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Intervención de Núñez Feijóo en el acto El Debate con...Paula Argüelles

Partido Popular

La política territorial del PP de Feijóo: de la plurinacionalidad al bilingüismo cordial

El presidente popular considera que las peculiaridades de cada territorio deben ser atendidas de manera individualizada y no teme el uso de conceptos como «nacionalidad catalana» o «bilingüismo cordial»

«España no es un Estado plurinacional ni lo será nunca». Así intentaba zanjar el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, su primera polémica tras entrar en Génova como líder de los populares. La calificación del número tres de Feijóo, Elías Bendodo, de España como «un Estado plurinacional» ha causado gran revuelo en lo que unos consideran un problema de dialéctica y otros, de fondo.

El 'nuevo' PP está aún cuajando y, como tal, existen ciertas incógnitas acerca de sus líneas maestras. Una de ellas es la que concierne a la política territorial. La dirección de Feijóo supone un cambio respecto a la etapa anterior donde la formación era más tajante y, además, más centralizada.

El presidente popular comenzó su mandato con una declaración de intenciones: erigirse como partidario de lo que denominó como el «bilingüismo cordial». Lo dijo en el congreso extraordinario del PP que le convirtió en líder y lo ha repetido en varias ocasiones. La intención de Feijóo es aplicar en los territorios lo que ha hecho en Galicia. En la región de la que fue presidente con cuatro mayorías absolutas, el gallego no está ni mucho menos en desuso. El sistema es el de los tres tercios: uno para español, otro gallego y otro para lenguas extranjeras. El propio Feijóo intervenía en la mayoría de las ocasiones usando la lengua cooficial en el parlamento gallego.

Pero el plan de atraer a su terreno al votante partidario de la promoción de las lenguas cooficiales es la punta del iceberg de un asunto que no termina de calar entre el votante de derechas. Las palabras de Bendodo, que luego fueron matizadas, llegaron para empeorar la situación.

Tal fue la polémica que el coordinador general de los populares tuvo que salir a rectificar sus declaraciones en la entrevista concedida a El Mundo. «Mi postura es clara pero ayer no la expliqué correctamente. La aclaro: España es una nación indisoluble de 17 autonomías con identidades propias. Se pueden respetar las diferencias de cada CA y defender una España única y respetuosa con el art. 2 de la Constitución», matizó.

Las palabras de Bendodo no han sido un acontecimiento aislado, pero sí llegaron a avivar las ascuas de uno de los puntos más polémicos de las políticas del nuevo PP. La pasada semana, Feijóo participó en un foro con empresarios catalanes donde pronunció la siguiente afirmación: «Para una nacionalidad como la catalana, la opción más acorde con la preservación de la estabilidad y de su identidad es la recuperación de su liderazgo en España y la contribución a un Estado y una Unión Europea vigorosos».

El baile entre dos aguas se explica en la ya comentada intención de Feijóo de posicionarse en contra de los nacionalismos en su sentido más estricto, pero reforzar las identidades de los territorios como Galicia, Cataluña, País Vasco o Andalucía.

Lo mismo para su partido

El presidente del PP quiere que los territorios se gobiernen solos a nivel interno. Es decir, no quiere que Génova ejerza como una suerte de cuartel central desde el que se emitan todas las órdenes para ser ejecutadas en las distintas regiones por sus barones, sino que sean estos los que tomen sus propias decisiones. La actual dirección considera, además, que este fue uno de los fallos de Pablo Casado.

Esta manera de entender la organización territorial se extrapola también al poder de las instituciones públicas. Para los de Feijóo, las particularidades de cada territorio necesitan de un plan individualizado que afronte los problemas reales de cada región.

Alberto Núñez Feijóo con los barones del PPGTRES

La Constitución como base

Feijóo viajó este martes a Ceuta para reunirse con la Cámara de Comercio y la Confederación de Empresarios de la ciudad autónoma y con el presidente de la región, Juan Jesús Vivas. El presidente del PP aprovechó su comparecencia ante los medios para afirmar que su presencia en Ceuta era «un mensaje de españolidad de Ceuta y Melilla y, por tanto, de integridad de la nación».

El presidente del PP quiso suavizar las declaraciones de su coordinador general afirmando que «no entiende la polémica» ya que la Constitución establece la imposibilidad de fracturar la nación española en su artículo 2 pero también recoge el reconocimiento de «nacionalidades y regiones».

Por lo tanto, la postura de Feijóo se fija entre la defensa de España como Estado indisoluble, tal y como recoge la Constitución, y la intención de potenciar las identidades de las regiones y el poder de las mismas frente al Gobierno central.