Espionaje con Pegasus Seis contundentes mensajes de FAES al Gobierno por el «catalangate»
La Fundación que preside José María Aznar recrimina al Ejecutivo por poner al CNI a los pies del secesionismo
La Fundación FAES, que preside José María Aznar, hizo público un informe en el que analiza la apresurada visita del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, a la consejera Laura Vilagrà, mano derecha del presidente catalán, tras las denuncias de espionaje con el software Pegasus. Tras el encuentro, Bolaños puso a los pies de los caballos al Centro Nacional de Inteligencia. El informe se elaboró unos días antes de que el Gobierno anunciara que los móviles de Pedro Sánchez y Margarita Robles habían sido espiados. Estas son las claves que FAES extrae de la situación:
Tributo político al secesionismo
¿Para qué fue a Barcelona el ministro de la Presidencia?FAES no duda en dar una contundente respuesta a esta pregunta: se trata de «pagar nuevamente el tributo político que los independentistas de su coalición exigen para mantener a Pedro Sánchez en el poder». La Fundación pone en evidencia cómo esta vez el independentismo «cree haber hecho presa en un componente esencial de la seguridad del Estado como es el servicio de inteligencia, y reclama dictar las cabezas que tienen que rodar y hasta dónde tienen que llegar las investigaciones».
Bolaños, genuflexo
«En las actuales circunstancias y dada la trayectoria de este Gobierno, esa imagen es, además de ridícula, extremadamente peligrosa porque subordina la estabilidad institucional y las exigencias elementales de defensa del Estado a los intereses estrictamente partidistas de preservación de una alianza política disfuncional y dañina para España».
El CNI, a los pies de los caballos
FAES pone el énfasis en que el Gobierno da por bueno, desde el primer momento, que el CNI es responsable y que las escuchas «necesitan una investigación interna, externa y parlamentaria, con desclasificación de documentos incluida». Y, sobre todo, da por buena la atribución al CNI, «aunque niegue que se haya hecho ilegalmente, según ha difundido CitizenLab, en una operación que ha buscado el momento para generar la resonancia más escandalosa, precisamente cuando el Parlamento Europeo constituía la comisión especial para tratar las alegaciones de utilización indebida del ya famoso programa».
Estrategia secesionista
Gracias a la estrategia de apaciguamiento del Gobierno, FAES considera que el CNI «queda situado en el centro de una turbulencia cuyo núcleo es político más que jurídico, y busca el aprovechamiento que los secesionistas puedan hacer con sus exigencias de esclarecimiento de lo ocurrido».
El CNI, en el punto de mira
El estudio prosigue poniendo de relieve que el proceso de sedición puesto en marcha por el independentismo catalán entra de lleno en las responsabilidades del CNI. «Y tampoco hay duda sobre la capacidad del CNI de pedir autorización judicial para la interceptación de las comunicaciones, con los límites subjetivos y temporales que la propia ley establece».
Imagen de debilidad
«Pero el Gobierno no hace sino alimentar la utilización política de este asunto por el secesionismo al asumir su escenificación indignada». En su análisis, FAES considera que, al actuar así, el Gobierno ofrece una «lamentable imagen de debilidad y confirma dramáticamente su tóxica dependencia de unos socios que han demostrado –y siguen demostrando– su más descarnada deslealtad». El estudio destaca que forma parte del más «oscuro surrealismo» el hecho de que un partido como ERC –cuyo líder se encuentra condenado en firme por sedición– pida que rueden cabezas por estas acusaciones. Y lo mismo cabe de decir de sus socios de Junts». En definitiva, FAES recrimina al Ejecutivo «dar alas con viajes de apagafuegos a la propaganda secesionista».