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El multitudinario salto a la valla de Melilla del 2 de marzoEP

Aviso de los Servicios de Inteligencia españoles

Sánchez fue alertado de que Marruecos tramaba otra avalancha migratoria para presionarle

Existían temores fundados de que Mohamed VI estaba dispuesto a abrir de nuevo el grifo migratorio para empujar a España a cambiar su posición respecto al Sáhara Occidental

Los servicios de inteligencia españoles habían alertado a Pedro Sánchez de que Marruecos podía estar tramando una nueva avalancha humana similar a la que desencadenó entre los días 17 y 18 de mayo en la frontera ceutí del Tarajal, cuando empujó a entre 7.000 y 9.500 migrantes ilegales. Muchos de ellos, menores no acompañados.

Fuentes del Ministerio de Interior revelan a El Debate que había serios indicios de que Mohamed VI amenazaba con abrir nuevamente el grifo migratorio para presionar a España, aprovechando la alta concentración de sin papeles en territorio marroquí en las últimas semanas. Ello es debido a que el mal tiempo ha impedido las salidas, y mientras mejoras las condiciones meteorológicas se han ido acumulando personas en el lado africano.

Estos temores fundados explicarían la precipitación de Sánchez en una decisión tan histórica como lo es el cambio de postura de España respecto al Sáhara Occidental. El presidente no informó a su socio de Gobierno, tampoco al PP y ni siquiera a Argelia, según la versión de este último (aunque según La Moncloa hubo comunicación previa).

Es más. La decisión se conoció porque Marruecos hizo pública una carta del presidente a Mohamed VI el viernes por la tarde, con el socialista de viaje en Roma y Berlín. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tuvo que improvisar una rueda de prensa en Barcelona, donde se encontraba para participar en una mesa redonda organizada por Casa Asia.

Cabe recordar que hace solo tres semanas, el 2 de marzo, Melilla sufrió el salto de la valla más numeroso de su historia. Intentaron cruzar 2.500 subsaharianos, entraron cerca de 500 y hubo en torno a medio centenar de heridos, muchos de ellos policías y guardias civiles. Los agentes denunciaron que emplearon gran violencia y que llevaban garfios, palos y tornillos en los zapatos para escalar.

El 2 de marzo hubo un salto a la valla de Melilla de cifras nunca vistas

El Gobierno temía que eso fuera solo la antesala de una primavera caliente en la frontera con Marruecos, un país que además ha sido muy castigado económicamente por el coronavirus. Supuestamente, el reconocimiento del plan de autonomía del reino alauita para el Sáhara Occidental lleva como contrapartida el compromiso por parte de Marruecos de aumentar el control de los flujos migratorios.

Eso es, al menos, lo que asegura el Ejecutivo de Pedro Sánchez, porque ese compromiso no figura por ningún lado en los comunicados que el viernes hicieron públicos el Palacio Real de Marruecos y su Ministerio de Asuntos Exteriores.

El pozo sin fondo de Marruecos

Hasta ahora, el Gobierno ha intentado aplacar a Marruecos con dinero. Después de la crisis motivada por la acogida del líder del Frente Polisario Brahim Ghali y también antes. En concreto, el Ministerio del Interior ha concedido al vecino del sur casi 100 millones de euros en ayudas para luchar contra las mafias que controlan la inmigración ilegal.

En mayo de 2021, en plena crisis del Tarajal, España entregó al Ministerio del Interior de Marruecos 30 millones de euros para «contribuir a la financiación del despliegue de las autoridades marroquíes en actividades de lucha contra la inmigración irregular, el tráfico de inmigrantes y la trata de seres humanos».

A ello hay que sumar otros 62,37 millones de euros entre julio y agosto de 2019 (estando el Ejecutivo en funciones) para «contribuir a la financiación del despliegue de las autoridades marroquíes en sus actividades de lucha contra la inmigración irregular, el tráfico de migrantes y la trata de seres humanos». Y también 5,9 millones en febrero de 2021 para comprar 130 vehículos todoterreno «para apoyar al Ministerio del Interior del Reino de Marruecos en el marco del proyecto Apoyo a la gestión integrada de fronteras y de la migración en Marruecos».

Y, aun así, no ha conseguido de Marruecos la colaboración esperada. En los últimos meses, la Oficina de Asuntos Migratorios del Ministerio de Asuntos Exteriores ha elaborado varios informes, alguno publicado por este diario, en los que advierte de que los controles del país vecino siguen dejando mucho que desear y que por tanto Marruecos sigue siendo un coladero. Además del principal país del que parten hoy en día los migrantes que quieren llegar a la frontera sur de Europa.

Estando de buenas, Marruecos solo es capaz de interceptar un tercio de las salidas de sin papeles que se producen desde sus costas, fundamentalmente desde el Sáhara Occidental. Esto quiere decir que dos de cada tres migrantes que ponen rumbo a España desde Marruecos consiguen llegar; bien a través de la ruta del Mediterráneo occidental, para llegar a Ceuta y Melilla, o bien por la ruta Atlántica hacia las Islas Canarias.

Yolanda Díaz en un actoEFE

A todo esto, la vicepresidenta segunda ha vuelto a hacer patente su enfado este lunes. Yolanda Díaz ha cargado contra Sánchez por cambiar la postura de España respecto al Sáhara de la noche a la mañana y sin informar a su socio de Gobierno. Es decir, a ella misma.

Díaz ha asegurado que el presidente ha sido «incoherente» respecto a lo que ha venido defendiendo el PSOE y, además, le ha recriminado que haya actuado con «absoluta opacidad». El enfado de Unidas Podemos es evidente, pero Díaz también ha descartado que los morados vayan a salir del Gobierno porque hacerlo sería de una gran «irresponsabilidad».