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Ayuso junto a los presidentes regionales del PPEFE

El partido pasa página

El PP de Madrid se entrega a Ayuso por completo después de cuatro años descabezado

La nueva presidenta toma las riendas de un partido que tiene fe ciega en ella. Ni siquiera Esperanza Aguirre gozó de unos niveles de confianza y aceptación tales

«Te lo has ganado». Las palabras que este viernes le dirigió Pío García-Escudero a Isabel Díaz Ayuso durante el Congreso del PP de Madrid no podrían resumir mejor el sentir de los populares madrileños.

Y cobran más sentido viniendo de alguien que, como García-Escudero, encarna la tradición de bicefalia que hubo durante más de dos décadas (no consecutivas) en el PP de Madrid. Esto es, la Presidencia del partido y la de la Comunidad recaían en personas distintas.

Ése fue, precisamente, uno de los principales argumentos que esgrimieron Pablo Casado y Teodoro García Egea para impedir que Ayuso se presentara al Congreso regional que este fin de semana acaba con más de cuatro años de interinidad. Desde que Cristina Cifuentes dimitió como presidenta de la Comunidad y del partido en abril de 2018 por el caso máster.

Ayuso toma las riendas de un partido absolutamente entregado, con fe ciega en su nueva presidenta. Ni siquiera Esperanza Aguirre, que se trabajó el PP de Madrid con pico y pala –su lema más popular– gozó de unos niveles de confianza y aceptación tales.

La antigua lideresa tenía enfrente a una resistencia concentrada en el Ayuntamiento de la capital y encabezada por Alberto Ruiz Gallardón y su hombre de confianza, Manuel Cobo (al que ahora Albero Núñez Feijóo ha repescado como vocal del Comité Ejecutivo Nacional del PP).

Ayuso, en cambio, ha sabido tejer una sólida alianza con el actual regidor, José Luis Martínez Almeida, que este viernes se entregó a ella con un «Isa, aquí tienes a tu partner». El alcalde de la capital, antiguo portavoz de la dirección de Pablo Casado, supo recolocarse a tiempo en el bando ganador. Y eso que la anterior dirección nacional le había tentado para que se postulara a la Presidencia del PP de Madrid, lo cual él entendió que sería un suicidio.

Las «ganas»

La sensación que este viernes recorría los pasillos del Pabellón 6 de Ifema era de «ganas», como dice el eslogan de este 17º Congreso Extraordinario del PP de Madrid. Ganas de terminar de pasar página después de meses de enfrentamiento fratricida entre Casado y Ayuso.

«Parece que hemos pasado de Rajoy a Feijóo. De Casado no queda ni rastro, es como si hubiéramos despertado de una pesadilla», resumía gráficamente un diputado regional antes de la foto de familia con la presidenta.

Del líder caído no había ni rastro. De hecho, ni siquiera ha estado invitado al cónclave, él que empezó su carrera política en las Nuevas Generaciones de Madrid. Y fue precisamente en un Congreso del PP de Madrid, en septiembre de 2008, cuando un por entonces jovencísimo Casado se dio a conocer en su propio partido con un encendido discurso contra el comunismo, y el mayo del 68 y «asesinos como el Ché Guevara» que Aguirre aplaudió entusiasmada en primera fila.

La única que este viernes hizo abiertamente mención al anterior presidente del PP fue la hasta ahora secretaria general del PP de Madrid, Ana Camins. Antes era íntima de Ayuso, pero en este Congreso ha corrido la misma suerte que Casado en abril por sus estrechos lazos con éste.

Ana Camins durante su intervenciónEFE

Cuando Camins subió al escenario para presentar el informe de gestión de la dirección saliente, los murmullos fueron tales que pudo que parar su intervención y pedir silencio al presidente del comité organizador.

No ha habido perdón para ella ni tampoco para quienes, como también Antonio González Terol, tuvieron un papel relevante en el casadismo. Ayuso ya anunció este viernes que en su nueva cúpula no habrá cuotas. No necesita hacer equilibrios de poder porque todo lo concentra ella, con ayuda de su fiel Alfonso Serrano, el nuevo secretario general y un hombre que conoce cada rincón de un partido complicado.

«No estamos aquí para coleccionar cargos sino para volcarnos en ser útiles en nuestra responsabilidad. Nadie en el partido vale más que nadie. Ser vocal vecino es tan especial como ser ministro», avisó Ayuso a sus correligionarios.