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Ofensa a las Fuerzas de Seguridad

Sánchez llama «piolines» a los policías desplegados durante el referéndum ilegal en Cataluña

El presidente de Gobierno falta al respeto a las fuerzas enviadas a la región en su respuesta a la portavoz del PP, Cuca Gamarra

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ha denigrado, llamándolo «piolines», a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que acudieron a Cataluña para garantizar el cumplimiento de la ley durante el referéndum ilegal del 1 de octubre en Cataluña.

El presidente ha utilizado esta expresión al responder a la portavoz del PP, Cuca Gamarra, cuando preguntaba por sus concesiones al separatismo. Sánchez ha asegurado que mientras el PP enviaba «piolines» a Cataluña, su Gobierno ha conseguido que la selección española de futbol juegue en la comunidad.

Sánchez, que era líder de la oposición en los días del pulso separatista de 2017, suscribió entonces la aplicación del artículo 155 de la Constitución para poner fin al desafió a la legalidad de los líderes independentistas de Cataluña. La labor policial que ahora denigra con el término despectivo de «piolines» tenía como fin impedir la celebración de un referéndum ilegal con el que se pretendía dar legitimidad a la declaración de independencia que tuvo lugar días después de aquella farsa.

El término «piolines» alude al barco donde hubo que hospedar a parte de los policías enviados a Cataluña dentro del plan de refuerzo de la seguridad. Ese recurso de alojamiento atendió, en parte, a la presión separatista para que las Fuerzas de Seguridad no fuesen alojados en hoteles y hostales de la región.

Pedro Sánchez se presentó a las elecciones de noviembre de 2019 prometiendo que traería a Puigdemont a España, que endurecería el delito de sedición y que legislaría para que la convocatoria de referéndums unilaterales volviese a ser delito en el país. Todas esas promesas han sido incumplidas y se ha adoptado la estrategia contraria, incluidos los indultos a los líderes separatistas que el mismo ayudó a frenar.

En la sesión en la que llamó «piolines» a los policías españoles, el presidente del Gobierno adoptó su habitual tono lisonjero ante las intervenciones de la portavoz de Bildu y del PNV.