Carromero, el ángel caído del PP

Ángel Carromero Barrios, Madrid, 1985, licenciado en Derecho por la Universidad Católica de Ávila, presentó ayer su dimisión del cargo de coordinador general de la Alcaldía de Madrid. «Niego rotundamente que haya actuado en nombre del PP ni de nadie, y que haya realizado ninguna de las acciones que se me atribuyen», afirmó antes de abandonar el consistorio.

Sean punto final o punto y aparte —porque no ha renunciado a su puesto en el comité electoral del PP autonómico—, estos momentos marcarán sin duda un capítulo significativo en su carrera política, que comenzó pronto. Se afiló a los 18 años a Nuevas Generaciones, las juventudes del Partido Popular, organización en la que ocupó el cargo de vicesecretario general de Madrid y presidente local de 'Nuevas' del distrito de Salamanca; eran los años en los que Pablo Casado presidía dicha organización a nivel nacional. Desde entonces les une una estrecha amistad.

Más tarde, de 2013 a 2018, Carromero pasó a ser el secretario general de ‘Nuevas’. De forma paralela, desde 2009 hasta el día de ayer, ha ocupado puestos como asesor para políticos del PP con distintas responsabilidades, siempre en el ámbito del ayuntamiento de Madrid. Hablamos, por tanto, de un apparátchik; es decir, un funcionario profesional de partido a tiempo completo, que combina cargos orgánicos con cargos institucionales.

Desde su temprana militancia ha estado asignado a labores internas de control del poder territorial dentro del PP, por lo que en principio su nombre no tendría que resultar conocido. Sin embargo, Carromero saltó a la luz pública en 2012.

Mientras se encontraba en Cuba, realizando un viaje de jóvenes del PP para apoyar a la disidencia interna del régimen, Carromero sufrió un accidente de coche cuando él iba al volante. El vehículo se estrelló contra un árbol mientras cruzaban una carretera del este de la isla. Fallecieron dos opositores cubanos, Oswaldo Payá y Harold Cepero, ambos del Movimiento Cristiano Liberación.

Homicidio en Cuba

Los tribunales del país caribeño le acusaron de homicidio imprudente, con la consiguiente condena de siete años de prisión. Esperanza Aguirre, uno de sus principales apoyos dentro del partido, y en aquel momento presidenta regional de Madrid, denunció la «injusticia cubana» y desde la Comunidad se puso en marcha una campaña de presión política y mediática con el objetivo de que regresase a España cuanto antes. Seis meses más tarde fue expatriado. Al poco tiempo quedó en libertad.

La actual relación entre Aguirre y Carromero dista de ser óptima. «Es persona a la que nadie le ha apoyado como yo. Sin conocerle de nada, fui a visitarle a la cárcel a su vuelta de Cuba, le apoyé muchísimo, le presenté su libro, y, sin embargo, Carromero para mí ha sido una enorme decepción, más que una decepción», manifestó ayer la ex presidenta madrileña para La Sexta.

Tras su salida de prisión se reincorporó como asesor al ayuntamiento de Madrid, regido en esa época por Ana Botella. Ahí se ha mantenido desde entonces, en el poder, en la oposición y, de nuevo, en el poder, dado que también era cercano a José Luis Martínez-Almeida.

La llegada de Pablo Casado a la presidencia nacional del Partido Popular le sirvió para impulsar su carrera en el partido y en el Consistorio, puesto que siempre se ha movido en el ámbito del municipalismo, donde era considerado el «hombre de Casado» en Cibeles.

En la concejalía de la capital de España ha ocupado primero la vicesecretaria electoral y luego su actual cargo de director general de Coordinación de la Alcaldía, puesto del que acaba de dimitir tras una supuesta trama de espionaje.

Al parecer, Carromero habría solicitado al director de la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo que contactase con una agencia de detectives privados para recabar más información sobre unos supuestos contratos sanitarios ilegales asignados durante la pandemia a Tomás Díaz Ayuso, hermano de la presidenta regional.