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Ione Belarra conversa con Gabriel Rufián en el CongresoEfe

En sus manos

ERC perdona la vida a la Ley de Vivienda pero arrastra al Gobierno a una negociación tortuosa

Durante unas horas, el suelo se abrió a los pies del Ejecutivo en el Congreso, que creyó revivir lo que sucedió con la reforma laboral. Pero esta vez Esquerra amagó y no dio

Hay veces en las que Esquerra amaga y no da, pero hay otras en las que acaba dando, como cuando el 3 de febrero votó en contra de la reforma laboral de Yolanda Díaz y casi la tumba. Esta vez, por suerte para el Gobierno de coalición, ERC ha sido indulgente.

In extremis, los republicanos perdonaron la vida a la Ley de Vivienda del PSOE y Unidas Podemos después de amenazar durante los días previos con matarla antes de nacer por invadir las competencias autonómicas. Que es, por otro lado, algo sobre lo que ya advirtió el CGPJ en su informe sobre el proyecto de ley, aunque el Ejecutivo decidiera hacer oídos sordos al Poder Judicial.

La ley estrella de Pedro Sánchez y los morados salvó este jueves una bola de partido en el Congreso, con emoción hasta el final. Hasta que, a media mañana, la ministra de Transportes afirmó desde la tribuna de oradores: «Tienen nuestro compromiso de que el proyecto de ley será respetuoso con las competencias de los estatutos de autonomía, y también del Estatuto de Autonomía de Cataluña. La Ley de Vivienda será acordada por las fuerzas progresistas, entre las que se encuentra ERC», anunció Raquel Sánchez.

La ministra de Vivienda, Raquel Sánchez

Aquella fue la señal inequívoca de que el Gobierno había alcanzado un acuerdo con el grupo de Gabriel Rufián, que ni pestañeó en su escaño al escuchar las atenciones de la ministra, acostumbrado a las carantoñas gubernamentales.

La bola de partido

Se debatían en la Cámara Baja las cinco enmiendas de devolución del texto presentadas por el PP, Ciudadanos, el PNV, el PDeCAT y Junts per Catalunya. ERC, por su parte, había presentado una sexta, pero no de devolución, sino de sustitución; es decir, cambiar el texto del Gobierno por otro redactado por Esquerra.

No obstante, si los republicanos catalanes votaba a favor de las otras cinco enmiendas (votadas en bloque), ello habría supuesto juego, set y casi partido para la oposición. Porque habría devuelto la Ley de Vivienda a la pantalla previa: la de la mesa del Consejo de Ministros, de la que salió el 1 de febrero para iniciar su tramitación parlamentaria.

El mazazo habría sido cósmico, tratándose de una ley que la coalición considera medular pero que lleva muchísimo retraso sobre la previsión inicial. Principalmente, porque el PSOE y Unidas Podemos tardaron dos años, media legislatura, en ponerse de acuerdo sobre el proyecto que aprobar en el Consejo de Ministros. El principal punto de discordia fue la limitación del precio de los alquileres en las llamadas «zonas tensionadas».

Esta vez no había plan B. Este jueves el Gobierno no podía agarrarse a ninguna geometría variable al margen de ERC, dado que los partidos que salvaron en febrero la reforma laboral -Ciudadanos y el PNV- habían presentado sendas enmiendas de devolución.

Durante la defensa de la suya, el portavoz de los nacionalistas vascos resumió por qué con esta frase: «La política de vivienda en Euskadi y para Euskadi se decide en Euskadi», remachó Íñigo Barandiaran.

Mientras el diputado del PNV defendía su enmienda en el atril, la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, se acercó al escaño de Rufián para hablar con él. Son los morados los que más han mediado con Esquerra para que en esta ocasión la sangre no llegara al río, como sí lo hizo con la reforma laboral.

No obstante, ERC quiso ser meridianamente claro: que permita iniciar la tramitación no quiere decir que el camino de socialistas y morados hasta ver aprobada esta ley en las Cortes vaya a ser fácil.

«La advertencia es pública y solemne. No, no, no comprometemos nuestro voto futuro», señaló la diputada de ERC Pilar Vallugera. «Es la quinta vez que recuerdo en este estrado que no gobiernan con mayoría absoluta, no sé si es que no lo digo muy claro. No tienen los votos para legislar a su antojo, no los tienen», insistió.

La portavoz republicana recordó que Cataluña tiene una Ley de Vivienda propia que está aplicando y que en verano fue recurrida por el Gobierno de Sánchez ante el Tribunal Constitucional. Precisamente por vulnerar, supuestamente, las competencias estatales.

También el portavoz de Bildu, Oskar Matute, dejó claro a la ministra de Transportes que serán exigentes en la negociación. Así que a la Ley de Vivienda aún le queda mucha tinta que sudar. Y el bloque Frankenstein trata de recomponerse a duras penas.