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El presidente de la Xunta y del PP de Galicia, Alberto Núñez FeijóoEFE

La crisis del PP

Feijóo, dispuesto a dar el paso para presidir el PP según su entorno

El tsunami continúa fuera de las paredes de Génova 13, donde Pablo Casado sigue reunido con la dirección nacional del PP en medio de la mayor crisis vivida por el partido.

Fuentes del entorno de Alberto Núñez Feijóo consultadas por El Debate dan por hecho que el presidente gallego dará un paso al frente y tomará las riendas del partido.

Su figura concita el consenso de los presidentes regionales, a excepción del murciano Fernando López Miras, un hombre del círculo de Teodoro García Egea. Aunque incluso él ha introducidos matices a su apoyo a la dirección nacional en las últimas horas.

Feijóo habló este domingo con Isabel Díaz Ayuso para coordinarse y tener bien claro que ella no quiere presidir el partido. La propia Díaz Ayuso señaló este lunes que su sitio está en Madrid.

El presidente gallego solo está a la espera de que Casado dimita. Sin embargo, no está claro que el líder de los populares vaya a dar un paso atrás.

Entretanto, el líder de las Nuevas Generaciones en Galicia, Adrián Pardo, ha hecho de avanzadilla para Feijóo colgando en Twitter el manifiesto que circula entre la militancia a favor de una gestora y un congreso. «Tenemos que estar a la altura de nuestro país. Se lo debemos a nuestros militantes y a todos los españoles», ha escrito.

En paralelo, el presidente del PP de Cataluña, Alberto Fernández, ha sido el primer barón territorial en poner negro sobre blanco lo que ya es un clamor entre los populares: la convocatoria de un congreso extraordinario.

Fernández ha publicado un mensaje en Twitter en el que aboga por tomar «decisiones drásticas» que den la voz al afiliado. Ante lo que considera «un divorcio traumático con el sentir de nuestros afiliados».

Ya por la tarde, el presidente de la Xunta ha pedido a Pablo Casado que zanje la crisis del PP «de inmediato». El barón gallego, tras un acto en Orense, se ha mostrado decepcionado por la forma en que Casado ha afrontado esta «situación de colapso», con un giro de 180 grados entre el viernes y el sábado que sorprendió a propios y extraños. «No hemos zanjado la crisis (...). Lamentablemente, el problema no está zanjado», ha advertido.