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Pedro Sánchez y Antonio Costa durante su comparecenciaEFE

«Objetivo cumplido», afirman

Sánchez y Costa arrancan a la UE una «solución ibérica» al gas pero con letra pequeña

El presidente español apostaba por una respuesta europea a la crisis energética y se ha acabado conformando con una para España y Portugal. Que, además, estará tutelada por la Comisión Europea

La derrota no era una opción para Pedro Sánchez en el Consejo Europeo sobre la crisis energética. Saliese lo que saliese de ella, el presidente del Gobierno necesitaba escenificar que había doblegado a los frugales y volvía a La Moncloa victorioso.

Y eso fue precisamente lo que Sánchez hizo poco después de las ocho de la tarde, cuando compareció junto al primer ministro portugués, Antonio Costa, para proclamar una especie de república energética independiente en la Península Ibérica. Un «tratamiento especial para gestionar los precios de la energía», en palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

«Objetivo cumplido», anunció el presidente, quien definió el acuerdo como «muy beneficioso para España y Portugal. «Por fin se reconoce la singularidad de la Península Ibérica», añadió.

Hace justo una semana, Sánchez pedía en Roma «una respuesta europea y no 27» a la crisis energética. Sin embargo, en las últimas 72 horas había ido rebajando las expectativas, consciente de que eran inalcanzables. Al final se ha acabado conformando con una respuesta ibérica, aunque el presidente del Gobierno señaló desde la capital belga que no renuncia a un marco común europeo: «Creemos que eso todavía es exigible y tenemos que empeñarnos todos los europeos en una solución europea», sostuvo.

A España y Portugal se les permitirá limitar el precio de gas para que automáticamente baje el de la electricidad, aunque estarán tutelados por la Comisión Europea, que será la que vele por el cumplimiento del derecho europeo una vez que ambos países le presenten sus medidas concretas. He ahí la letra pequeña del acuerdo, sujeto a que la Comisión concluya que los planes de Sánchez y Costa no afectan al mercado europeo en su conjunto.

«No supone subvencionar el gas, no distorsiona el mercado europeo de la electricidad», insistió el presidente español, que aludió al escaso nivel de interconexión del mercado energético de ambos países con Europea. La famosa «isla energética».

La satisfacción de Sánchez y Costa contrastó con la prudencia del canciller alemán, Olaf Scholz, y del primer ministro de Holanda, Mark Rutte, que restaron importancia al acuerdo porque no hay nada definitivo -señalaron ambos- sobre la intervención del mercado y los topes de precios.

El debate fue largo -duró nueve horas y media- y enconado por las posturas tan distantes. Los Veintisiete compartían la necesidad de frenar la escalada de precios de los carburantes y la electricidad, hasta ahí sí; pero no los métodos.

En el último tramo de la mañana, Sánchez empezó a impacientarse ante la intransigencia, sobre todo, de Scholz y Rutte. Entre eso y una filtración que acabó publicada en la cuenta de Twitter del periodista de France24 Dave Keating, según la cual el presidente español había amenazado con vetar las conclusiones si no se atendía a su petición, el líder del Ejecutivo estalló y abandonó la reunión. Quería tomar el «aire». Según él, su tono fue siempre constructivo, no amenazante.

Poco a poco el camino hacia un acuerdo se fue desbrozando en el transcurso de la tarde. Ahora Sánchez ya tiene los mimbres para perfilar el plan de respuesta a la crisis energética que él presentará el lunes, el Consejo de Ministros aprobará el martes y el Congreso conocerá el miércoles, por ese orden.