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Casado y García Egea en una imagen de archivo en el CongresoEfe

Sin apoyos detrás

Casado asume que sus horas están contadas pero se considera víctima de una cacería

Todo apunta a que el aún líder del PP dimitirá tras la reunión que este miércoles por la tarde mantendrá con los presidentes regionales del partido

El PP vive pendiente a estas horas de que Pablo Casado hable, pero el presidente del partido no piensa hacerlo antes de la reunión que este miércoles a las ocho de la tarde mantendrá con los presidentes regionales de su partido, según fuentes de su entorno consultadas por El Debate.

El ambiente entre los populares es de tensa espera. Y la rumorología está disparada. A primera hora de la tarde circuló el runrún de que Casado podría presentar su dimisión hoy mismo. Sin embargo, su equipo, el poco que le queda, ha negado la información. No obstante, se da por hecho que tras ese encuentro dimitirá.

Pasadas las seis de la tarde se ha conocido que la Junta Directiva Nacional que ha de convocar el congreso nacional del partido se celebrará el martes 1 de marzo. El cónclave tendrá carácter extraordinario.

A esta hora, cada vez es menos probable que el aún líder de los populares vaya el miércoles a la sesión de control al Gobierno en el Congreso, donde iba a preguntarle a Pedro Sánchez: «Cuánto más está dispuesto a ceder a sus socios independentistas para seguir en La Moncloa».

De hecho, los diputados están cruzando los dedos a esta hora para que no acuda a la Cámara Baja por la escena dantesca que eso supondría. El secretario general, Teodoro García Egea, ya se borró por la mañana y su pregunta a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo la hará el diputado Diego Movellán. Sí intervendrá la portavoz, Cuca Gamarra.

Los diputados del PP que este miércoles tienen que preguntar a los miembros del Ejecutivo están temiéndose el trago. La moral del grupo parlamentario está por los suelos.

La de Casado, aún peor. El presidente del PP cree que no se merece esta operación en su contra a la que se han sumado todos los presidentes regionales del partido salvo la de Navarra -por su doble condición de vicesecretaria de Organización-, prácticamente toda la dirección nacional y casi todos los diputados y senadores.

Quienes han hablado con él en las últimas horas señalan que sigue defendiendo que él no ha hecho nada malo, solo intentar alejar las siglas del PP de cualquier sombra de corrupción. Que es lo mismo que dijo el lunes a los miembros de su dirección nacional.