El tira y afloja
Malestar en la Moncloa: Sánchez pretendía que la vuelta de Juan Carlos I fuera más discreta
El Gobierno a duras penas puede ocultar su incomodidad por el regreso a España del ex jefe del Estado, al que acusa de convertir una «visita privada» en un acto de desagravio
El regreso de Juan Carlos I a España está provocando una incomodidad en la Moncloa que el Gobierno apenas puede disimular.
No tanto por la vuelta en sí, puesto que Pedro Sánchez sabía que este momento iba a llegar más pronto que tarde después de que la Fiscalía archivara en marzo las tres vías de investigación abiertas contra el ex jefe del Estado. Sino porque en el Ejecutivo creen que Don Juan Carlos está queriendo convertir en un acto de desagravio lo que, según fuentes gubernamentales debería ser una «visita privada».
En este punto, las mismas fuentes recuerdan que en la carta que Juan Carlos I envió el 7 de marzo a su hijo, Felipe VI, tras ser exonerado por la Justicia, él mismo aludía a la privacidad de sus futuras visitas a España. En estos términos: «Tanto en mis visitas como si en el futuro volviera a residir en España, es mi propósito organizar mi vida personal y mi lugar de residencia en ámbitos de carácter privado para continuar disfrutando de la mayor privacidad posible».
Así las cosas, el deseo del Rey Juan Carlos de hacer una parada en Zarzuela, sea antes o después de su asistencia a las regatas en Sanxenxo, se ha convertido en el punto de mayor fricción. El padre de Felipe VI considera que está en todo su derecho de poner un pie en la que fue su residencia, y que ni el Gobierno ni su hijo se lo pueden prohibir. Puesto que el acuerdo al que llegó con la Casa Real y con La Moncloa en marzo era no volver a residir en Zarzuela, pero dormir allí no es incumplirlo –interpreta Juan Carlos I–.
Cabe recordar que Don Felipe telefoneó a su padre el domingo, cuando volvía de Abu Dabi tras haber presentado allí sus condolencias al nuevo presidente de Emiratos Árabes Unidos por la muerte del jeque Jalifa Bin Zayed al Nahyan.
Durante esa conversación, ambos acordaron verse en Madrid en el marco de la primera visita de Don Juan Carlos a España en casi dos años, aunque desde entonces no han trascendido más detalles. Si será antes de Sanxenxo, después y dónde exactamente se producirá el encuentro.
Desde el Gobierno consideran que a quien más daño hace el ex jefe del Estado con su actitud es a su hijo. De hecho, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, destacó este martes el «ejercicio de transparencia» llevado a cabo por Felipe VI desde que llegó al trono cuando le preguntaron por la vuelta de Don Juan Carlos.
A este último respecto sostuvo que es algo que les «atañe» a él y a la Casa Real. Y no desaprovechó la ocasión de recordar que aún debe explicaciones a los españoles, como el propio Sánchez afirmó en marzo durante una cumbre de la OTAN.
Es evidente que la figura del Rey Juan Carlos provoca picores a los socios de Sánchez, incluido Unidas Podemos. El portavoz de estos, Pablo Echenique, calificó el martes de «infame» que el anterior jefe del Estado vuelva a España para asistir a una regata y «reírse» de los españoles.
Este miércoles, la vicepresidenta Yolanda Díaz ha insistido en que Don Juan Carlos debería rendir cuentas ante los españoles y ha pedido no tener miedo a abrir el debate sobre la inviolabilidad de la Corona. Aunque este último asunto fue rechazado en el reciente decreto sobre la transparencia de la Corona que la Moncloa negoció con Zarzuela, con el respaldo del PP.