El PSOE rechaza abstenerse porque confía en sacar rédito de un pacto del PP y Vox

El PSOE trata de digerir la derrota en las urnas de Castilla y León, donde el domingo se dejó siete escaños y sus socios de Unidas Podemos, uno.

De momento Pedro Sánchez ha reducido su valoración pública del resultado a un tuit en el que felicita a Alfonso Fernández Mañueco por su victoria y al socialista Luis Tudanca «por una campaña ejemplar y el gran apoyo obtenido». Escribió también: «Sois la alternativa».

El presidente del Gobierno y jefe de filas del PSOE ha presidido este lunes de resaca electoral la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal, de la que ha salido otro «no es no» rotundo. «No» a una hipotética abstención en la investidura de Fernández Mañueco.

El portavoz del partido, Felipe Sicilia, ha descartado por completo esa opción que su antecesor en el cargo y alcalde de Valladolid, Óscar Puente, había demandado a sus compañeros para evitar la entrada de Vox en el gobierno de la Junta castellana y leonesa.

«Tenemos muy claro que no vamos a posibilitar un gobierno que a partir de marzo tiene una agenda ante los tribunales por los casos de corrupción. No vamos a apoyar a un gobierno manchado por la corrupción», ha adelantado Sicilia en relación a un caso de presunta financiación irregular del PP de Salamanca que instruye un juez de la provincia. El PPCyL también se enfrenta en los tribunales al caso Perla negra y a la trama eólica.

«Ese escenario no lo ha propiciado el PSOE. Este escenario lo ha propiciado el PP llevando a los ciudadanos de Castilla y León a unas elecciones interesadas en las que únicamente buscaban poder gobernar en solitario aun a riesgo de que la extrema derecha entrara. Ellos quisieron correr ese riesgo, que sean responsables con lo que decidieron e hicieron», ha insistido el portavoz de los socialistas.

En realidad, a estos les interesa que Vox entre en el gobierno de Fernández Mañueco porque creen que pueden utilizarlo como arma arrojadiza contra Pablo Casado y contra el andaluz Juanma Moreno. De ahí que en la dirección nacional del PP se hayan fijado como línea roja la no entrada de Vox en el consejo de gobierno.

La respuesta del PSOE se produce después de que el presidente en funciones y ganador de las elecciones anunciara ya el domingo que va a hablar con todos los partidos de las Cortes porque es su obligación, también con el PSOE. Aunque los populares tienen asumido que de una u otra forma tendrán que entenderse con Vox.

En la intervención de Sicilia no ha habido lugar para la autocrítica, a pesar de que el sanchismo ha perdido cuatro de las últimas cinco elecciones a las que se ha enfrentado: gallegas, vascas, madrileñas y, ahora, castellanas y leonesas. En las tres primeras fue sorpassado como segunda fuerza política por el BNG, Bildu y Más Madrid, respectivamente. Las catalanas de hace un año las ganó en voto y empató en escaños con ERC, pero Salvador Illa se vio relegado a la oposición.