hemos doblegado la curva, estamos en fase de descenso», sostuvo.

La anterior vez que la titular de Sanidad anunció el fin de las mascarillas en exteriores lo hizo con un: «Las mascarillas, de nuevo, dejan paso a las sonrisas». Fue el pasado mes de junio.

Horas antes, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se preguntaba en Twitter: «¿Con qué criterio decide el Gobierno que sigamos manteniendo las mascarillas al aire libre en estos momentos?».

La falta de rigor científico fue lo que más le reprocharon el PP, Vox y Ciudadanos, que votaron en contra de la convalidación. El diputado naranja Guillermo Díaz subió a la tribuna de oradores una herradura, que según él es igual de efectiva que la mascarilla en exteriores –siempre que haya distancia– contra el coronavirus. 

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