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Teodoro García Egea la noche electoral

Teodoro García Egea la noche electoralEfe

Empieza el tira y afloja

Mañueco y García Egea chocan por el control de las negociaciones con Vox

El ganador de las elecciones de Castilla y León reivindica su autonomía. Sin embargo, la dirección nacional quiere atarlo «en corto» porque se juega más que la Junta y quiere a Vox lejos

Alfonso Fernández Mañueco quiere dirigir las negociaciones para su investidura, no que las dirijan por él desde Madrid. El ganador de las elecciones lo ha dejado claro en las diversas entrevistas que ha concedido este lunes, y en las que ha reivindicado su autonomía para trazar la estrategia de las próximas semanas. Tiempo en el que quiere hablar con todos, según ha avanzado. También con el PSOE.

«Entiendo a quienes están en el ámbito mediático nacional, pero estas elecciones van de las personas de Castilla y León, sobre el futuro de Castilla y León y eso se tiene que decidir en Castilla y León», ha asegurado. Ya en el segundo debate televisivo había dado un golpe en la mesa al afirmar: «El que se la juega soy yo, no Casado».

Sin embargo, sus deseos chocan con los de la dirección nacional, que pretende atar en corto a Fernández Mañueco por lo mucho que arriesga el PP en este lance. No en vano, es la primera vez que Santiago Abascal pide entrar en un gobierno del PP, y que lo consiga o no afectará a futuros procesos electorales. El primero, Andalucía, ya sean las elecciones en junio, otoño o diciembre. La izquierda en general y Pedro Sánchez en particular están deseando que el necesario entendimiento entre el PP y Vox cristalice en una coalición de gobierno.

El secretario general de los populares, Teodoro García Egea, ha recordado este lunes que él mismo lideró las negociaciones de la investidura de Juan Moreno en diciembre de 2018, dando a entender en Antena 3 que esta vez pretende hacer lo mismo.

Para Génova es una línea roja

El objetivo, tanto para Fernández Mañueco como para la dirección nacional de su partido, es un gobierno en solitario apoyado externamente por Vox. Ahora bien, para Génova la no entrada de Juan García-Gallardo y los suyos en la Junta de Castilla y León es una línea roja infranqueable. Sin embargo, el salmantino no quiere descartar nada de entrada. Ni siquiera compartir consejo de gobierno.

La diferencia es que la dirección nacional tiene una visión de conjunto y al PPCyL le preocupa lo suyo. No las elecciones andaluzas ni un hipotético adelanto en la Comunidad Valenciana. Desde Madrid afirman a El Debate que ya le gustaría a Pedro Sánchez un gobierno del PP y Vox y que no van a darle ese gusto. Desde Valladolid deslizan, en tono de reproche, que ya bastante «flaco favor» hizo la cúpula del partido poniendo un listón tan alto que ha acabado desluciendo la victoria de Fernández Mañueco.

Alfonso Fernández Mañueco celebrando su victoria

Alfonso Fernández Mañueco celebrando su victoriaEfe

El tira y afloja entre la planta noble del PP y el PPCyL ya ha empezado. Empezó, en realidad, en campaña. Primero, porque durante la última semana de campaña unos y otros se culparon mutuamente de haber disparado las expectativas, algo que se les ha vuelto en contra. Por más que el domingo proclamaran «objetivo cumplido».

Segundo, porque según la dirección nacional el equipo de Fernández Mañueco actuó en campaña totalmente al margen de Madrid, sin dar explicaciones ni a veces informar siquiera. Como con el mitin de José María Aznar, con el que Génova 13 se topó de bruces.

La relación entre Egea y Mañueco

A todo esto se suma la relación personal entre García Egea y el presidente castellano y leonés en funciones, que ha pasado por altibajos desde el verano de 2018, cuando Casado ganó las primarias (Fernández Mañueco apoyaba a Soraya Sáenz de Santamaría). Últimamente las aguas bajaban más mansas, pero desde entonces ha habido desencuentros sonados.

Especialmente dos. Uno a cuenta del intento de García Egea de laminar al presidente del PP de Salamanca y mano derecha de Fernández Mañueco en su feudo, Javier Iglesias, alentando una candidatura alternativa en el Congreso provincial den partido. Ésa es una batalla aún por librar, puesto que la celebración del conflictivo cónclave quedó parada hasta después de las elecciones. Iglesias está imputado en un caso de presunta financiación ilegal del PP de Salamanca.

El otro enfrentamiento tuvo nombre propio: el de Pedro Viñarás, exgerente del PPCyL. La dirección nacional prescindió de sus servicios al cumplir 65 años y lo indemnizó con 70.000 euros. Pero el presidente castellano y leonés lo repescó y situó como asesor del grupo parlamentario popular en las Cortes regionales en enero de 2021.

En Génova no sentó nada bien lo que se tomaron como un desafío. De hecho, abrieron un expediente a Fernández Mañueco. El mes pasado, este último redobló su apuesta y metió a Viñarás en la Ejecutiva del PPCyL.

Este martes se reúnen tanto el Comité Ejecutivo Nacional del PP como el Comité Ejecutivo Autonómico. Ahora es tiempo de negociaciones. Lo que sí tienen asumido unos y otros es que éstas serán largas. Y que Vox es un hueso duro de roer.

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