Recién llegada del Kremlin
El curioso caso de la armadura del perro de Carlos V
La única armadura para perros del mundo de la época tuvo que ser rescatada de los museos del Kremlin hace apenas unos días tras el estallido de la guerra
Ni capa de cuero, ni acolchado, ni cota de malla. En un siglo como el XVI, donde los perros de caza mayor tenían el riesgo más que probable de resultar heridos, Carlos I de España y V de Alemania decidió proteger al suyo con una armadura. Única en el mundo. Así lo explica Álvaro Soler, jefe del departamento de la Real Armería del Palacio Real de Madrid, a El Debate.
«No se conocen otros casos en los que se haya puesto una pieza completamente metálica, con una armadura del propietario», señala el Doctor en Historia Medieval. «Debía ser un perro muy especial para el monarca».
La armadura, al detalle
«Toda la superficie de la pieza está grabada al aguafuerte», representando «a un cazador tras un árbol, con una lanza esperando el ataque de un jabalí». Según Soler, «esto nos da la clave de que es una armadura para cazar jabalíes y que es la forma de defender al perro de los colmillos de estos».
El rescate de la armadura
La armadura del perro de caza de Carlos V ha recorrido tierras y mares para llegar hasta el expositor de la planta baja de la Real Armería. Literalmente. Apenas unos días más tarde de estar montada toda la exposición internacional que versaba sobre los duelos entre caballeros en Moscú, y que iba a haberse abierto al público a principios del pasado marzo, Rusia invadió Ucrania.
Ingleses, franceses y españoles decidieron sacar sus respectivas piezas de Rusia. Por tierra, pues el espacio aéreo estaba cerrado. Y lo hicieron de forma conjunta, en un convoy custodiado por los rusos. Ya en Helsinki, un camión español enviado desde Madrid supervisó que todas las cajas llegaran al ferry que cruzó el Báltico, de norte a sur. Una vez en tierra alemana, las armaduras históricas cruzaron todo el continente por carretera para por fin, llegar a la capital. Soler fue el encargado de la colección española.
Esta armadura y otras piezas únicas tuvieron que pasar unos días por un obligado período de aclimatación tras el largo viaje por carretera, según explican desde Patrimonio Nacional. Ahora, se exponen al público, coincidiendo con la apertura de la segunda sala de la Real Armería conocida como la de «bajos Austrias», en el Palacio Real de la capital.