Guerra Ucrania - Rusia
«¡OTAN no, bases fuera!»: Los socios radicales de Sánchez complican la ayuda de España a Ucrania
Los partidos de extrema izquierda e independentistas, tradicionalmente antiOTAN y prorusos, tratan de marcar el paso a la acción exterior de La Moncloa
El pasado viernes, unas mil personas se concentraron en Madrid en la Puerta del Sol de la capital para exigir la «no intervención» del Gobierno de Pedro Sánchez en el conflicto bélico de Rusia y Ucrania, así como la retirada de tropas y la cancelación de la cumbre de la Alianza que se celebrará en España el próximo mes de junio.
Los gritos que se escucharon fueron del siguiente tenor: «Ni Putin, ni OTAN, no a la guerra», «Los gastos militares a escuelas y hospitales» o «El imperialismo es el terrorismo». La postura oficial de los manifestantes, agrupados en tono al colectivo ‘OTAN no Madrid’, era de corte pacifista, por lo que afirman rechazar cualquier implicación militar en los conflictos.
Los organizadores eran Izquierda Unida, el Partido Comunista de España y colectivos como Frente Obrero, la Confederación Nacional del Trabajo y el Frente Estudiantil. Todos, por tanto, situados ideológicamente en la extrema izquierda. Desde este colectivo aprovecharon también la oportunidad para expresar su rechazo a que España participe en la próxima cumbre de la OTAN, que está prevista para junio de este año en Madrid, y que se celebra en la capital de España a petición del propio Pedro Sánchez. Su argumento para rechazar la participación es «el fin de las agresiones imperialistas y el respeto a la soberanía de los pueblos».
Escalada de tensión
Un día antes, el jueves de la pasada semana, IU emitió un comunicado en el que mostraba su condena al ataque lanzado por Rusia a Ucrania tras la «escalada de tensión con la OTAN» y pedía al Ejecutivo de Pedro Sánchez que no alimente «ni directa ni indirectamente» este conflicto.
Podemos, por su parte, hoy mismo ha subrayado a través de su coportavoz estatal, Javier Sánchez Serna, que la decisión de la Unión Europea de enviar armas letales a Ucrania ante la invasión rusa «no va en la línea de la distensión» y pide centrar los esfuerzos en «encauzar» el conflicto con medios diplomáticos, ante las vías de diálogo abiertas entre ambos países.
Además, ha cuestionado el posible veto a los medios rusos, al entender que puede generar una «espiral peligrosa» y afectar a los corresponsales extranjeros en Moscú. También ha solicitado una mayor reflexión sobre el impacto de las sanciones económicas, dado que deben centrarse en los oligarcas rusos y no en la población.
También ha destacado que ya habrá tiempo para reflexionar sobre si el papel de la OTAN o su estructura militar, en vez se solucionar el conflicto, ha «entorpecido» las labores de paz en una crisis que se remonta hace años. Sánchez Serna ha subrayado que en las protestas de este fin de semana los militantes de Unidas Podemos se han manifestado contra «la guerra».
OTAN no, estación Madrid
Para los especialistas consultados, la reacción del colectivo OTAN no Madrid, así como del Izquierda Unida y Podemos, sería la «enésima repetición» de los tics propios del comunismo. «Atacan a la OTAN, a la relación con Estados Unidos, al vínculo atlántico, es decir; todo aquello que fortalece y sustenta el orden liberal», señala Florentino Portero, profesor de historia contemporánea en la UNED y analista de relaciones internacionales. «Como atacar a este orden de frente no sería aceptable por la opinión pública», prosigue el profesor Portero, «invocan el antimilitarismo, el pacifismo. Los comunistas, neocomunistas en este caso, no se muestran antiamericanos, sino anti-OTAN. Igual que en la época de Brézhnev, que era un sujeto bastante siniestro y de frente no había forma de defenderlo».
Ángel Rivero, por su parte, profesor de Relaciones Internacionales en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, señala que estas concentraciones y declaraciones «forman parte del pacifismo impostado de la época de la Guerra Fría, cuando el mundo prosoviético acusaba de imperialista a EE.UU., mientras presentaba la reacción de la URSS como una actitud de carácter defensivo. Que sigan pensando de esta forma habla de la muerte intelectual, de la tragedia del pensamiento en la que se mueve esta extrema izquierda».
El profesor Rivero no cree que el conjunto de la población española entienda esta actitud. «Dado que el régimen de Putin es heredero, incluso en su estética, de la URSS, por parte de la izquierda radical se produce una identificación con el mismo. Ahora bien, como está tan claro que el agresor es Putin, primero tienen que condenarlo, si quiera nominalmente, para acto seguido activar sus resortes mentales pro Rusia, desde los que atacan a la OTAN, que es una organización defensiva que en este caso, además, brilla por su incomparecencia».
Pero el caso español tiene una particularidad; estas fuerzas de extrema izquierda forman parte del Gobierno; son los socios de coalición de un Pedro Sánchez que, de la mano de su ministro de asuntos exteriores, José Manuel Albares, que es diplomático de carrera, pretende restablecer las relaciones con la Unión Europea y Estados Unidos. «En cambio, la querencia de estos grupos es justo la contraria; son los regímenes como los que imperan en Cuba, Venezuela, Rusia, Irán y China», apunta el profesor Portero. Por su parte, el profesor Rivero señala que «la población española, ante una potencia tan agresiva como la Rusia de Putin, se sitúa más bien en las antípodas de estos grupos con un OTAN sí».
Los conocimientos históricos de Portero le permiten poner estas manifestaciones y estrategias políticas en perspectiva. «Con variaciones, realizando periódicas adaptaciones a los tiempos, estos grupos vienen realizando lo mismo desde los años treinta del siglo XX. Su objetivo es siempre el mismo; minar las instituciones liberales. Que defiendan a quien defiendan no es casual. Los servicios de inteligencia son conscientes de que estos grupos reciben financiación del extranjero, precisamente de los países que ahora defienden».
Ahondando en esta perspectiva histórica, el profesor Rivero señala que «en la Transición el Partido Comunista de España se alejó de la URSS y transitó hacia el eurocomunismo, pero ahora han retrocedido a los tics leninistas de su pasado más remoto».
También los independentistas
Dentro de arco ideológico que describe el profesor Portero entrarían partidos como Podemos e Izquierda Unida, pero también movimientos independentistas como ERC o Bildu. «Sin ir más lejos lo hemos visto con claridad en Cataluña, durante el Procés», apunta Portero, pero también el propio Parlamento Europeo, quiere ha solicitado formalmente profundizar los vínculos del Kremlin con el independentismo catalán, después de que las investigaciones de inteligencia occidentales alertaran sobre la estrategia desestabilizadora impulsada por Moscú.
Por tanto, la presión que realicen estos grupos nunca será en defensa de la democracia efectiva, ni dentro ni fuera de las fronteras españolas. «La cuestión es que Podemos atraviesa por un momento delicado en las encuestas. Saben que les conviene seguir en el Gobierno, porque si hubiese elecciones bajarían en votos. Así, presionan a Sánchez, pero tampoco en exceso. Y la oposición, si fuese hábil, sabría que aquí tendría un frente donde apretar a Sánchez, pero ahora mismo el PP está como está», concluye el profesor Portero.