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Horas críticas en el PP

El liderazgo de Casado agoniza: solo Egea, Montesinos y Ana Beltrán siguen a su lado

La tierra se abre bajo los pies de Pablo Casado. La intención del presidente del PP de resistir a lo que considera un golpe palaciego de los barones en su contra no ha hecho sino extender la rebelión.

Ésta ya llega, incluso, al corazón mismo de la dirección nacional del PP y de la del grupo parlamentario, que Casado y Teodoro García Egea creían sus fortines.

Actualmente, los apoyos orgánicos que mantiene el líder del PP se cuentan con los dedos de una mano. Solo la vicesecretaria de Organización, Ana Beltrán, y el de Comunicación, Pablo Montesinos. Este último sigue reiterando su «lealtad» hacia Casado, por quien recuerda que entró en política.

Piden la dimisión de García Egea

Entre los barones, ya no le queda ni el murciano Fernando López Miras, que este martes por la mañana ha pedido el congreso extraordinario: «Hay que poner soluciones urgentes, es el momento de la responsabilidad». Y entre diputados y senadores la desbandada es imparable.

La dimisión de José Luis Martínez-Almeida como portavoz del partido horas después de negarse a asistir a la larguísima reunión que el lunes mantuvo la cúpula popular ha retumbado en Génova 13. Poco antes ya se había producido la de la presidenta del Comité Electoral Nacional, Belén Hoyo, que en ese encuentro a tumba abierta del sanedrín popular pidió la dimisión del secretario general, Teodoro García Egea.

En paralelo, la dirección del grupo parlamentario popular ha suscrito un durísimo comunicado exigiendo a García Egea que se vaya y la convocatoria de un congreso extraordinario. Entre los firmantes está Adolfo Suárez Illana, amigo personal de Casado y de su familia. También quien fue su jefe de Gabinete hasta el pasado mayo, Pablo Hispán. El golpe anímico para el todavía presidente del PP es enorme.

Este martes por la mañana, y según su entorno, Casado mantenía su intención de acudir el miércoles a la sesión de control al Gobierno en el Congreso; para preguntar a Pedro Sánchez, textualmente, «cuánto más está dispuesto a ceder a sus socios independentistas para seguir en La Moncloa». Pero los acontecimientos van tan rápidos que finalmente podría no ir, porque en el grupo parlamentario popular existe un enorme malestar.

El que no estará es García Egea: su pregunta a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo la hará finalmente el diputado Diego Movellán. Y la interpelación al ministro de la Presidencia que después tiene el grupo parlamentario también ha cambiado: la formulará Carlos Rojas.

La reunión que este miércoles por la tarde Casado mantendrá con los presidentes regionales del partido, y sin Isabel Díaz Ayuso (porque no es presidenta del PP de Madrid), puede ser el golpe definitivo para el líder de la oposición. Eso pretenden ellos.

De una u otra forma, en las últimas horas todos se han ido sumando a la operación Feijóo para que el presidente gallego tome las riendas del partido por aclamación. Todos salvo la presidenta del PP de Navarra, Ana Beltrán, porque es a su vez la número tres del partido. Pero sí lo ha pedido el secretario general de los populares navarros, José Suárez, quien ha pedido en Twitter «un congreso ya». Evidenciando así que Beltrán no cuenta con el respaldo de su organización.

Alberto Núñez Feijóo, el esperadoEfe

Primero fueron los que gobiernan: Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco. Después, los que estaban a punto de ser sustituidos en los congresos regionales del PP que quedan por celebrarse: Teresa Mallada (Asturias), José Antonio Monago (Extremadura), José Ignacio Ceniceros (La Rioja) y María José Sáenz de Buruaga (Cantabria). Y lo que es más sintomático: también los presidentes regionales que han sido elegidos recientemente en sus respectivos congresos y que lea deben su designación a Casado y García Egea. Como el aragonés Jorge Azcón, la balear Marga Prohens, el valenciano Carlos Mazón y el canario Manuel Domínguez. Todos.

El secretario general creía tener una estructura territorial leal -a eso ha dedicado la mayoría de los esfuerzos desde que fue elegido- y sin embargo ésta se ha derrumbado por completo. Es el «colapso» sobre el que advirtió el lunes Feijóo cuando pidió a Casado una «solución urgente».

«Digan lo de que digan Pablo y Teodoro, esta revolución no es de los barones sino de abajo, de los militantes y simpatizantes. Nosotros solo la hemos canalizado», señala a El Debate uno de los presidentes regionales del partido que este miércoles hablará cara a cara a Casado.