Crónicas Diplomáticas
Suecia y Finlandia marcan el camino a España: Por qué la OTAN es más importante que nunca
La próxima Cumbre de Madrid, que se celebrará a finales de junio, coincide con el 40 aniversario de la entrada de España en la Alianza Atlántica y servirá para perfilar el nuevo concepto estratégico defensivo de Occidente para los próximos diez años
La próxima cumbre de la OTAN en Madrid, los días 29 y 30 de junio, viene precedida por una serie de encuentros entre los ministros de Exteriores de los treinta países que conforman la Alianza Atlántica. Tras cada reunión –en Berlín, el pasado fin de semana acaba de celebrarse la última– cualquier decisión con un mínimo de relevancia se remite a Haren, un suburbio de Bruselas donde se encuentra el mastodóntico edificio que alberga los cuarteles generales de la Alianza. Allí se reúne el Consejo Atlántico, el principal órgano de decisión política de la organización, y también allí, en el cuartel general de Haren, tiene presencia diplomática permanente la treintena de naciones que enhebran la principal alianza militar del planeta.
En España no somos conscientes de la importancia que tiene nuestro país en la geopolítica internacional
«En España no solemos ser conscientes de la importancia que tiene nuestro país en la geopolítica internacional. El eje Baleares-Estrecho-Canarias es clave en la seguridad de Occidente, y sus tres pivotes están, precisamente, sobre territorio español», reflexiona para El Debate un miembro de la carrera diplomática española mientras pasea por una de las calles que desembocan en la Grand-Place de Bruselas.
Este eje geopolítico no es resultado de un constructo intelectual gestado en algún think tank de guardia. Winston Churchill comparaba al Viejo Continente con un cocodrilo y calificaba al Mediterráneo de «vientre blando» de Europa. Con esta metáfora visual del reptil hacía referencia tanto a la importancia como a la potencial debilidad que toda el área sur marítima tiene para el conjunto de Occidente. El eje Baleares-Estrecho-Canarias sería entonces una especie de ballesta que, de estar tensa, protege el «vientre blando» europeo.
El gran eje Baleares-Estrecho-Canarias es clave en la seguridad de Occidente, y sus tres pivotes están sobre territorio español
«Por la estratégica ubicación de la Península Ibérica, por nuestra cantidad de kilómetros de costa, por ser la puerta entre dos mares y dos continentes, que además abre paso a la navegación al Índico y Asia a través de Suez, la defensa de España no solo le importa a los propios españoles, sino a todas las demás democracias», comenta la fuente bruselense.
Cualquier adversario de Occidente sabe que si busca atacar Europa, una eficaz forma de lograrlo es intervenir en España, fomentar su presencia en nuestros puertos, o directamente dividirla
Con esa posición en el mapamundi, España lo tiene difícil para permitirse neutralismos. «Cualquier adversario de Occidente sabe que, si busca atacar Europa, ya sea por vía ideológica, digital, económica, cultural o militar, una eficaz forma de lograrlo es intervenir en España, fomentar su presencia en nuestros puertos, o directamente dividirla. A la Alianza Atlántica le interesa España, sin duda, pero a nosotros nos interesa necesariamente la OTAN para asegurar nuestra paz y bienestar social, que es tanto como decir nuestra prosperidad económica, ante adversarios que trascienden las fuerzas de los españoles», prosigue el interlocutor de El Debate mientras compra un gofre, el dulce nacional belga, en una de las características tiendas de la zona.
Primero Ucrania; luego ¿toda Europa?
Si el escenario esbozado hasta ahora conforma la coordenada espacial de la Península, sobre ello ha de añadirse la dimensión temporal, histórica, que en la actualidad experimenta cambios acelerados. «Los últimos 25 años fueron hasta cierto punto dulces. Desde 1991, cuando cayó la URSS, hasta 2014, año de la invasión militar rusa de Crimea. Ahora, en 2022, ante la agresión de Putin a toda Ucrania, en la OTAN constatamos que el flanco centro-oriental y nórdico de Europa se revela muy vulnerable. El 'oso ruso' manifiesta una voluntad real y operativa de atacar países libres para ocuparlos y someterlos», sostiene el alto funcionario durante nuestro paseo por la Grand-Place.
En 2022, ante la agresión de Putin a toda Ucrania, en la OTAN constatamos que el flanco centro-oriental y nórdico de Europa se revela muy vulnerable
Sin embargo, los expertos en política exterior de Madrid estiman que Rusia no configura el único adversario de Occidente, ni por tanto tampoco de España. Al régimen de Putin hay que añadir China, con el que la relacción resulta cada vez más estrecha. Un geoestratega de la capital del Reino confirma para El Debate que «la Republica Popular de China es un Estado inmenso y densamente poblado; también un régimen de partido único, sin sindicatos libres, con perfecta falta de respeto hacia la propiedad intelectual de Occidente; y todo ello está coronado por un notable éxito económico que sirve a los chinos para proponerse como alternativa sistémica a las democracias. No resulta extraño que China experimente una creciente tendencia expansionista. Ya ejercen pretensiones de dominio sobre todo el área indo-pacífica, tal y como se está viendo en las Islas Spratly o en su endurecimiento del conflicto con Taiwán».
Pero volvamos a nuestro paseo por el centro histórico de Bruselas. En el diálogo con el diplomático surge el actual giro de Suecia y Finlandia como signo evidente del cambio de los equilibrios nacidos tras la II Guerra Mundial. «Los suecos son neutrales, atención, desde 1834 y a los finlandeses la neutralidad política les vino impuesta por la URSS para seguir siendo un Estado democrático libre. Y hoy los partidos socialdemócratas de Finlandia y Suecia piden la integración en la Alianza, respaldados por un enorme consenso social, ante el temor que les infunde Putin. Ambas naciones llevan ya muchos años de constantes amenazas y provocaciones rusas... Han llegado a la conclusión de que así no pueden seguir. Por eso quieren entrar», nos comenta el interlocutor entre café y gofre.
Hoy los partidos socialdemócratas de Finlandia y Suecia piden la integración en la Alianza, respaldados por un enorme consenso social, ante el temor que les infunde Putin
El contraste entre los partidos socialdemócratas finlandeses y suecos y el PSOE llama la atención. En España cierto neutralismo difuso no es doctrina de Estado, pero sí orienta a la mayor parte de la población. «Los políticos de nuestro país tienden a ocultar que existe un tablero mundial con dos equipos enfrentados y España, país con peso, forma parte del equipo democrático. La creciente gravedad de la situación histórica demanda, si queremos proteger nuestra democracia, de mayor implicación. Las buenas palabras, amigo mío, no son suficientes», apunta el interlocutor que, acto seguido, indica cuáles son las próximas políticas que, en el marco de la Alianza Atlántica, cabría esperar de España: «Un gasto del 2 % del PIB en Defensa es algo que estamos llamados a alcanzar más pronto que tarde. No podemos ser el penúltimo país que menos gasta, solo superado por Luxemburgo…. También necesitamos una cultura civil de la Defensa; es decir: la población debe conocer donde estamos y a qué nos enfrentamos; sin alarmismos, pero sin infantilismos. Para ello hace falta un debate –público, abierto y de nivel– sobre estas cuestiones. En Suecia y Finlandia este debate se ha celebrando desde los años 80 del siglo pasado, y con especial intensidad desde 2014, cuando se percibió que Crimea hubiera podio ser cualquier otro Estado fronterizo con la Rusia de Putin. Pero la opinión pública española sigue un poco en Babia. ¿Cuántos españoles saben que la Nueva Ruta de la Seda de China ya llega hasta Barcelona, Valencia, Algeciras y Madrid? Los españoles no pueden permitirse sueños neutralistas cuando las democracias se enfrentan a enemigos de semejante calibre».
España, más allá de la melé
En cualquier caso, ciertos titubeos no han impedido que España forme parte desde 1999 de la Estructura Militar de la OTAN. Aunque el país nunca ha tenido un papel protagonista dentro de la Alianza –el máximo hito tal vez sea la secretaría general ejercida por Javier Solana–, está considerado, en esencia, un aliado fiel; España envía tropas y mandos efectivos a las misiones de la OTAN, ya sean en Afganistán u Oriente Medio.
El próximo 29 y 30 de junio
La OTAN invita a Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur a su cumbre en Madrid
Y así llegamos a la Cumbre Atlántica de junio en Madrid, que coincide con el 40 aniversario de la entrada de España en la OTAN. Este horizonte supone un buen momento para realizar tanto un balance como una proyección de futuro.
«La cumbre se ha retrasado dos años por la pandemia. El hecho de que coincida con el 40 aniversario no deja de ser una feliz coincidencia», apunta el interlocutor de este periódico, al tiempo que precisa los principales temas que estarán en la agenda de la Cumbre: «En Madrid se van a decidir cosas de tanto calado como el nuevo Concepto Estratégico Defensivo para los próximos diez años. Putin, con su agresión Ucrania, ha roto todos los principios básicos del Derecho Internacional. Los riesgos, así como las medidas oportunas, nos obligan por tanto a una reelaboración de todos los conceptos en el contexto del nuevo escenario mundial».
En Madrid se van a decidir cosas de tanto calado como el nuevo Concepto Estratégico Defensivo para los próximos diez años
El panorama que se ha ido dibujando en la conversación explica por qué la OTAN está experimentando una enorme revitalización; es un fenómeno inédito desde aquel «final de la Historia» popularizado por el libro de Fukuyama en 1991.
Ante la pregunta de ¿cual será el próximo paso de la OTAN?, la respuesta en la conversación bruselense surge espontánea: «Responder afirmativamente a las peticiones de entrada de los países que solicitan la integración. La OTAN, por su mera existencia, tiene un gran mérito: su poder de disuasión es muy grande. ¿Te has fijado que después de que un país entra a formar parte de esta alianza defensiva ya no vuelve a tener ningún conflicto militar directo? Por algo será».
¿Te has fijado que después de que un país entra a formar parte de la OTAN ya no vuelve a tener ningún conflicto militar directo?
Pensado en qué papel le corresponderá a España dentro de la OTAN tras la reconfiguración que se está viviendo dentro del gran tablero mundial, el interlocutor considera que «debemos asumir un radio de acción de potenciales riesgos mucho más amplio y, en el caso concreto de la parcela que nos toca en España, debemos ir hasta el norte del Sahel y, por el este, hasta las aguas del Cuerno de África en el Índico. Debemos reforzar en el sentido más práctico del término nuestras capacidades en el Atlántico y el Mediterráneo».
Y este refuerzo, ¿cómo se hace? Con una sonrisa, mientras abre el paraguas ante las primeras gotas de lluvia primaveral que comienzan a caer del cielo, nuestro interlocutor concluye: «Simplemente, llegando al 2 % del PIB del gasto en Defensa cuanto antes; con debate público, por supuesto».