En la cuerda floja
Los barones ponen a Casado entre la espada y la pared para empujarle a dimitir
El líder del PP, encerrado en Génova 13 junto a su dirección nacional, se queda sin tiempo ni opciones mientras los presidentes regionales piden una solución inmediata. Y solo puede haber una
Buena parte del PP vive estas horas, días, pendiente de la decisión de Pablo Casado. Pendiente de si el presidente del partido dimite o no. Toda vez que su legión de críticos ya no se conforma con la salida de Teodoro García Egea y apunta directamente a Casado.
La pelota está en su tejado, como así lo señaló este lunes por la mañana Alberto Núñez Feijóo. En una declaración muy medida, el presidente gallego sostuvo que es a Casado a quien «le corresponde tomar una decisión». Y de manera «urgente», «inmediata», apostilló.
Minutos antes, Isabel Díaz Ayuso se había autodescartado como opción para presidir el PP, con un «mi sitio es Madrid y no me voy a mover de mi responsabilidad». Parecía una acción coordinada, en tanto que la presidenta madrileña también insistió en la necesidad de solventar la crisis «estos días».
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Tres de tres, porque en parecidos términos se manifestó Alfonso Fernández Mañueco después de iniciar su ronda de contactos para lograr ser investido presidente de la Junta de Castilla y León. «Tenemos un problema que debe atajarse de manera inmediata», aseguró.
En Valladolid se dirime estos días otra decisión crucial para el PP: su nueva relación con Vox, puesto que el partido de Santiago Abascal quiere entrar en el gobierno. Es su condición sine qua non para votar a favor de la investidura del candidato del PP. Si no, Abascal ya ha adelantado que está dispuesto a ir a unas nuevas elecciones (no así Fernández Mañueco, que no quiere ni oír hablar de otras elecciones).
La presión sobre Casado es cada vez mayor y sus alternativas cada vez menos
Cualquier opción, tanto la gestora como un congreso extraordinario, pasaría por que Casado diera un paso atrás. Que es la gran incógnita a esta hora. Aunque él y su secretario general se han preocupado y ocupado de controlar el aparato en los últimos meses a través de los congresos provinciales y regionales, la presión sobre el presidente del PP es cada vez mayor. Sus alternativas, cada vez menos.
A las manifestaciones de este fin de semana frente a la sede nacional del PP se unen los editoriales de este lunes y dos encuestas publicadas por El Mundo y El Periódico que suponen un misil para un partido que hace solo una semana estaba proclamando que el cambio de ciclo era imparable. Pedro Sánchez volvería a adelantar al PP después de meses de ir por detrás, con Vox disparado.
De Génova 13 salía este lunes un silencio atronador, con el líder de los populares reunido con la dirección nacional del partido, en la que ya hay una baja. Nada menos que su portavoz, José Luis Martínez-Almeida. El también alcalde de Madrid llevaba tiempo meditando la decisión de renunciar a la Portavocía, desde antes de esta crisis. Pero aprovechó precisamente este lunes para hacer evidente su distanciamiento al faltar a una reunión crucial. Según su equipo, este martes tiene un pleno «importante» en el Ayuntamiento y prefirió quedarse a prepararlo. Nadie se creyó la explicación.
Para añadir más tensión, Juanma Moreno decidió suspender un viaje que tenía previsto a Madrid para celebrar en la capital el Día de Andalucía, en presencia de Isabel Díaz Ayuso. Según su Gabinete, no se daban las condiciones para un acto así, «por respeto» a los galardonados.
Y mientras, Santiago Abascal compareció este lunes para proclamar que el sorpasso de Vox al PP cada vez está más cerca. «Muy pronto», auguró.