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El Gobierno pagó también con los fondos de Bruselas un sistema de energía fotovoltaica para Las Marismillas de 375.000 €

El palacio de vacaciones de Sánchez se quedó con un total de 751.000 euros en mejoras para recibir al presidente y su familia e incluso cambió su sistema fotovoltaico mientras el recibo de la luz llegaba a cifras históricas para el resto

El palacio preferido por Pedro Sánchez para veranear con su familia y amigos, el de Las Marismillas en Doñana, mereció un segundo gasto a cargo de los Fondos Europeos: si el primero, revelado por El Debate, fue de 335.000 euros; el segundo fue aún mayor y alcanzó los 375.000 euros, según consta en la documentación oficial de Parques Nacionales, organismo dependiente de la ministra Teresa Ribera, a la que ha accedido este periódico.

El total de inversiones hechas con dinero del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), la herramienta dependiente de los Fondos Next Generation de la Unión Europea creada para rescatar a los países que, como España, vieron hundirse su economía; alcanza los 751.868,48 euros entre los años 2019 y 2022.

Se da la circunstancia de que, en ese tiempo, el uso ha quedado reducido en la práctica al del propio Pedro Sánchez y sus acompañantes, a los que se ha negado a identificar apelando a su «vida privada» pese a las resoluciones del Consejo de Transparencia que le obligaban a explicar quiénes fueron los beneficiarios de su hospitalidad en un espacio público.

De hecho, Parques Nacionales ha confirmado a este periódico que en 2019, por ejemplo, no hubo ninguna visita institucional a Doñana y, sin embargo, sí se registró la presencia en agosto de Sánchez.

Documento oficial de Parques Nacionales donde se reconoce un gasto de Fondos Europeos para reformar el solárium de Las MarismillasEl Debate

La secuencia de gastos, obras y usos evidencia que Las Marismillas se ha ido mejorando casi en exclusiva para Sánchez, con un procedimiento que llegará al Congreso toda vez que el PP ha elevado una pregunta a la Cámara sobre este asunto.

El modus operandi de ambos gastos fue el mismo: el dinero se extrajo de los Fondos Europeos; se incluyó en epígrafes permitidos por la ley para hacerlos pasar por una inversión en biodiversidad y recuperación de espacios naturales y la obra se ejecutó a través de una empresa pública, Tragsa, sin ningún tipo de concurso público abierto a la competición.

La obra revelada inicialmente por El Debate acondicionó incluso el solárium de Las Marismillas con cargo a Europa, sumado a la rehabilitación de un palomar y de un cuarto de plancha pasándole la factura a los Presupuestos Generales del Estado; además de dedicar cerca de 30.000 euros a pintar con recursos de Bruselas.

En la segunda, se dedicó a instalar un sistema de energía fotovoltaico, consistente probablemente en paneles solares: en plena crisis de precios de la luz, ahora en tarifas históricas, el Gobierno tuvo tiempo y dinero de Bruselas para instalar en el Palacio, para apenas quince días de vacaciones, el último grito en tecnología para el suministro eléctrico.

Así consta en la documentación recabada por El Debate en Parques Nacionales, un departamento subordinado al Ministerio de Transición Ecológica dirigido por Teresa Ribera, la ministra que no parece dispuesta en estos momentos a «topar» el precio de la luz en 180 euros el megavatio/hora, sea cual sea el coste del gas.

Extracto del documento oficial de Parques Nacionales donde se reconoce un gasto de 751.868 en mejorar el palacio usado por Pedro Sánchez para veranearEl Debate

Una medida que primero anunció y ahora parece vinculada, en exclusiva, a una decisión en ese sentido de la Unión Europea que tampoco parece sencilla por la aparente resistencia de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen; y de los dos grandes referentes del continente, los presidentes de Francia y Alemania, Emmanuel Macron y Olaf Scholz, respectivamente.

La polémica de Las Marismillas

El uso indiscriminado de recursos públicos para fines privados persigue a Sánchez desde que usara el Falcon para acudir al Festival de Benicassim con su esposa, Begoña Gómez, al comienzo de su primera legislatura tras la moción de censura a Mariano Rajoy en 2018.

A partir de ahí, son incontables los polémicos episodios de viajes en el avión oficial o en helicópteros Puma para actos del PSOE, bodas y otras actividades alejadas de la órbita presidencial.

Pero ha sido precisamente Las Marismillas donde las «costumbres» de Sánchez, señaladas sin ningún éxito hasta ahora por el Consejo de Transparencia o la propia Audiencia Nacional, más polvareda han despertado.

Hasta el punto de que el Consejo tuvo que exigirle, en un «fallo» con el número de serie 162/2020, de 3 de julio, que detallara cuántas veces había hecho uso del palacio con su familia, amigos o cualquier otro tipo de acompañante privado.

Angela Merkel, junto a Pedro Sánchez en la visita que realizó a Las Marismillas en 2018GTRES

El contraste entre los hábitos de Sánchez y los de otros líderes europeos es enorme. La excanciller alemana Angela Merkel, que estuvo precisamente en Las Marismillas en el verano de 2018 invitada por el entonces recién estrenado presidente español, no cargaba los gastos de desplazamiento de su marido al erario público y le obligaba a viajar en un avión de línea y a costearse el billete.