Negociaciones en Castilla y León
Mañueco insiste en gobernar en solitario tras su primera toma de contacto con Vox
Por su parte, el representante de Vox, Juan García-Gallardo, cree que el popular quiere darles «un trato distinto» que el otorgado a otros partidos que obtuvieron una representación similar en 2019
«Mi intención, la del PP de Castilla y León, es que haya un gobierno en solitario». El presidente en funciones de la región castellanoleonesa se ha mostrado contundente tras su primera toma de contacto con el líder de Vox, Juan García-Gallardo. El popular ha insistido en que sólo su ejecutivo regional es el que negocia el programa de gobierno. De hecho, no descarta ninguna de las opciones para formar su ejecutivo regional.
Fuentes cercanas al equipo negociador de los conservadores se mostraban muy optimistas con este medio respecto del primer encuentro entre García-Gallardo y Fernández Mañueco. De hecho, tras más de hora y media reunidos, todo apuntaba a que ambos líderes podrían haber llegado a algún acuerdo programático. Las esperanzas se desvanecieron tras escuchar al jurista de Abascal. Empeoraron al escuchar al popular. Las negociaciones no han hecho más que comenzar.
Ronda de contactos tras el 13-F
Mañueco abandona la reunión con Tudanca tras ser preguntado por la corrupción
«La distancia que tenemos con el PP es aun más grande», comenzaba afirmando García-Gallardo en la rueda de prensa en las Cortes castellanoleonesas, a lo que agregó: «Parece que el trato que el PP quiere dar a Vox es distinto al que el PP ha dado a otros partidos con la misma representación». La joven promesa de Abascal ha solicitado «el mismo respeto» para sus electores, que el otorgado «para los de Ciudadanos, por ejemplo, en la pasada legislatura».
Sin pacto a la vista
Por su parte, Mañueco ha sentenciado que su preferencia, la de su solo ejecutivo regional, es gobernar en solitario; aunque agotará «el diálogo con todas las fuerzas representadas en el Parlamento». El popular no descarta ninguna opción: contar con el PSOE, con Vox, o con los localistas y la abstención bien del PSOE, bien de Vox.
Los 90 minutos han servido para demostrar una sola cosa. Su partido se encuentra, al menos programáticamente, más cercano a los de Vox, que de Tudanca. Tanto, que el popular sí ha compartido los principios básicos comentados con García-Gallardo: el autonomismo útil, la cohesión y defensa de la integridad territorial de Castilla y León dentro de España y de Europa, y la defensa firme de la igualdad. Aunque respecto de este último ha habido polémica.
Leyes de igualdad y memoria histórica
Provocados por algunos medios para enfrentarse, García-Gallardo respondía que «los calificativos» que hayan «podido decir en campaña son al calor de la misma», cuando le inquirían sobre la denominación de «progre» supuestamente otorgada por los suyos al popular. Del mismo modo, Mañueco fue preguntado por las palabras del de Vox sobre la inmigración trasladadas en la misma rueda de prensa. Mañueco respondió recordando a los presentes que Abascal le llamó para felicitarle por su victoria y de hecho, se felicitaron mutuamente por los resultados.
La más polémica de las declaraciones vino de la mano de la legislación sobre memoria histórica y sobre la violencia por razón de sexo. Mientras que el de Vox apuntó que los dos vieron razonables tratar dichos puntos, Mañueco subrayó que sendas cuestiones surgieron «de manera incidental», una vez ya levantados de la reunión.
El novio popular ha comenzado la negociación haciéndose de querer antes de la boda. Su marcaje de máximos ha quedado claro. Ahora Vox deberá decidir si está dispuesto a llegar hasta el final de la negociación. Ambos son observados en clave nacional mientras la derecha se reconstruye.