La mayoría de los votantes cree que el 13-F pasará factura a Sánchez aunque lo niegue

Los votantes de Castilla y León consideran en su mayoría que las elecciones del 13 de febrero tendrán efectos colaterales en la política nacional. Otra cosa es que unos crean que son un plebiscito contra Pedro Sánchez –«sanchismo o futuro», llegó a entonar Alfonso Fernández Mañueco– y otros no se atrevan a ir tan lejos. Pero consecuencias tendrá.

El 49 % responde en ese sentido en la segunda oleada de la encuesta de Target Point para El Debate, aunque hay un 31% que opina que lo que pase en Castilla y León, se queda en Castilla y León. El 20 % restante no lo tiene claro.

Es significativo que la percepción de los votantes cambia mucho en función del partido al que votan.

Los del PP y de Vox son los más convencidos de que el 13-F tendrá una onda expansiva más allá de las fronteras de la región. El 76 % de los votantes de ambas formaciones así lo señala. Son tres de cada cuatro. Lo que persigue Pablo Casado es que la victoria en Castilla y León sea un escalón más en su ascenso a La Moncloa. Y Santiago Abascal busca afianzar su posición en el bloque de centro derecha.

Uno y otro se están implicando en cuerpo y alma en la campaña, con actos casi a diario. Y no solo ellos. Fernández Mañueco ha llamado a la caballería popular, desde Isabel Díaz Ayuso a Juanma Moreno pasando por Alberto Núñez Feijóo y José María Aznar, entre otros dirigentes.

Juan García-Gallardo, por su parte, se ha hecho acompañar por toda cúpula de Vox en multitud de mítines. Entre ellos, Iván Espinosa de los Monteros, Macarena Olona, Rocío Monasterio, Javier Ortega Smith y hasta José Antonio Ortega Lara, «el mejor de todos nosotros», como le llaman en su partido.

Las expectativas de España Vaciada

Por detrás se sitúan, curiosamente, los votantes de las distintas marcas de España Vaciada. El 41 % augura que los comicios del domingo marcarán un punto de inflexión en Madrid, aunque en su caso no están pensando en un fin del ciclo de Sánchez, sino en el despertar de la «revuelta de los pueblos».

Entre los votantes del PSOE y de Unidas Podemos hay mayor división de opiniones. En las filas del socialista Luis Tudanca, el 48 % opina que en efecto habrá una repercusión a nivel nacional, frente al 41 % que no cree que haya que trasladar los resultados del 13-F al ámbito nacional.

El argumentario socialista va en esta última dirección, la de negar que las elecciones en Castilla y León sean ni remotamente un plebiscito contra el sanchismo, poniéndose la venda antes de la herida. Porque en el PSOE tienen asumido que perderán; aunque a medida que las expectativas del PP se han ido desinflando con el paso de los días, su ánimo ha mejorado ligeramente.

Entre las bases del candidato morado, Pablo Fernández, la mayoría augura que las elecciones en Castilla y León no tendrán efectos secundarios en La Moncloa. Son un 56 %, frente al 20 % que sí lo cree.

A mayores, a estas elecciones seguirán casi con total seguridad las de Andalucía, que en principio Juanma Moreno se inclina por convocar a mediados de junio. No obstante, en su decisión pesará el resultado en la tierra de Fernández Mañueco y, sobre todo, cómo queda configurada la Junta de Castilla y León. O dicho de otra manera: qué grado de dependencia de Vox pasa a tener el presidente regional.